Rep¨²blica bananera
La pen¨²ltima escenificaci¨®n ha sido el pacto de ¨²ltima hora para evitar unas elecciones que hubieran sido un descalabro para los independentistas
La sociedad catalana est¨¢ viviendo uno de los periodos pol¨ªticos m¨¢s extravagantes. El hecho de elegir presidente pocas horas antes de concluir el plazo que otorga la ley y que este sea el n¨²mero tres de la candidatura de Junts pel S¨ª por Girona, ya nos da una idea de la excentricidad de la cosa.
En esta especie de ¨®pera bufa, que se ha representado durante los dos ¨²ltimos meses, hay un personaje que sobresale por encima de todos, el sr. Mas. Ha hecho todos los papeles posibles: traidor, mes¨ªas, c¨ªnico, padre inflexible que castiga a su prole anticapitalista y h¨¦roe salvador de la patria. Todo desde la ideolog¨ªa neoliberal y austericida. Ahora tiene un nuevo reto: resucitar y reorganizar CDC para evitar su aniquilaci¨®n.
Pero lo m¨¢s singular de todo, es la actitud de una parte de la sociedad catalana, la que ostenta la hegemon¨ªa cultural, que tolera, impulsa y jalea el llamado proceso sin importarle si la forma, las decisiones y las actitudes son ¨¦ticas. El fin, la independencia, justifica los medios.
As¨ª hemos visto c¨®mo buena parte de la sociedad acept¨® un refer¨¦ndum (el del 9-N de 2014), convocado, organizado y controlado por los propios independentistas. Se le otorg¨® un valor que no tenia, y en ning¨²n momento se plante¨® que su resultado carec¨ªa de sentido, debido a que mayoritariamente hab¨ªan votado los que estaban de acuerdo con la independencia de Catalu?a.
Tambi¨¦n esta misma parte de la sociedad acept¨® sin rechistar que en el 2015 el sr. Mas volviera a adelantar las elecciones (ya lo hizo el 2012) y adem¨¢s las convirtiese en plebiscitarias, da?ando la concepci¨®n democr¨¢tica de que en unas elecciones se celebran para decidir sobre programas y proyectos de futuro. Humill¨® una vez m¨¢s a ERC, creando una nueva marca pol¨ªtica para eludir la suya, sumida en numerosos esc¨¢ndalos mafiosos, capitaneados por la familia Pujol. Vulner¨® el orden natural de cualquier elecci¨®n, donde el candidato a la presidencia encabeza la lista, y se escondi¨® en el cuarto puesto, poniendo un hombre de paja en su lugar. Se neg¨® a debatir con los otros candidatos a la presidencia y gan¨® las elecciones.
Lo m¨¢s decente y democr¨¢tico hubiera sido reconocer que no ten¨ªan el apoyo suficiente
Esa misma parte de la sociedad ni pesta?e¨® cuando despu¨¦s de aprobada una resoluci¨®n parlamentaria de desconexi¨®n con el Estado espa?ol, esta fue impugnada ante el Tribunal Constitucional y, como descargo, el Gobierno catal¨¢n afirm¨® que no iba en serio y que era un simple papel sin valor jur¨ªdico. Cinismo y tragaderas a partes iguales.
Pero lo m¨¢s reprobable, desde mi punto de vista, fue cuando los partidos independentistas siguieron su ruta de desconexi¨®n a pesar de que s¨®lo obtuvieron un 48% de los votos. Lo m¨¢s decente y democr¨¢tico hubiera sido reconocer que no ten¨ªan el apoyo suficiente. Nada de eso. Con el aparato propagand¨ªstico de la radio y televisi¨®n p¨²blicas y los peri¨®dicos de la caverna nacionalista desarrollaron una estrategia de acoso y derribo a todo aquel que no quisiera entronizar al sr. Mas, visto como imprescindible para conseguir el triunfo de los patriotas. Toda una guerra de guerrillas en las redes sociales, en los medios de comunicaci¨®n y en las comidas familiares de las fiestas navide?as para que la CUP hiciera presidente a Mas.
Y la pen¨²ltima escenificaci¨®n ha sido el pacto de ¨²ltima hora para evitar unas elecciones que hubieran sido un descalabro para los independentistas. Con la premisa antes la patria que unas elecciones el sr. Mas da un paso al lado, otra vez utiliza a un hombre de paja, esta vez para la presidencia, humilla a los representantes de la CUP, expulsando a dos de sus diputados por encargo expreso del padre Mas, y dicta que dos m¨¢s entren en el n¨²cleo austericida de Junts pel S¨ª.
Parece un relato de rep¨²blica bananera. Pero en todo este episodio se ha olvidado, otra vez, de las personas que sufren el deterioro de la sanidad p¨²blica, de las que no pueden pagar los recibos de la luz, el gas o la hipoteca, de los parados, de los j¨®venes que tienen que exiliarse por la falta de oportunidades, de las personas empobrecidas que hurgan entre los contenedores (el actual president, como alcalde de Girona, puso candados en los contenedores ubicados delante de los supermercados para evitar este ¡°lamentable espect¨¢culo¡±).
A pesar de todo, al d¨ªa siguiente de la entronizaci¨®n del valido Puigdemont, algunas personas comentaron que no pudieron contener la emoci¨®n de otro d¨ªa hist¨®rico.
Joan Boada Masoliver es profesor de Historia
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