Las culpas del d¨¦ficit
Las comunidades aut¨®nomas (con dos excepciones) tienen responsabilidades de gastos en servicios b¨¢sicos, sin tener capacidad de decidir
Hace una semana, cuando se anunci¨® que Espa?a hab¨ªa sobrepasado, en m¨¢s de un 20%, el d¨¦ficit p¨²blico acordado con la Uni¨®n Europea para 2015, dije en p¨²blico que nos prepar¨¢ramos para un conflicto entre dos frentes: Espa?a y la Uni¨®n Europea, porque la Comisi¨®n hab¨ªa advertido repetidamente de que esto iba a ocurrir (sobre todo cuando se anunci¨® una reducci¨®n de impuestos) y el Gobierno Espa?ol rechaz¨® las advertencias con una cierta insolencia que cay¨® muy mal en Bruselas; y entre el Gobierno central y los auton¨®micos, ya que se intentar¨ªa culpabilizar a estos de la desviaci¨®n, y utilizar esta circunstancia para justificar medidas de recentralizaci¨®n, y hasta de una, m¨¢s o menos disimulada, intervenci¨®n.
El primer conflicto creo que no aparecer¨¢ mientras no exista un nuevo gobierno en Madrid, y depender¨¢ de cu¨¢l sea su signo. Pero el segundo ha empezado ya. Se ha responsabilizado del d¨¦ficit a la Seguridad Social y a las comunidades aut¨®nomas (CC AA). No quiero, ni me corresponde, entrar en la pol¨¦mica pol¨ªtica. S¨®lo intento hacer unas reflexiones que ayuden a entender mejor el origen de estos problemas.
1. Desviaci¨®n de cifras. No estamos hablando de cifras absolutas, sino de desviaciones respecto a objetivos. Si no se han cumplido, hay que analizar qu¨¦ parte de culpa est¨¢ en el incumplimiento, y qu¨¦ parte en los que, conscientemente o no, se han equivocado en la fijaci¨®n de los objetivos.
En el caso de Espa?a y la UE, se part¨ªa de una imposici¨®n muy dura por parte de esta, fruto de la obsesi¨®n en las pol¨ªticas de austeridad; pero fue revisada, suavizada, y aceptada finalmente, por ambas partes. Si el objetivo acordado era irreal, la responsabilidad seria compartida. En el caso del reparto del d¨¦ficit entre Estado y CC AA, fue una imposici¨®n del primero que fue rechazada por los gobiernos auton¨®micos, sin que se consiguiera ninguna revisi¨®n ni flexibilizaci¨®n. Aqu¨ª, la responsabilidad del error corresponder¨ªa s¨®lo a una parte.
2. Elasticidad o rigidez. Un presupuesto p¨²blico tiene cifras de ingresos y otras de gastos. Entiendo por rigidez la incapacidad de modificar las cifras en funci¨®n de las circunstancias. Una situaci¨®n de crisis autom¨¢ticamente reduce los ingresos y aumenta los gastos. La recesi¨®n supone una disminuci¨®n de ingresos por impuestos, y por cotizaciones sociales. Por otra parte, supone mayores gastos debidos al seguro contra el paro, y al aumento de las atenciones sociales y sanitarias. A estos dos automatismos, hay que a?adir una rigidez que nadie discute, pensando en el futuro: mantener la calidad y el alcance del sistema educativo.
Todo ello hace que en tiempos de crisis los presupuestos p¨²blicos tengan d¨¦ficit, y que los d¨¦ficits se sit¨²en sobre todo en la Seguridad Social y en los presupuestos de los gobiernos que tienen a su cargo la sanidad, la educaci¨®n y los servicios sociales. Se impone, adem¨¢s, una exigencia: intentar aumentar ingresos, reforzando el control fiscal, y aumentando los impuestos sobre las rentas y los patrimonios menos afectados por la crisis; lo contrario de lo que se hizo.
3. Asimetr¨ªa de responsabilidades. Una buena parte del conflicto tiene causas ocultas exclusivamente pol¨ªtico-partidistas, relacionadas con el debate entre recentralizaci¨®n, autonomismo, federalismo e independentismo. Pero al margen de ello, hay que entender que las contradicciones del entramado institucional no ayudan a racionalizar la situaci¨®n. La Constituci¨®n naci¨® con un esp¨ªritu y un compromiso de evoluci¨®n que luego se perdi¨®, y fue interpretada y aplicada cada vez m¨¢s restrictivamente.
Las CC AA (con dos excepciones) tienen responsabilidades de gastos en servicios b¨¢sicos, sin tener capacidad de decidir, ni controlar sus ingresos, ya que dependen de transferencias del Estado. El gobierno central sigue dedicando buena parte del presupuesto a actividades cuyas competencias han sido transferidas. Algunas CC AA realizan actividades que no ser¨ªan necesarias si el Estado las asumiera con suficiente visi¨®n de la pluralidad nacional. La financiaci¨®n auton¨®mica incluye el necesario principio de solidaridad, pero no lo conjuga con el de ordinalidad, confundiendo igualdad de derechos con igualaci¨®n de recursos.
Si no se trabaja para corregir asimetr¨ªas en las responsabilidades, eliminar duplicidades en las actuaciones, y revisar algunos principios de equidad, va a costar mucho resolver el problema de fondo.
Joan Maj¨® es ingeniero y exministro.
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