El boca a boca 2.0 se cuela en el teatro
El "prohibido hacer fotos" durante las obras se ha transformado en una permisividad casi completa y en un fil¨®n para la promoci¨®n a trav¨¦s de las redes sociales

Las luces est¨¢n apagadas. Solo una frase interrumpe la calma expectante del p¨²blico los instantes previos a la subida del tel¨®n. ¡°Pod¨¦is hacer fotos. Lo ¨²nico que pedimos es que lo hag¨¢is en silencio y que las compart¨¢is en las redes sociales¡±. Cientos de personas aguardan en el teatro Nuevo Apolo para ver una de las comedias rom¨¢nticas revelaci¨®n de la cartelera. Muchas de ellas preparan sus m¨®viles para congelar los Amores Min¨²sculos. Fotos, v¨ªdeos y opiniones que aterrizar¨¢n en las redes sociales y har¨¢n crecer el gusanillo de ir a ver la primera adaptaci¨®n de un c¨®mic que se sube a las tablas en Espa?a.
El teatro es un ente vivo y ¨²nico, pero cada vez m¨¢s la posteridad almacena trocitos de ¨¦l en formato digital. Algo pr¨¢cticamente impensable hasta hace un par de a?os, cuando Twitter y compa?¨ªa empezaron a colarse en los h¨¢bitos cotidianos. En la programaci¨®n actual un n¨²mero creciente de productoras se han apuntado a trasgredir la f¨¦rrea tradici¨®n que prohib¨ªa las fotos durante las representaciones y adaptarse a la comunicaci¨®n 2.0. Sobre todo con el auge de las obras destinadas a un p¨²blico m¨¢s joven y de los espect¨¢culos musicales.
Es el caso de Amores Min¨²sculos, pero tambi¨¦n de otras tantas, como La Llamada (que cosecha cinco temporadas de ¨¦xito en el teatro Lara, ha dado el salto a M¨¦xico y pr¨®ximamente a la gran pantalla), El cabaret de los hombres perdidos (Teatros del Canal) o The Hole (que recorre Espa?a tras meses de ¨¦xito all¨¢ donde va). La mayor¨ªa de las salas comerciales de Madrid tiene alguna propuesta que cumple con este perfil, y el circuito off sigue la misma tendencia.
¡°Las compa?¨ªas se han dado cuenta de que el boca a boca es imprescindible, y de que no hay mejor publicidad que la que puede aportar el p¨²blico¡±, explica Cristina Dom¨¦nech, de la agencia Transversal. ¡°Adem¨¢s, es una forma de comunicaci¨®n m¨¢s barata, porque es el propio espectador el que la alimenta¡±, se?ala Dom¨¦nech.
El concepto de teatro ha cambiado y ha arrastrado en esa transformaci¨®n a la forma de promocionarlo. Las obras peque?as han explosionado, pero el fen¨®meno underground ha evolucionado hasta llegar a la proyecci¨®n de textos comerciales en el circuito alternativo, y viceversa. Para muchas compa?¨ªas la ¨²nica comunicaci¨®n que les permiten sus ajustados presupuestos es a trav¨¦s del car¨¢cter bidireccional de las redes sociales.
Los creadores han comprobado que la aportaci¨®n de los espectadores en Twitter, Facebook o Instagram es una f¨®rmula que puede resultar bastante eficaz. ¡°?ramos una compa?¨ªa off, empezamos en Nave 73 y en la sala peque?a del Teatro Lara. Esta aventura se plante¨® primero para solo dos semanas¡±, comenta Diego Rebollo, uno de los tres socios de Los Zurdos, la productora de Amores Min¨²sculos. La peque?a agrupaci¨®n sigue siendo incondicional de esta forma de difusi¨®n, a pesar de su ¨¦xito. As¨ª lo explica Rebollo. ¡°Cuidamos mucho las redes sociales, hacemos campa?a cada cierto tiempo. Gracias a lo que la gente dice hemos conseguido dar el salto a un teatro donde caben mil personas¡±. Y ser candidatos a Mejor Espect¨¢culo Revelaci¨®n en los Premios MAX, el m¨¢ximo galard¨®n de la escena espa?ola.
En Los Zurdos, no obstante, piensan que hay otro factor ¨ªntimamente relacionado con la era digital que ha desempe?ado un papel importante para que la gente vaya a ver su obra: la tem¨¢tica. ¡°La gente se siente muy identificada con las historias, porque ?qui¨¦n no se ha enamorado alguna vez?¡±. Los espectadores se ven reflejados en alguno de los personajes, j¨®venes urbanos cuyas vidas transcurren bajo las grandes haza?as de una existencia normal y corriente. Y salen del teatro con el impulso de compartir sus impresiones en el universo 2.0. En la cartelera no falta oferta con este perfil.
La misma visi¨®n tiene Juan Ramos Toro, uno de los fundadores de la compa?¨ªa Yllana y director de escena de un texto que ha roto la t¨®nica general de que sean los j¨®venes los ¨²nicos prescriptores teatrales en internet: Tr¨¢gala, tr¨¢gala. Esta s¨¢tira musical sobre la historia y la actualidad pol¨ªtica espa?ola atrae a un p¨²blico de todas las edades. En marzo estrenaron en el Teatro Espa?ol, y ahora dan el salto a la escena privada en el escenario del Nuevo Apolo. ¡°Es curioso como funcion¨® el espect¨¢culo en el Espa?ol¡±, considera Ramos. Los espectadores que coparon las butacas durante aquellas representaciones, en su mayor¨ªa, poco ten¨ªan que ver con el perfil que normalmente acude al antiguo teatro del Pr¨ªncipe. La pol¨ªtica del recinto no permite hacer fotos durante las obras, pero en la pr¨¢ctica las restricciones no logran coartar el poder de la era digital. Al menos en el caso de Tr¨¢gala, Tr¨¢gala, como explica su director de escena. ¡°Llenamos porque hubo selfies, fotos, v¨ªdeos¡ Y fue a verla una tipolog¨ªa de p¨²blico que normalmente no hubiese ido¡±.
Los que se resisten
Todas las compa?¨ªas, sin embargo, no est¨¢n tan dispuestas a abrir las v¨ªas de comunicaci¨®n y a arriesgarse con los tiempos. La tarea de persuadirlas les corresponde la mayor¨ªa de las veces a las agencias que representan las obras. ¡°Siempre aconsejamos, sobre todo en los espect¨¢culos dirigidos a un p¨²blico joven, que les dejen participar con los tel¨¦fonos m¨®viles¡±, cuenta ?ngel Gal¨¢n, director de la oficina de comunicaci¨®n y management que lleva su nombre. ¡°En estos ¨²ltimos a?os las RRSS se han convertido en un gran fen¨®meno que casan muy bien con los espect¨¢culos que han empezado a atraer a un p¨²blico especialmente joven¡±.
Los textos que son reclamo para un perfil de espectador un poco m¨¢s mayor tienen un poco m¨¢s vetada la entrada al trending topic, pero cada vez con m¨¢s excepciones, como demuestra Tr¨¢gala, Tr¨¢gala. ¡°He llevado a un actor al que adoro que se llama Arturo Fern¨¢ndez, pero no veo a las se?oras que van a verlo al teatro recomendar la obra en Facebook¡±, bromea Gal¨¢n. Reconoce que poco a poco este nicho de p¨²blico tambi¨¦n se est¨¢ abriendo a las tecnolog¨ªas. ¡°El 80% de las entradas se venden ya por internet, lo que incluye a gente de todas las generaciones¡±.
La barrera de la edad no es la ¨²nica. La comunicaci¨®n tan directa que proporcionan las redes sociales implica total libertad de opini¨®n. Para bien o para mal. ¡°Pueden ser tu mejor amiga pero tambi¨¦n tu mejor enemiga¡±, manifiesta Gal¨¢n.
Teatros tradicionales
Todav¨ªa el tema est¨¢ lejos de la completa normalizaci¨®n, pero hasta los espacios esc¨¦nicos m¨¢s cl¨¢sicos se est¨¢n relajando ante la fiebre de los retratos con el m¨®vil. La mayor¨ªa de los teatros municipales lo han aceptado, incluso el Fern¨¢n G¨®mez ha colado en su sala peque?a el mensaje no escrito de ¡®se pueden hacer fotos¡¯.
Hasta el Teatro Real, algo impensable hasta hace nada, es m¨¢s permisivo y permite usar las c¨¢maras de los smartphones en eventos musicales. ¡°Las artes esc¨¦nicas evolucionan constantemente, y no pasa nada por mostrar esa evoluci¨®n a trav¨¦s de las redes sociales¡±, comenta el agente de comunicaci¨®n. Siempre y cuando ¡°no se moleste al que est¨¢ al lado y a los artistas. Hay unas normas c¨ªvicas que tenemos que respetar¡±. Tambi¨¦n cuando caiga el tel¨®n.
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