Los Maristas rompen su silencio para atraer alumnos
El colegio de Barcelona, se?alado por su laxitud ante los casos de pederastia, celebra una jornada de puertas abiertas
Los Maristas han abierto este s¨¢bado sus puertas. Las han abierto incluso a aquellos pap¨¢s que, ay, no han reservado cita previa y titubean al dar el nombre de su hijo ficticio: Jes¨²s... Garc¨ªa... Zaragoza. Tampoco importa que, pese a que su ni?o imaginado sea el mayor (6 a?os, empezar¨¢ Primaria el pr¨®ximo curso), ellos sean los padres m¨¢s j¨®venes de entre todos los que han acudido esta ma?ana de s¨¢bado al centro de los Maristas de Sants (Barcelona). En la recepci¨®n, una placa resalta el lema del fundador de la congregaci¨®n, Marcelino Champagnat, y que a la luz de los ¨²ltimos acontecimientos adquiere un tinte inquietante, ambiguo: ¡°Para educar bien a un ni?o, hay que amarlo¡±.
El esc¨¢ndalo por los abusos sexuales en los centros de los hermanos Maristas en Barcelona ¡ªla mayor¨ªa ocurrieron hace muchos a?os, aunque han salido a la luz en las ¨²ltimas semanas¡ª no parece haber hecho mella en su poder de convocatoria. Medio centenar de personas acuden al turno de las 11 (hay tres) en el aula magna para recibir informaci¨®n sobre la filosof¨ªa del colegio y la preinscripci¨®n. Los cuerpos vibran ligeramente, cada cinco minutos, por el paso del metro cerca de Sants. Los padres hablan de lo grande que es el patio (lo es), de si parece que ha dejado de llover, de lo equipada que est¨¢ el aula de inform¨¢tica... Pero a ninguno se le ve inquieto por las recientes noticias sobre agresiones a menores. No hay preguntas que floten en el aire.
El director se avanza a las preguntas: ¡°Hemos pasado un tiempo tempestuoso¡±
Imbuido tal vez por el esp¨ªritu de las puertas abiertas (que entre el aire fresco, que la casa se ventile), Raimon Novell, director de Maristas, se anticipa a interrogantes inc¨®modos: ¡°Soy consciente de que hemos pasado un tiempo tempestuoso. Por eso os agradecemos especialmente que hay¨¢is venido¡±. Parece el pr¨®logo de una explicaci¨®n m¨¢s extensa, pero no. Lo que a Novell le preocupa (y lo que cree que preocupa a los padres) es que el centro pierda el concierto con la Generalitat: ¡°En lo que a vosotros os toca, no os ten¨¦is que preocupar. He hablado con las instituciones pol¨ªticas y jur¨ªdicas con las que ten¨ªa que hablar, y todo est¨¢ en orden¡±.
M¨¢s que a la autocr¨ªtica (o al retiro espiritual), el goteo de casos denunciados en las ¨²ltimas semanas ¡ªcinco profesores del centro de Sants-Les Corts, que incluye Primaria y Secundaria, est¨¢n acusados de abusar de decenas de alumnos¡ª ha conducido a los Maristas a la autoafirmaci¨®n. ¡°Nuestra escuela est¨¢ basada en la confianza y la proximidad, y de aqu¨ª no nos va a sacar nadie. Es una buena escuela para vuestros hijos y vuestra familia¡±, dice Novell. En el entusiasmo le acompa?a Esther Bov¨¦, responsable de Infantil y Primaria: ¡°Siempre es un placer ver el aula magna tan llena, pero este a?o mucho m¨¢s¡±.
M¨¢s que autocr¨ªtica, el caso ha generado autoafirmaci¨®n: ¡°Somos una pi?a¡±
Los Maristas han abierto a los padres las puertas que no han abierto a los periodistas. Tambi¨¦n han subido las persianas, que en m¨¢s de una ocasi¨®n han tapado lo que ocurr¨ªa dentro a ojos de los Mossos d¡¯Esquadra o de la Generalitat. En 2011, por ejemplo, el antiguo director, Francesc Xavier Gin¨¦, se neg¨® a facilitar a la polic¨ªa datos sobre el profesor de gimnasia Joaqu¨ªn Ben¨ªtez pese a que ¨¦ste ya hab¨ªa confesado a la escuela que hab¨ªa abusado de un alumno. Hubo m¨¢s v¨ªctimas, antes y despu¨¦s, pero esa opacidad de la escuela y la ineficaz respuesta de todas las instituciones (la acusaci¨®n es del defensor del pueblo catal¨¢n) impidieron que se pusiera antes freno a los pederastas.
Pero este s¨¢bado es d¨ªa de transparencia y buenas caras en la escuela, situada junto al centro okupa de Can Vies. Y Jes¨²s Gallego, jefe de estudios, se esfuerza en transmitir buen rollo. ¡°Esta es una escuela normal, m¨¢s bien humilde. Invitamos a los ni?os a traer la carmanyola (tartera) de casa¡±. Jordi Roger, coordinador de pastoral, muestra en pantalla las excursiones que har¨¢n los alumnos (¡°peregrinaci¨®n a Montserrat¡±, ¡°Camino de Santiago¡±) e incide en que los Maristas buscan formar a los ni?os ¡°tambi¨¦n en lo espiritual¡± para que sepan ¡°c¨®mo quieren ser en los pr¨®ximos 20 a?os¡±. La religi¨®n se ense?a, claro, pero de forma ¡°muy particular¡±, ¡°sin adoctrinamiento¡±. Se incide, por ejemplo, en siete ¡°valores¡±, que son como un reverso soft de los pecados capitales: ¡°buenas maneras, respeto, paciencia, solidaridad, amistad, alegr¨ªa y belleza¡±.
Tras la charla, que empieza a hacerse larga para un no-padre, toca ruta por la escuela. Profesores y monitores muy j¨®venes sonr¨ªen por los pasillos. Las instalaciones le hacen a uno querer volver a la escuela: aulas grandes, buena luz, una library para que los ni?os lean en ingl¨¦s y, sobre todo, un patio que mima el baloncesto. La suerte de tener (es un decir) el ¨²nico ni?o que opta a Primaria es que tienes solo para ti a dos profesoras: Montse (19 a?os como docente) y Andrea, la m¨¢s joven.
El tema de los abusos emerge poco a poco, tras preguntar si los docentes de Primaria son todo mujeres o tambi¨¦n hay hombres. ¡°Eso es cosa del pasado, las familias est¨¢n contentas¡±, dice Montse. ¡°Esto nos ha unido mucho m¨¢s, somos una pi?a. Es como si hubieran tocado a un hermano¡±, tercia Andrea. Son las primeras jornadas de puertas abiertas tras el esc¨¢ndalo, y son importantes para todos: ¡°Ha venido pr¨¢cticamente todo el claustro. Y tambi¨¦n muchos padres a apoyarnos¡±, agrega sentada en una silla min¨²scula acoplada a una mesa. A las espaldas, tres s¨ªmbolos religiosos: un dibujo infantil de Jes¨²s y Mar¨ªa, la cruz y el retrato del fundador. Y en la pizarra, un cartel de la Fundaci¨®n Champagnat contra la pederastia: ¡°Rompe el silencio. No est¨¢s solo¡±.
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