M¨¢s tecnol¨®gicos, m¨¢s internacionales
Los centros se adaptan a una sociedad hipertecnologizada y a los nativos digitales, que ya pueblan las aulas
En tiempos de globalizaci¨®n, el planeta Tierra es un lugar cada vez m¨¢s peque?o, tambi¨¦n m¨¢s competitivo. Para manejarse por los senderos de esta realidad global, las nuevas generaciones necesitar¨¢n dominar algunos lenguajes y herramientas que suponen un reto para la educaci¨®n en colegios e institutos. Entre ellos est¨¢ el ingl¨¦s, cuyo aprendizaje en Espa?a supone un problema end¨¦mico, y las nuevas tecnolog¨ªas, a las que los centros educativos tienen que adaptarse a marchas forzadas por la presi¨®n de una sociedad hipertecnologizada y las oleadas de nativos digitales, esos chavales que ya han nacido en plena era de la informaci¨®n con una tableta en la mano.
Prueba de que estos son asuntos urgentes es la Direcci¨®n General de Innovaci¨®n, Becas y Ayudas a la Educaci¨®n, que en la Comunidad de Madrid se ocupa de ambas vertientes. ¡°Aunamos biling¨¹ismo e innovaci¨®n: el ingl¨¦s es el idioma de hoy y la tecnolog¨ªa es el idioma del futuro¡±, dice Ismael Sanz, el director general, quien tambi¨¦n se?ala como importante el desarrollo de otras habilidades como el trabajo en equipo, la resiliencia, la expresi¨®n oral, el pensamiento cr¨ªtico o la creatividad, lo que a veces se llama competencias transversales.
En otros pa¨ªses de nuestro entorno, cada generaci¨®n menor de 20 a?os supera a la anterior en otra lengua
En la Comunidad de Madrid, el 46% de los colegios p¨²blicos y el 45% de los institutos p¨²blicos son biling¨¹es. Justo ahora es cuando la primera promoci¨®n que comenz¨® en la primaria biling¨¹e termina la secundaria y encara la universidad, la FP superior o el mercado laboral. La asignatura de Tecnolog¨ªa, Programaci¨®n y Rob¨®tica, en cambio, se acaba de implantar este mismo curso en los institutos p¨²blicos. ¡°Responde a una demanda cada vez m¨¢s grande del mundo actual de este tipo de conocimientos. Nuestra apuesta es pionera: exceptuando en Reino Unido, no hay otro pa¨ªs donde exista esta asignatura¡±, afirma Sanz.
Es proverbial la poca habilidad de los espa?oles en el uso de la lengua inglesa, tanto que ni siquiera los presidentes del Gobierno suelen dominarlo (veremos si lo hace el pr¨®ximo, sea cual sea). Adem¨¢s, despu¨¦s de unos a?os de mejor¨ªa, en el ¨²ltimo el nivel de ingl¨¦s de los espa?oles ha vuelto a bajar, seg¨²n el informe EPI de la empresa internacional de ense?anza de idiomas Education First (EF): Espa?a ha descendido del puesto 20? al 23? en un ranking mundial que dominan los pa¨ªses n¨®rdicos. ¡°Durante los a?os de la crisis, la gente se puso a estudiar para estar m¨¢s preparada a la hora de afrontar el mercado laboral, ya fuera en Espa?a o y¨¦ndose al extranjero¡±, dice Ana Moraleda, directora acad¨¦mica de EF. Ahora esa tendencia alcista se ha visto truncada.
Las herramientas tecnol¨®gicas abren una oportunidad para transformar las metodolog¨ªas pedag¨®gicas
¡°Aunque se est¨¢n dando pasos importantes en materia de biling¨¹ismo, en otros pa¨ªses hay mayor nivel de concienciaci¨®n y de formaci¨®n del profesorado¡±, dice Moraleda. El Estudio eu?ropeo de competencia ling¨¹¨ªstica (EECL), publicado en 2012 por la Comisi¨®n Europea (CE), aport¨® otros datos: en Espa?a, el porcentaje de alumnos en los niveles B de ingl¨¦s oscila entre el 24% y el 30%. Estos porcentajes est¨¢n lejos del 50% que propone la CE como referencia para el indicador europeo de competencia ling¨¹¨ªstica.
¡®Speak english¡¯
¡°Espa?a es uno de los pa¨ªses en los que antes se empieza a ense?ar ingl¨¦s y d¨®nde m¨¢s horas se le dedica: sin embargo, no obtiene los mejores resultados¡±, comenta Ismael Sanz. Es parad¨®jico: estudiamos ingl¨¦s desde peque?os y luego no sabemos defendernos en una entrevista de trabajo. Uno de los puntos d¨¦biles, en comparaci¨®n con otros pa¨ªses, es la comprensi¨®n oral, lo que pod¨ªa explicar en parte el hecho de que aqu¨ª se doblen las pel¨ªculas. En otros lugares donde predomina el subtitulado, el o¨ªdo se hace con mayor facilidad a la lengua extranjera: la comprensi¨®n mejora hasta en un 21%, seg¨²n el EECL.
El estudio de Education First arroja otra particularidad espa?ola: al contrario que en otros pa¨ªses, en Espa?a el mejor nivel se encuentra entre los 21 y los 30 a?os, precisamente las edades de ingreso en el mundo del trabajo. Lo habitual en otros pa¨ªses de nuestro entorno es que cada generaci¨®n menor de 20 a?os vaya superando a la anterior. Esta anomal¨ªa indica algo: hay un problema con la ense?anza del ingl¨¦s en los colegios e institutos. Es un problema de base.
El aprendizaje de chino, por la pujanza de la econom¨ªa de ese pa¨ªs, est¨¢ cada vez m¨¢s extendido
Para salir de este atolladero ling¨¹¨ªstico es necesario empezar a ense?ar ingl¨¦s de forma eficaz. El biling¨¹ismo, que consiste en impartir un buen porcentaje de las asignaturas en lengua inglesa, es una soluci¨®n, aunque existen muchas formas de abordar el problema.
Por ejemplo, en el colegio San Patricio de Madrid ¡°exponen¡± a los ni?os de entre tres y seis a?os a varios idiomas: espa?ol, ingl¨¦s, franc¨¦s y alem¨¢n, en una investigaci¨®n en la que re¨²nen a neur¨®logos o psic¨®logos. ¡°No se trata de que ya aprendan a hablar todos esos idiomas, sino que aprendan a escucharlos, a reconocer los fonemas. Despu¨¦s de los seis a?os se hace cada vez m¨¢s dif¨ªcil recuperar esa capacidad¡±, dice Sonsoles Castellano, directora de pol¨ªtica educativa del colegio. Digamos que en la infancia se registran esos sonidos que luego nos ayudar¨¢n a comprender otros idiomas. De ah¨ª, probablemente, el problema antes citado de la comprensi¨®n y el doblaje que se da en los espa?oles.
Hay otros m¨¦todos; por ejemplo, en el Colegio Estudio utilizan el m¨¦todo llamado Jolly Phonics, una forma divertida en la que los peque?os adquieren los sonidos de la lengua brit¨¢nica. Y otros idiomas: el aprendizaje del chino, ante el auge de la econom¨ªa del gigante asi¨¢tico y su muy probable hegemon¨ªa futura, cada vez est¨¢ m¨¢s extendido tanto en colegios p¨²blicos como concertados o privados.
De la tableta al ¡®big data¡¯
Las nuevas tecnolog¨ªas ya est¨¢n aqu¨ª y est¨¢n para quedarse: no tiene sentido hacer que no las vemos. El reto es introducirlas en la educaci¨®n de forma eficaz para unas generaciones que ya est¨¢n completamente habituadas a ellas: los nativos digitales.
Est¨¢n llenas de ventajas, seg¨²n resume Francesc Pedr¨®, jefe de la Divisi¨®n de Pol¨ªticas Sectoriales, TIC y Educaci¨®n de la Unesco: aumentan el inter¨¦s y la motivaci¨®n de los alumnos al utilizar herramientas y formas de trabajo que reconocen como propias; mejoran la productividad del trabajo escolar a todos los niveles, tanto desde un punto de vista de gesti¨®n administrativa como de gesti¨®n del aprendizaje (as¨ª los alumnos aprenden m¨¢s y mejor), y abren una ventana de oportunidad para la transformaci¨®n de las metodolog¨ªas pedag¨®gicas: ense?ar y aprender de forma m¨¢s acorde con las necesidades y las posibilidades de la sociedad del conocimiento.
¡°Estamos viviendo una transformaci¨®n importante, la tecnolog¨ªa entra en los colegios y hay que destacar que trae consigo cambios metodol¨®gicos¡±, dice Francisco Javier Palaz¨®n, director de la publicaci¨®n especializada Educaci¨®n 3.0. ¡°Sin esos cambios, la tecnolog¨ªa no tendr¨ªa importancia¡±, recalca. Ejemplos: el flipped classroom (algo as¨ª como clase puesta al rev¨¦s): si antes se daban clases te¨®ricas y deberes pr¨¢cticos para casa, ahora los alumnos buscan la teor¨ªa en Internet o la reciben en forma de v¨ªdeos, y luego la clase se dedica a la pr¨¢ctica en com¨²n. El profesor ahora es un gu¨ªa que dirige las exploraciones propias del alumno. ¡°La clase magistral ya no tiene sentido, no se puede ense?ar en el siglo XXI como se hac¨ªa en el XIX¡±, opina Palaz¨®n.
Otros ejemplos son el aprendizaje basado en proyectos, en el que el protagonista del aprendizaje es el alumno que trabaja de forma aut¨®noma sobre un tema (y que puede solaparse con el citado concepto de flipped class?room), o la gamificaci¨®n, es decir, el aprendizaje de forma l¨²dica, aprender jugando. Las tecnolog¨ªas que irrumpen en el escenario son las tabletas, que se hacen omnipresentes; la pizarra digital interactiva (PDI, en las que se puede escribir, pero tambi¨¦n proyectar contenidos), las plataformas de aprendizaje (que est¨¢n pasando de las universidades a los colegios), las simulaciones, los programas de edici¨®n de v¨ªdeo y un sinf¨ªn de aplicaciones. En el futuro, la utilizaci¨®n del big data. ¡°La motivaci¨®n de los estudiantes mejora¡±, dice Ismael Sanz. ¡°Los j¨®venes ven la tecnolog¨ªa como algo actual, algo que les gusta. Si hay tecnolog¨ªa de por medio, suelen pensar que lo que est¨¢n aprendiendo es ¨²til¡±.
Los retos son varios, como enumera Sonsoles Castellano, directora de pol¨ªtica educativa del colegio San Patricio: tratar con ni?os que ya han nacido tecnologizados, prepararlos para un entorno omnicanal, ense?arles a manejar, discriminar y analizar una gran cantidad de datos (por ejemplo, a descubrir patrones en big data) y formarles en soluci¨®n de problemas y emprendimiento a trav¨¦s de la programaci¨®n.
Y el escollo principal es la formaci¨®n del profesorado. ¡°Hoy d¨ªa, el profesorado no necesita formaci¨®n para el uso de la tecnolog¨ªa, pero s¨ª demanda que se le ofrezcan pautas y condiciones de trabajo que le permitan sacar rendimiento a la inversi¨®n que deben hacer para renovar sus metodolog¨ªas¡±, dice Francesc Pedr¨®. As¨ª que es necesaria la puesta en pr¨¢ctica de nuevas metodolog¨ªas pedag¨®gicas, adem¨¢s del desarrollo de las capacidades docentes.
La Unesco sostiene desde 2010 que el 30% de los presupuestos destinados a la incorporaci¨®n de la tecnolog¨ªa en educaci¨®n deber¨ªa destinarse al desarrollo de estas capacidades. ¡°Un buen docente sin tecnolog¨ªa puede conseguir buenos aprendizajes; un mal docente con toda la tecnolog¨ªa puesta a su disposici¨®n dif¨ªcilmente conseguir¨¢ progresos significativos¡±, afirma el experto. Adem¨¢s, hay otros problemas m¨¢s prosaicos, pero no menos importantes: la conectividad wifi en los colegios, que muchas veces no puede soportar tantas conexiones sin que se caiga la Red, o la falta de enchufes para recargar los dispositivos.
Tiempo de desconexi¨®n
Solo queda una pregunta. ?Estos progresos tecnoeducativos convertir¨¢n a nuestros hijos en personas tecnodependientes, perdidas eternamente en las profundidades de una pantalla?
¡°Esa preocupaci¨®n quedar¨¢ obsoleta pronto, porque, de hecho, ya vivimos en un mundo tecnodependiente¡±, dice Sonsoles Castellano. ¡°Aun as¨ª, tambi¨¦n es importante ense?ar que hacen falta instantes de desconexi¨®n¡±, matiza. En el colegio San Patricio hay momentos en los que se proh¨ªbe la tecnolog¨ªa y, mediante el desarrollo de su programa I3e (inteligencia emocional en entornos escolares), forman al alumnado (y tambi¨¦n a profesores o personal no docente) en competencias emocionales, con hincapi¨¦ en asuntos como esa desconexi¨®n o el mindfulness.
¡°La forma en que nos relacionamos, nos informamos o trabajamos est¨¢ ya muy influida por la tecnolog¨ªa¡±, afirma Pedr¨®. ¡°En educaci¨®n, como en tantos otros ¨¢mbitos, esta influencia se dejar¨¢ sentir todav¨ªa m¨¢s en el futuro. Hoy por hoy, el riesgo es m¨¢s bien el de la tecnoausencia: pensar que sin la tecnolog¨ªa est¨¢bamos mejor¡±.
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