Buscando pelucas en Lavapi¨¦s
El Madrid de Fofito sabe a huevos rotos y a cartas escritas en el Retiro
Fofito, que prefiere que le llamen as¨ª antes que Alfonso Arag¨®n Sac, como dice su DNI, pas¨® su infancia entre Madrid y La Habana, donde naci¨® en 1949. Vino para quedarse en 1967, cuando eligi¨® estudiar m¨²sica en el conservatorio de la capital ¡°antes que ir a Vietnam a disparar tiritos¡±, que es lo que le tocaba. Invita a pasear por Madrid con fechas, caras, nombres, lugares precisos.
Y entre recuerdo y recuerdo, una l¨¢grima se agazapa entre las pesta?as. Cuando Buster Keaton dio un triple salto mortal en la piscina, para recordar ¡°que ¨¦l tambi¨¦n fue un artista de circo¡±, cuando Harpo Marx le habl¨® de m¨²sico a m¨²sico o cuando Cantinflas invit¨® a torear a su padre, Fof¨®, nacido, por cierto, en Puente de Vallecas. Hablando de ¨¦l se emociona tanto que se le corta la voz a ratos.
Act¨²a este domingo 3 de abril y el 10, junto a su hija M¨®nica Arag¨®n en La Estaci¨®n Gran Teatro Pr¨ªncipe P¨ªo con la obra ¡®Aquellas Meriendas¡¯. (Cuesta San Vicente, 44). Y estos son sus 10 lugares:
1. La Plaza Mayor. Me encanta porque cuando vine a Madrid a estudiar me entreten¨ªa pase¨¢ndola. Adem¨¢s, all¨¢ donde estuvi¨¦ramos, en Am¨¦rica o donde fuera, siempre escrib¨ªamos a Casa Yustas para que nos enviasen los sombreros que llev¨¢bamos. El rojo para Fof¨®, la gorra para Miliki, el bomb¨ªn para Fofito¡ (Plaza Mayor, 30).
2. Lavapi¨¦s. Todo lo que vest¨ªamos lo compr¨¢bamos en Madrid. Tambi¨¦n las pelucas. En este barrio ten¨ªa su local uno de los mejores peluqueros de la ciudad. Esta peluquer¨ªa ya no existe y no sabr¨ªa decirte qu¨¦ hay ahora, pero en su d¨ªa le compr¨¢bamos a ¨¦l, ten¨ªa las tallas de todos nosotros.
3. El Rastro. All¨ª me mandaba mi padre a buscar un velador peque?ito para hacer magia o una silla de madera que fuera fuerte. Conoc¨ªa a muchos que vend¨ªan cosas en el Rastro: soldaduras, fracs, muebles peque?os... Hice un mont¨®n de amigos en esa ¨¦poca, vendedores del Rastro. A¨²n hoy, cuando paso por all¨ª, les saludo. Cuando iba por all¨ª, me sol¨ªa desviar a Casa Labra (calle de Tetu¨¢n, 12).
4. La Plaza de Toros. En Am¨¦rica ve¨ªamos a los toreros de Espa?a, y cuando volvimos... ?te acuerdas del circo que se montaba al lado? Pues me hice muy amigo del conserje de Las Ventas. Me invitaba a entrar por la puerta de atr¨¢s. Las Ventas y el circo han tenido siempre una relaci¨®n estrecha, ha llegado a haber un circo dentro de la plaza y otro fuera. (Alcal¨¢, 237).
5. El Bernab¨¦u. Aqu¨ª tengo un bonito recuerdo con Fof¨®, mi padre. La primera vez que fui, me dijo: ¡°Vas a conocer un sitio muy bonito¡±. Me llev¨® y vimos un partido en el Bernab¨¦u. No era el antiguo campo, el de Chamart¨ªn, era ya el Bernab¨¦u actual. Al mismo don Santiago le conoc¨ª, era una delicia hablar con ¨¦l, inspiraba. (Avenida de Concha Espina, 1).
6. El Retiro. Cuando estudiaba en el conservatorio, mi familia segu¨ªa por Am¨¦rica. Yo no pod¨ªa volver porque me mandaban a Vietnam. Estando solo, me gustaba despejarme y andar mucho. El Retiro, que por entonces a¨²n dejaban pasar a los coches, era mi sitio de relax, de pensar mucho en el futuro y de escribir a casa.
7. Casa Lucio. Iba con amigos como Lola Flores. Todos ped¨ªan de la carta, pero nosotros no. Lola dec¨ªa: ¡°Para nosotros, lo de siempre, los huevos rotos¡±. Y com¨ªamos ese buen jam¨®n que ten¨ªan ellos y los huevos. (Calle Cava Baja, 35).
8. Puerta del Sol. All¨ª tuve que narrar dos veces la llegada de Los Reyes Magos. Una vez de ellas en 1992, con mi hermano Rody. ?Yo siempre he cre¨ªdo en los Reyes! Tambi¨¦n en los de verdad, que por cierto, nos invitaron varias veces a actuar para recaudar fondos. (Plaza de la Puerta del Sol, s/n).
9. Cortylandia. Es uno de mis sitios favoritos. Y lo es por culpa de mis hijas, porque ¨ªbamos todos los a?os... Me trae muchos recuerdos sobre la Navidad con ellas, y ahora toca ir con los nietos. Pero el Cortylandia de Sol, ?eh?. (Maestro Victoria, 6)
10. Circo Price. Sol¨ªa decir Fof¨® que quien pisaba la pista del Circo Price, era como si hubiera ido a la universidad del espect¨¢culo. El antiguo Price era maravilloso, estaba en la Plaza del Rey. Al salir ¨ªbamos a Casa Vald¨¦s, que ya no existe. El nuevo tambi¨¦n me gusta, tienen expuestos retratos de mis antepasados en las paredes. (Ronda de Atocha, 35).
De nuevo en el escenario
Alfonso Arag¨®n creci¨® entre Madrid y La Habana, donde naci¨® en 1949. En 1967 vino aqu¨ª "antes que ir a Vietnam". Representa Aquellas meriendas (3 y 10 de abril), con su hija, en La Estaci¨®n Gran Teatro Pr¨ªncipe P¨ªo. (Cuesta San Vicente, 44).
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