Sabidur¨ªa de ¡®guitar hero¡¯

Si en el rock actual hay alg¨²n aut¨¦ntico guitar hero que no juega a serlo y huya de esa etiqueta y sus implicaciones, ese es Adrian Belew. Y lo demostr¨® en Bikini con un concierto contundente, cargado de destellos guitarr¨ªsticos y rebosante de ritmos cambiantes de los que atrapan como una nmensa e invisible telara?a. Un concierto para levantarle el ¨¢nimo a cualquiera.

El nombre de Belew no figura entre las megaestars de la especialidad pero, a sus 66 a?os, carga con un pasado que muchos envidian: desde su liderazgo en una de las mejores ¨¦pocas de King Crimson hasta sus muchos a?os como guardaespaldas de tipos como Zappa, Sakamoto o Bowie. Un pasado que se not¨® al llenarse la sala Bikini de un p¨²blico variado pero con apariencia de haber renovado varias veces el DNI. P¨²blico entrado en a?os pero entregado hasta corear sus ¨¦xitos ochenteros como Three of a perfect pair.

La propuesta de Belew puede ir de lo puramente experimental al rock m¨¢s despojado. Aqu¨ª mezcl¨® ambos decant¨¢ndose m¨¢s por el ritmo que por las sonoridades inveros¨ªmiles, que las hubo pero bien dosificadas. Su power trio es lo que su nombre promete: un bajo implacable y una bater¨ªa rotunda creando un entramado sobre el que Belew puede hacer de las suyas sin temor. Y lo hizo: cant¨® con su voz nasal y perturbadora pero, sobre todo, extrajo todo tipo de sonoridades de su guitarra (dise?o propio, claro) ayud¨¢ndose de un iPad (de suponer, con aplicaci¨®n FLUX:FX que ¨¦l ha dise?ado). Riffs tremendos (piezas como Frame by frame aun suenan frescas), h¨¢bilmente repartidos en temas cortos y directos, peque?os ca?onazos a los que no les sobra nada. Otros, con cuatro de sus canciones hubieran llenado todo un concierto, pero Belew prefiere ir al meollo; se agradece: pura sabidur¨ªa guitarr¨ªstica.