F¨²tbol como terapia para los ¡®sin techo¡¯
El equipo une frente a la soledad, una de las consecuencias m¨¢s comunes entre personas sin hogar
Solo hay que imaginar la torpeza de cualquier d¨ªa despu¨¦s de haber pasado una mala noche o la debilidad del cuerpo tras comer regular para entender lo agotado que puede estar alguien que duerme y vive en la calle, con fr¨ªo atroz, calor sofocante o humedad y lluvia. En las ant¨ªpodas de los sueldos astron¨®micos y la fervorosa afici¨®n al f¨²tbol, con unos guantes de portero gastados y la soledad como denominador com¨²n, un grupo de personas sin techo re¨²ne fuerzas para ir a jugar al f¨²tbol durante un par de horas a la semana en Sevilla. ¡°Es un buen momento para estar con gente y quitarse de pensamientos problem¨¢ticos¡±, apunta el sevillano Miguel ?ngel Palma, de 40 a?os, que acude animado al entrenamiento, gestionado como una forma de terapia.
Los hechos que llevan a la exclusi¨®n social severa son, normalmente, los denominados factores multicausales concatenados, es decir, la suma de varias situaciones traum¨¢ticas que no permiten un margen suficiente de tiempo para sobreponerse a ellas. Es el caso de Palma. ¡°Trabaj¨¦ en ocasiones, precisamente, de ¨¢rbitro, pero sobre todo de camarero en un hospital. Perd¨ª el empleo, me separ¨¦, me desahuciaron, me qued¨¦ con la custodia de uno de mis hijos, recibo una prestaci¨®n por desempleo de 400 euros, 200 de ellos para la pensi¨®n de un hijo y 200 para la que est¨¢ conmigo, que duerme con mi padre en un peque?o estudio. Yo no quepo¡±, resume r¨¢pidamente Palma, que conf¨ªa en salir pronto de la situaci¨®n si consigue una ayuda para el alquiler.
Saber cu¨¢ntas viven en estas condiciones es un c¨¢lculo complejo por la falta de domicilio y censo, pero en Espa?a podr¨ªa haber cerca de 33.000, seg¨²n recoge el documento de la Estrategia nacional integral para personas sin hogar 2015-2020. ¡°Las personas con entornos desestructurados son m¨¢s proclives, pero esto no entiende de clases. Hay universitarios, funcionarios, hijos de familias adineradas¡ y la situaci¨®n se complica por la dificultad de acceder a un trabajo¡±, apunta Joaqu¨ªn Alcaide, t¨¦cnico de intervenci¨®n psicosocial de Rais Fundaci¨®n, organizadora de los entrenamientos.
Todos los integrantes del equipo coinciden en que la soledad es uno de los sentimientos m¨¢s compartidos. Pedro Mendoza, jiennense de 34 a?os, lleva tres a?os entrenando. ¡°En este rato no pienso si hoy tengo para comer y ma?ana no. Esto nos ayuda a conocer a personas nuevas. Aprendo mucho de los que vienen de otros pa¨ªses, es muy interesante¡±, dice Mendoza, que sabe lo que es levantarse tras dormir en un cajero, echar curr¨ªculums, que le miren de reojo, que la gente se coja el bolso cuando se acerca¡ En el f¨²tbol encuentra complicidad.
¡°Esta actividad es una muy buena manera de profundizar en sus perfiles, de hablar en horizontal. Es m¨¢s interesante trabajar aqu¨ª que en un despacho¡±, cuenta Alcaide. ¡°El ocio es importante para ellos, como para cualquier persona. El deporte facilita que a trav¨¦s de la intervenci¨®n se les ayude a recuperar habilidades que tienen olvidadas y que sirven para retomar su proyecto de vida¡±, apunta Ignacio Bartolom¨¦, director en Andaluc¨ªa de la fundaci¨®n, que tambi¨¦n organiza entrenamientos en Madrid, M¨¢laga, Bilbao, Murcia y Valencia. Otros a?os han participado en la Homeless World Cup, un evento internacional que re¨²ne a personas sin hogar del mundo para jugar al f¨²tbol, lejos de los gal¨¢cticos.
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