M¨¢s lectores y en catal¨¢n

Ni que sea al menos una vez al trimestre, pero los catalanes que leen libros son ya el 66,3% de la poblaci¨®n, cifra que aumenta desde 2011 (62,3%) y que se sit¨²a a solo dos puntos de la anhelada media europea (68%). Y de entre los que leen, uno de cada cuatro (26,4%) lo hace en catal¨¢n como lengua habitual. Son las dos cifras optimistas que destila el informe H¨¢bitos de Lectura y Compra de Libros en Catalu?a 2015, presentado este lunes por la Generalitat junto a los gremios de Editores y libreros de Catalu?a y que sirven para calentar motores en la semana de Sant Jordi.

Como dice el chascarrillo, vamos bien¡­ si no se entra en detalles. Cierto que los que no leen nunca es uno de cada tres catalanes (33,7%) y entre los que s¨ª, seis de cada 10 declaran que lo hacen por ocio (22,4% leen por trabajo o estudio), algo nada desde?able viendo la competencia que prolifera (videojuegos, m¨®viles¡­). Si bien est¨¢ que la gente coja un libro s¨®lo por diversi¨®n, quiz¨¢ ello explique en buena parte la ca¨ªda de m¨¢s de 20 puntos de lectores desde la franja de 14 a 24 a?os, los m¨¢s altos de todos (89,6%), frente a los ¨ªndices que muestran los de la compuesta por los de 25 a 34 a?os (67,8%): a cierta edad, el estudio ya no obliga y el ocio se deriva a hacia otras cosas.

Una segunda lucecita de alarma la genera que buena parte del incremento de la poblaci¨®n lectora se queda entre la franja de lectores ocasionales, que va subiendo y hoy ya es del 13,8%. Dicho de otro modo, en Catalu?a leen de una manera m¨¢s o menos asidua (como m¨ªnimo, una vez a la semana) la mitad de la poblaci¨®n, no m¨¢s (52,5%); es un baremo muy estable desde 2011, si bien parec¨ªa que sub¨ªa en 2012 y 2013, cuando estos alcanzaron su c¨¦nit (55,3%). ¡°Hay que convertir los lectores trimestrales en frecuentes, ese es el gran reto¡±, admite, realista, el presidente del Gremio de Editores de Catalu?a, Patrici Tixis.

El otro gran ¨ªtem que destac¨® el consejero de Cultura Santi Vila fue el incremento de 5,2 puntos porcentuales de los que tienen el catal¨¢n como lengua de lectura habitual, casi lo mismo que ha descendido los que lo hacen en castellano (hoy, el 71%). Si bien las cifras no son malas, pierden fulgor cuando, seg¨²n la misma encuesta, el 94,9% de los lectores podr¨ªan hacerlo en catal¨¢n. Que el ¨²ltimo libro que han adquirido no sea en esa lengua es porque les resulta ¡°m¨¢s sencillo leer en castellano¡± (54,5%). O, algo m¨¢s preocupante (o estimulante) para el sector: casi el 10% admite que el libro lo ley¨® en castellano porque no lo encontr¨® publicado en catal¨¢n.

En la misma t¨®nica del vaso medio lleno o vac¨ªo, la poblaci¨®n que declara haber comprado un libro (que no sea de texto) en el ¨²ltimo a?o es un 47,9%, superada la inflexi¨®n de la crisis que se dio en 2012 (45,1%). S¨ª, hay m¨¢s gente que adquiere libros, pero compran menos ejemplares: la media ha pasado de ocho t¨ªtulos en 2011 a siete.

Entre los par¨¢metros ya cl¨¢sicos (las mujeres leen m¨¢s que los hombres: 69% ante el 59%; los que tienen estudios universitarios son m¨¢s lectores que los que s¨®lo tienen estudios primarios: 85% contra 44%), uno que, en el fondo, ya empieza serlo: la pirater¨ªa. As¨ª, el 24,3% de los catalanes que leen lo hace en soporte digital; pero la cifra no casa con lo que recaudan los editores. ¡°S¨®lo facturamos el 5% por ese concepto; el resto es pirater¨ªa¡±, admite Tixis.

Un ¨²ltimo toque de atenci¨®n lo generan las bibliotecas. Tanto la asistencia, como el n¨²mero de socios, como la cantidad de pr¨¦stamos han descendido en los ¨²ltimos cinco a?os, poco pero de manera continuada: unos cuatro puntos de media. El tercer mayor uso de esos centros, tras el pr¨¦stamo de libros o la lectura in situ, es el de los recursos inform¨¢ticos o electr¨®nicos ah¨ª presentes. Los tiempos.