Los fichajes de Colau descapitalizan los movimientos sociales de Barcelona
El trasvase de activistas ha obligado a las entidades a reorganizarse y a replantearse su relaci¨®n con el Ayuntamiento
¡°Eran compa?eros, son amigos, durante a?os nos hemos visto constantemente, tengo su m¨®vil¡ pero ahora tengo que hablar con su secretaria¡±. Habla una destacada activista de la generaci¨®n que se politiz¨® en los 90 entorno al movimiento antiglobalizaci¨®n. Se refiere a sus colegas de entidades y organizaciones sociales que se han ido a trabajar al Ayuntamiento. La victoria de Barcelona en com¨², con la ex activista y ahora alcaldesa Ada Colau a la cabeza, ha provocado una fuga de cerebros hacia la instituci¨®n que ha puesto patas arriba a parte del ecosistema de los movimientos sociales de la ciudad. El parte de bajas aumenta si el foco se ampl¨ªa a las candidaturas surgidas posteriormente: Catalunya s¨ª que es pot o En com¨² podem.
La PAH, el Desc, la Alianza contra la Pobreza Energ¨¦tica o la FAVB han visto como parte de sus activistas han pasado a la instituci¨®n
La Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), el Observatorio Desc, el Observatorio de la Deuda en la Globalizaci¨®n, la Alianza contra la Pobreza Energ¨¦tica o la Federaci¨®n de Asociaciones de Vecinos (FAVB) han visto como parte de su capital humano (empleados, colaboradores o activistas, depende de cada caso), han pasado a la instituci¨®n. Un trasvase que les ha obligado a reorganizarse y a replantearse su relaci¨®n con el Ayuntamiento, que ahora es, a priori, m¨¢s sensible a sus reivindicaciones. Hay quien teme una desmovilizaci¨®n como la que se produjo con los primeros ayuntamientos tras el franquismo, aunque prefiere no aparecer citado; otros lo ven como una oportunidad, y otros como una consecuencia l¨®gica: la cantera de activistas bien preparados en sus ¨¢reas se profesionaliza al conseguir gobernar.
El listado de nombres que se han incorporado al consistorio es largo. La PAH ha perdido a su l¨ªder y fundadora, la alcaldesa Ada Colau, la regidora Gala Pin, o la cineasta Silvia G. La¨¢, hoy en el equipo de comunicaci¨®n de la alcald¨ªa. Tambi¨¦n est¨¢n en la alcald¨ªa Manu Simarro, vinculado a varias luchas y a la publicaci¨®n independiente La Directa, o la experta en comunicaci¨®n ?gueda Ba?¨®n, que trabaj¨® en el Observatorio Desc. Como otros pesos pesados del ejecutivo municipal: el n¨²mero dos de Colau, Gerardo Pisarello o la responsable de vivienda, Vanesa Vali?o. Las bajas en la PAH aumentan si se incluye a los tambi¨¦n fundadores Adri¨¤ Alemany (BCom¨²) o Luc¨ªa Mart¨ªn (en la lista En Com¨² Podem). La junta de la FAVB ha perdido a Mercedes Vidal, concejal de Movilidad; su presidente, Llu¨ªs Rabell, es hoy diputado. Y el codirector de la revista de la FAVB, Carrer, Marc Andreu, tambi¨¦n trabaja en el consistorio, en Sant Mart¨ª.
Varios activistas de barrios han sido designados consejeros de distrito
La Alianza contra la Pobreza Energ¨¦tica se ha quedado sin varios activistas: Tatiana Guerrero (consejera en Les Corts), o los ingenieros Eloi Badia, concejal electo, y Mois¨¨s Subirana, fichado en el ?rea Metropolitana. Ambos trabajaban en Ingenier¨ªa Sin Fronteras. El Observatorio de la Deuda y la Plataforma por la Auditor¨ªa de la Deuda tambi¨¦n han perdido referentes: Gemma Tarafa es la Comisionada de Salud y otros activistas mantienen estrechos v¨ªnculos con BCom¨².
Hay m¨¢s salidas sonadas, como la de Jordi Via, de la Red de Econom¨ªa Solidaria, comisionado en el Ayuntamiento. Remunerados o no, otro frente de la descapitalizaci¨®n es el goteo de activistas de sus barrios que han sido designados consejeros de distrito. Es el caso de Llum Ventura, Eva Alfama, Huma Jamshed, y Albert Sancho (Ciutat Vella) o Carolina Recio, Toni Tallada o Manuel Cubero (Nou Barris). Y en el Ayuntamiento todav¨ªa hay cuadros medios por nombrar: es decir, activistas que se lo est¨¢n pensando. En medio de la di¨¢spora hay organizaciones que han blindado sus mejores activos.
Naya admite que el momento actual reaviva los interrogantes que se plantearon tras las municipales de 1979
El veterano activista vecinal y codirector de Carrer, Andr¨¦s Naya, admite que la entrada de los movimientos sociales en el Ayuntamiento reaviva los interrogantes que se plantearon tras las municipales de 1979: ¡°Se cuestion¨® si las asociaciones de vecinos eran necesarias, ahora surge el discurso de si la instituci¨®n es lo mismo que los movimientos¡±. Naya entiende que ¡°ahora hay sinton¨ªa en t¨¦rminos generales¡±. Pero advierte, y en eso coincide con la nueva presidenta de la FAVB, Anna Men¨¦ndez: ¡°desde el consistorio hay que concretar¡±. Los barrios, Meridiana, el Bes¨°s, Gl¨°ries... querr¨¢n soluciones ¡°y la expectativa es mayor, no podemos bajar la guardia¡±. Internamente, pasado el shock de la salida de Vidal y Rabell, la junta de la FAVB se reorganiza ¡°para asumir m¨¢s horizontalmente unas cargas de trabajo de compa?eros que hac¨ªan mucho trabajo¡±.
En la PAH hubo un ¡°momento de caos y des¨¢nimo tras la marcha de Colau y la gente que ten¨ªa un gran peso¡±, admite su actual portavoz, Carlos Mac¨ªas, pese ¡°al esfuerzo por hacer un buen traspaso y el paso adelante¡± que dieron activistas como ¨¦l. Adem¨¢s, ¨¦l fue de los que quisieron quedarse en la calle. ¡°Nos tenemos que quedar, cuidar el apartidismo y hacer m¨¢s presi¨®n que nunca, porque si el Ayuntamiento quiere cambiar las cosas, tambi¨¦n la tendr¨¢ por otro lado¡±, conviene. Desde la Plataforma por la Auditor¨ªa de la Deuda, Iolanda Fresnillo admite las consecuencias de la fuga: ¡°Claramente nos resta capacidad, por la gente que ha entrado en la instituci¨®n y la que se incorpora a los nuevos espacios pol¨ªticos¡±. ¡°Es una situaci¨®n que nos descoloca y nos obliga a recolocarnos ante un actor muy distinto. Ahora hay m¨¢s Ayuntamientos que quieren auditor¨ªas y nosotros tenemos menos gente¡±. Una paradoja. A largo plazo, Fresnillo plantea el reto de ¡°encontrar estrategias ante la nueva situaci¨®n: darle la vuelta y aprovechar para incidir sobre quienes tienen capacidad de decidir¡±.
Fresnillo: ¡°La fuga claramente nos resta capacidad, por la gente que ha entrado en la instituci¨®n y la que se incorpora a los nuevos espacios pol¨ªticos¡±
El Observatorio de la Deuda en la Globalizaci¨®n ha topado con otro aspecto: ¡°el foco de transformaci¨®n ha pasado de las esferas internacionales a la local¡±, dice Alfons P¨¦rez, que reconoce ¡°el impacto del flujo de gente y energ¨ªa que sali¨® desde la gestaci¨®n de la candidatura BCom¨²¡±. ¡°Hemos perdido efectivos en escalas no municipales¡±, admite y aunque asegura que podr¨¢n ¡°resituar el discurso y que hay esperanza, el ¨¢mbito local tiene limitaciones¡±. ¡°Nuestra fortaleza es que nos necesitan para hacer estudios independientes¡±, concluye. En el Observatorio Desc, su nueva directora, Irene Escorihuela apunta que las salidas de miembros de la junta y el equipo t¨¦cnico ¡°fueron progresivas¡±, lo que facilit¨® el relevo. Tienen en mente ¡°resituarse y tejer nuevas alianzas¡± y celebran ¡°la presencia de activos potentes en el Ayuntamiento¡±.
El experto en movimientos sociales de la UPF Jordi Mir se?ala que ¡°si se ha conseguido lo que parec¨ªa impensable¡±, que una candidatura ciudadana gobierne en Barcelona, ¡°y hay una generaci¨®n de activistas muy preparados en sus ¨¢reas, es l¨®gico que quieran hacer el paso¡±. ¡°Es un capital valioso que se marcha, pero a diferencia de 1979 ahora saben que haber ganado no significa que hayan conseguido sus objetivos. Tienen mucha responsabilidad: mucha gente que les ha confiado m¨¢s que un voto¡±. Mir reflexiona y abre otro debate: ¡°sin cuestionar los perfiles, si se trata de hacer la revoluci¨®n, ?no deber¨ªamos plantearnos los procesos de selecci¨®n fueran m¨¢s p¨²blicos?¡±.
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