Los idiomas se aprenden en los bares
Conversar en ingl¨¦s frente a una cerveza con un nativo es una buena forma de perder el miedo a una lengua extranjera En Madrid, proliferan los locales que fomentan estos encuentros
El bar est¨¢ a reventar porque se esperaba un partidazo de la Premier. El Chelsea y el Manchester acaban empatando a cero y en menos de cinco minutos la parte trasera del James Joyce Bar, en la calle Alcal¨¢, se despeja de clientes y la camarera orilla las mesas para dejar hueco en el centro. En una de ellas, Simon coloca tres m¨¢scaras t¨ªpicas de la comedia del arte italiana y un pu?ado de clientes que saben de qu¨¦ va la cosa se sienta a su alrededor. El James Joyce, un local irland¨¦s hasta la m¨¦dula, es uno de los locales de Madrid en los que semanalmente se realizan intercambios de conversaci¨®n. Nativos de diferentes idiomas que se re¨²nen para charlar en sus respectivas lenguas en un ambiente informal, normalmente con un coordinador. Simon, que adem¨¢s de ingl¨¦s tambi¨¦n es actor, usa el teatro como m¨¦todo de ense?anza. Aunque en Madrid esta pr¨¢ctica no es nueva, ¨²ltimamente han proliferado muchos bares que la fomentan y la ofrecen de forma m¨¢s o menos habitual. La mayor¨ªa con el ingl¨¦s.
La mayor¨ªa de los que acuden lo hacen para perder el miedo a hablar un idioma extranjero. Aquellos que tuvieron mucha gram¨¢tica y poca conversaci¨®n en el colegio. Carlos Vel¨¢zquez, periodista de 56 a?os, frecuenta el James Joyce desde hace un a?o. ¡°He hecho cursos y he ido a academias, pero sent¨ªa que necesitaba algo m¨¢s coloquial para poder soltarme¡±, apunta.
Algunos lugares y horarios
Carmencita Bar (San Vicente Ferrer, 51). Los martes a partir de las 21 horas.
Parnasillo (Pr¨ªncipe, 33). Los martes a partir de las 22 horas.
J&J Books and Coffee. (Esp¨ªritu Santo, 47). Los mi¨¦rcoles, jueves y s¨¢bados a las 20 horas.
James Joyce Bar. (Alcal¨¢, 59). Los lunes a partir de las 20.30.
Beer Station. (Cuesta de Santo Domingo, 22 ). Los jueves a partir de las 22 horas y los domingos a partir de las 19 horas.
Estos encuentros tambi¨¦n tienen un fuerte componente social. A muchos les atrae conocer gente distinta en un ambiente cosmopolita. Es martes por la noche y no se cabe en el Parnasillo, en la calle Principe. Es posible identificar al menos 10 nacionalidades en un gran grupo al lado de la barra. El ingl¨¦s adquiere en esta marea de personas todo tipo de acentos. En un extremo charlan Sampo Laasko (33 a?os),de Finlandia, y Jaenon Seo (21 a?os), de Corea. El primero ha venido aqu¨ª para ¡°aprender algo de espa?ol¡± antes de marchar a Sudam¨¦rica y el segundo se encuentra en pleno viaje en bici por Europa y Marruecos.
En medio de todo el barullo, David Roca organiza este peque?o Babel. ?l gestiona este tipo de intercambios en varios locales de Madrid a trav¨¦s de la web Multilinkual. ¡°Empec¨¦ a quedar para practicar idiomas con grupos de amigos y conocidos hace 20 a?os, ahora todo se organiza por internet¡±, explica. En la calle, Manuel, de 74 a?os, y Virginia, de 41, desaf¨ªan al fr¨ªo para fumar un cigarro. ?l es un habitual y asegura que le gusta ¡°conocer a gente diferente¡± ella vivi¨® muchos a?os en el extranjero y quiere seguir charlando con gente de otros pa¨ªses.
Existen al menos una veintena de establecimientos en Madrid que acogen los encuentros de intercambio de idiomas. Kelley es de Alaska y lleg¨® a Madrid hace ocho a?os, los mismos que lleva acudiendo al J&J Books and Coffee, en Esp¨ªritu Santo, para organizar estas reuniones. ¡°Soy m¨¢s bien el descoordinador¡±, se?ala con tono socarr¨®n. Presume de que este establecimiento fue uno de los primeros en organizarlas. ¡°Como m¨ªnimo, 10 a?os¡±, aventura. El J&J es el t¨ªpico local coqueto que mezcla bebida y libros. ¡°Los que vienen aqu¨ª se lo toman en serio y suelen tener ya cierto nivel de ingl¨¦s¡±, explica. Paco Horrillo, inform¨¢tico de 47 a?os, acude tres veces por semana. ¡°Lo primero para hablar un idioma es que tu o¨ªdo se habit¨²e a ¨¦l, a partir de ah¨ª, das un salto cualitativo¡±, admite. En la mesa tambi¨¦n se encuentran Inma y su amiga que visitan el bar por primera vez. Estos encuentros son gratuitos, aunque una regla no escrita obliga al menos a pedir una consumici¨®n. No se olviden sobre todo en el caso de este ¨²ltimo bar. La camarera es implacable.
Y adem¨¢s...
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