El Imax plantea reabrir como cine con tecnolog¨ªa de ¨²ltima generaci¨®n
El propietario presenta sus planes a la Autoridad Portuaria de Barcelona
Teatroimax, la compa?¨ªa propietaria del Imax de Port Vell, plantea reabrir las instalaciones cerradas a finales de 2014 con un nuevo cine de alta gama. La empresa hab¨ªa propuesto reacondicionar el edificio para instalar un teatro de variedades, pero ante la dificultad de aprobar un nuevo Plan Especial del Port Vell ha sondeado a la Autoridad Portuaria de Barcelona (APB) para instalar nuevos proyectores de tecnolog¨ªa l¨¢ser de alta definici¨®n y poder volver a abrir el cine que cerr¨® tras a?os de fuertes p¨¦rdidas econ¨®micas.
Tras meses de silencio en torno a sus planes, Juan Jos¨¦ Castell¨®, due?o de Teatroimax, admiti¨® ayer que quiere reabrir el cine con una tecnolog¨ªa de ¨²ltima generaci¨®n que le permita emitir tanto en alta definici¨®n como en tres dimensiones en la gran pantalla de 600 metros cuadrados que todav¨ªa est¨¢ instalada. Desde la APB confirmaron que se les ha hecho presentado ese proyecto, aunque se halla en una fase preliminar. Fuentes del Ayuntamiento de Barcelona negaron conocer esa propuesta, pero s¨ª admitieron que prefieren la reapertura como sala de cine a la creaci¨®n de un teatro de variedades, porque as¨ª se crear¨ªa una instalaci¨®n para la ciudad y no otro reclamo tur¨ªstico en Ciutat Vella. Estaba descartada la conversi¨®n del espacio que ocupa el cine en otro espacio comercial.
La compa?¨ªa quiere reabrir las instalaciones pero condiciona las inversiones necesarias, de entre dos y tres millones de euros, a una prolongaci¨®n de su concesi¨®n en el Port Vell. Su permiso expira en nueve a?os y considera que para amortizar la inversi¨®n ser¨ªa necesario lograr algunos a?os m¨¢s de permiso, decisi¨®n que recae sobre el Puerto de Barcelona. En Madrid, donde tambi¨¦n cerr¨®, tiene los mismos planes, pero Castell¨® neg¨® ayer de que en aquel caso sea necesario prolongar los permisos.
Para hacer posible el proyecto, Teatroimax tendr¨¢ que buscar nuevos socios y hacer una ampliaci¨®n de capital. La sociedad carga todav¨ªa con una pesada losa. Adeuda m¨¢s de diez millones de euros del convenio de acreedores que acord¨® para salir del concurso que present¨® en 2014 y que le compromete a desembolsar las facturas pendientes con empresas del sector, Hacienda, Seguridad Social y Catalunya Caixa (ahora BBVA) antes de dos a?os.
La tecnolog¨ªa que plantea implantar en los hasta ahora cines Imax ¡ªque dejar¨¢n de llamarse as¨ª, porque se ha rescindido el contrato con la marca¡ª ser¨¢ de ultradefinici¨®n (8K) y permitir¨¢ tambi¨¦n la proyecci¨®n en 3D. La nueva tecnolog¨ªa ofrece una mayor oferta de programaci¨®n que la que ofrec¨ªa la anal¨®gica Imax, que se hab¨ªa quedado desfasada, y se puede efectuar a trav¨¦s de una conexi¨®n de fibra. Asimismo, est¨¢ previsto volver a explotar los 1.500 metros cuadrados de bar-restaurante con el que cuenta el cine, que tiene espacio en la terraza.
El problema del planteamiento inicial, basado en un teatro de variedades, es que este requer¨ªa de una ampliaci¨®n del suelo disponible para construir en las actuales instalaciones anfiteatros. Ganar ese espacio necesita de una modificaci¨®n del Plan Especial del Port Vell, que tendr¨ªa que aprobar el pleno del Ayuntamiento de Barcelona. El actual partido de gobierno, Barcelona en Com¨², se opone a elevar la presi¨®n tur¨ªstica en el distrito de Ciutat Vella.
A Teatroimax le urge encontrar una soluci¨®n. No solo para intentar rentabilizar su inversi¨®n, sino para no perder el riesgo de perder la concesi¨®n que le dio la APB.
Pese a que la apertura en 1995 fue un hito en Espa?a, la afluencia de p¨²blico nunca fue la esperada. En 2008 ya surgi¨® un proyecto para convertir el cine en un teatro de variedades. En el verano de 2014, tras acumular unas p¨¦rdidas de 10 millones de euros entre los cines de Barcelona y Madrid, a la compa?¨ªa no le qued¨® m¨¢s remedio que presentar concurso de acreedores y preparar el cierre. La plantilla culp¨® de ese proceso a una continua falta de inversiones. La empresa argumentaba la obsolescencia de la tecnolog¨ªa adem¨¢s de la crisis general que afectaba a las salas de cine.
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