¡°Soy ambicioso, pero sobre un escenario no pienso en la vanidad¡±
El tenor Celso Albelo vuelve al Liceo con la ¨®pera ¡®Capuleti e i Montecchi¡¯, de Bellini
En los ¨²ltimos tres meses, el tenor canario Celso Albelo ha dado un paso de gigante en su carrera. De hecho, est¨¢ en plena racha de ¨¦xitos; tras debutar en el Metropolitan Opera House de Nueva York como Leicester en Maria Stuarda, de Donizetti y cantar su primer Werther, de Massenet, en la ?pera de Tenerife, el pasado abril ha conquistado el m¨ªtico Bolshoi de Mosc¨² con el papel de Ernesto, de Don Pasquale. Es el tenor espa?ol m¨¢s internacional y disfruta con pasi¨®n cada nuevo reto: vuelve al Liceo con el papel de Tebaldo en el montaje de I Capuleti e i Montecchi, de Vincenzo Bellini, programado del 17 de mayo al 1 de junio. "Soy ambicioso, pero cuando piso un teatro no pienso en la vanidad, me siento un privilegiado por poder vivir de mi gran pasi¨®n; soy muy feliz cantando", afirma Albelo.
Dos a?os despu¨¦s de su debut en el Liceo -cant¨® otra joya belliniana, La sonnambula, en 2014, altern¨¢ndose en el papel de Elvino con Juan Diego Fl¨®rez- Albelo se siente dichoso e ilusionado con su regreso al coliseo de la Rambla. "El Liceo es el m¨¢ximo exponente de los teatros de ¨®pera de Espa?a y viv¨ª ese debut tan importante como un premio a esa locura que es cantar. Ya hab¨ªa cantado el papel en Viena y Londres, pero interpretarlo en el Liceo y compartiendo escenario con Juan Diego Fl¨®rez fue otro premio".
En I Capuleti e i Montecchi, obra maestra del belcanto muy apropiada en el a?o Shakespeare, Albelo interpreta a Tebaldo -en el primer reparto el papel corre a cargo del italiano Antonio Siragusa-, con el que cosech¨® un triunfo notable en Berl¨ªn en compa?¨ªa del Romeo de la mezzosoprano estadounidense Joyce DiDonato, con quien coincidir¨¢ en dos funciones (25 y 28 de mayo). En sus otras dos funciones, compartir¨¢ escenario con la mezzo valenciana Silvia Tro Santaf¨¦. La soprano italiana Patricia Ciofi y su colega rusa Ekaterina Siurina encarnan a Julieta, y completan el reparto el bajo menorqu¨ªn Sim¨®n Orfila (Lorenzo) y el bajo italiano Marco Spotti (Capellio).
El montaje, con espectacular vestuario de Christian Lacroix es una coproducci¨®n de la ?pera de San Francisco y la Bayerische Staatsoper de M¨²nich con direcci¨®n de escena de Vincent Boussard y direcci¨®n musical de Riccardo Frizza. "Bellini es muy dificil, tienes la sensaci¨®n de que te deja m¨¢s desnudo porque la orquesta es muy delicada y en los cantabiles muchas veces no se escucha bien, y resulta m¨¢s complicado encontrar la l¨ªnea mel¨®dica justa, has de estar muy concentrado en el sonido", comenta.
Bellini, Donizetti y Verdi nutren el repertorio que mejor le sienta a su voz y a sus armas belcantistas, entre ellas un poderoso registro agudo. Vive, por tanto, sometido a las exigencias de una escritura vocal de m¨¢xima dificultad, enfrentado a tesituras muy duras, como el papel de Arturo, de I puritani, con el que en julio volver¨¢ al Teatro Real de Madrid, altern¨¢ndose en el papel con su colega mexicano Javier Camarena.
"A veces pienso que Bellini ten¨ªa man¨ªa a los tenores. Eres el primero en salir a cantar, en fr¨ªo, y la tesitura es muy dura, pero los agudos no son el ¨²nico problema, hay partes de mayor peso y tienes que encontrar el equilibrio entre esa ligereza vocal y cierto abandono rom¨¢ntico necesario para dar relieve a las zonas centrales de la voz", se?ala Albelo, a quien el hecho de actuar en el primero o en el segundo reparto no le quita el sue?o. "Admiro a mis colegas, pero no hay rivalidad; lo importante es que voy a cantar tambi¨¦n esa ¨®pera y en el mismo teatro".
Aunque resulta inevitable, y m¨¢s con un tenor canario, hablar del inolvidable Alfredo Kraus, su paisano Albelo prefiere buscar su propio camino a la hora de escoger el repertorio. "El fue imbatible en los papeles que interpretaba, un referente, y se mantuvo fiel a ellos, pero cada cantante y cada carrera es un mundo. La elecci¨®n del repertorio y el desarrollo vocal e intelectual de un artista no se puede analizar a partir de un modelo ¨²nico. Adem¨¢s, las inquietudes de un artista juegan un papel importante a la hora de ampliar el repertorio y no repetirse siempre en los mismos personajes".
Quiere seguir incorporando nuevos papeles a un ritmo pausado - en octubre debuta otro t¨ªtulo donizettiano en Bilbao, Lucrezia Borgia- y piensa dedicar m¨¢s tiempo al repertorio franc¨¦s - la pr¨®xima temporada volver¨¢ al Liceo con Tha?s, de Massenet, junto Pl¨¢cido Domingo-, pero sin abandonar sus papeles de cabecera, entre los que destaca Arturo, de I puritani, y Nemorino, de L?elisir d?amore. "Llevo cantando 12 a?os y de los colegas que empezaron conmigo, un porcentaje muy alto ha cambiado ya de repertorio. Yo no. La primera cosa importante que hice fue Don Pasquale en la ?pera de Z¨²rich y doce a?os despu¨¦s lo he cantado en el Bolshoi".
Asegura Albelo que nadie mejor que el propio cantante para analizar y vigilar la evoluci¨®n natural de la voz. "Con el paso del tiempo hay cosas diferentes, matices nuevos que enriquecen la interpretaci¨®n del personaje, y l¨®gicamente conoces mejor tu instrumento, pero tambi¨¦n sientes la necesidad de ampliar el repertorio seg¨²n va evolucionando la voz, y probar nuevos papeles es siempre una experiencia muy excitante".
Habla de ¨®pera con pasi¨®n y en la distancia corta se muestra lejos de cualquier divismo, al contrario, rompe cualquier barrera con naturalidad, sinceridad y buen sentido del humor. "Es que me considero un tipo superafortunado. Mi debut fue con Rigoletto en Busetto y habr¨¦ cantado el Duque de Mantua unas cien veces, cien veces pagadas, como dice el gran Leo Nucci, porque si sumas ensayos la cifra se dispara. Y he tenido el placer de cantarlo con cuatro generaciones de bar¨ªtonos; Nucci, Renato Bruson, Joan Pons, Dimitri Hvorostovsky, Ambrogio Maestri, entre otros".
Lo que m¨¢s le irrita en el d¨ªa a d¨ªa de su profesi¨®n es el trato con los directores de escena que piden al cantante que haga "cosas incre¨ªbles" que nada tienen que ver con la obra. "Si es una cosa que ayuda a desarrollar ciertos aspectos del personaje, puede llegar a ser interesante, pero hay que tener bien claro que Rigoletto es una obra de Verdi, no del director que lo monta. Si me convencen con argumentos puedo hacer lo que me pidan, pero si no, vienen los problemas y acabas con fama de cantante conflictivo, cuando lo unico que pides es respeto a la partitura", asegura.
Los ¨²ltimos meses del a?o los pasar¨¢ cantando Werther en el Teatro Comunale de Bolonia, donde, de nuevo, se alternar¨¢ con Juan Diego Fl¨®rez en el papel titular. "Tambi¨¦n coincidimos en Bolonia haciendo I Puritani y era maravilloso verle en acci¨®n, es maravilloso, espectacular, una m¨¢quina de cantar".
No s¨®lo est¨¢ en plena forma vocal. Ha perdido 15 kilos y se encuentra m¨¢s ¨¢gil en el escenario. "Nada de dietas, pero desde que he sido padre no paro, porque desde que se despierta es un torbellino. La obesidad es mala para todo y hay que andar con cuidado porque a mi me gusta comer y cuando terminas una funci¨®n, con la tensi¨®n y la energ¨ªa que has gastado, si te ponen una vaca delante, te la comes, y si le pones papas fritas, mejor".
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