Enric Sard¨¤: ¡°El independentismo es una reacci¨®n, no es una acci¨®n¡±

¡°Yo soy un funcionario del Estado, del servicio exterior del Estado. Un profesional que hace 37 a?os que est¨¢ guardando esta garita¡±. Enric Sard¨¤ Valls (Barcelona, 1952), un diplom¨¢tico cosmopolita y experimentado, es el c¨®nsul general de Espa?a en Washington, DC. Su demarcaci¨®n incluye, adem¨¢s de la capital de los Estados Unidos, los Estados de Maryland, Virginia, Virginia Occidental y Carolina del Norte.

Sard¨¤ Valls vive cerca de Dupont Circle, uno de los barrios m¨¢s vibrantes de Washington. La casa es un peque?o museo, llena de obras de arte y bibelots que ha acumulado a lo largo de su carrera por cuatro continentes. La colecci¨®n es, en cierto modo, un autorretrato del diplom¨¢tico: las obsesiones y las pasiones; el arte y la vida.

Uno de los cuadros, obra de su hermano, el pintor Jordi Sard¨¤ Valls, es el dibujo de un hombre desnudo con una maleta, un sombrero y un libro. ¡°Fue el regalo por mi primer matrimonio. Al cabo de un tiempo pens¨¦: ¡®Mi hermano ha hecho la alegor¨ªa de un diplom¨¢tico¡¯. Porque el diplom¨¢tico est¨¢ en pelotas. Va de lugar en lugar. Pierde los amigos, las familias y llega a la jubilaci¨®n sin conexiones. Lo ¨²nico que le queda es la cultura y los viajes, los traslados¡±.

Pregunta. ?Cu¨¢ndo y por qu¨¦ entr¨® en la carrera diplom¨¢tica?

Respuesta. Provengo de una familia de la burgues¨ªa textil catalana. El mundo empresarial no me atra¨ªa en absoluto. Gracias a Dios, recib¨ª una educaci¨®n cosmopolita, y cuando era jovencito ya hablaba tres o cuatro idiomas y ten¨ªa amigos en Europa y en los Estados Unidos. Cuando ten¨ªa 22 a?os estaba acabando la carrera de letras y decid¨ª dedicarme a la diplomacia. Era 1975. Llegu¨¦ a Madrid veinte d¨ªas antes de la muerte del dictador para preparar la escuela diplom¨¢tica. Consist¨ªa en un examen de ingreso, dos a?os en la escuela y otro a?o para preparar la oposici¨®n definitiva para la que el 50% era la media de la nota obtenida en los dos a?os de escuela diplom¨¢tica. En esta media contaba una memoria, que era como un trabajo de final de carrera. A m¨ª me toc¨® hacerla sobre el contencioso de Belice. Me la dirigi¨® el subdirector general de Centroam¨¦rica y el Caribe, el embajador Yago Pico de Coa?a, todo un se?or, ya jubilado, que acab¨® la carrera en Viena. Un gran diplom¨¢tico.

P. ?C¨®mo ha cambiado la diplomacia espa?ola desde aquella ¨¦poca?

R. La diplomacia espa?ola cambi¨® totalmente en 1986, con la entrada en el Mercado Com¨²n y la OTAN. Pero las bases de la pol¨ªtica exterior espa?ola siguen siendo las mismas. El norte de ?frica, Am¨¦rica Latina y la Uni¨®n Europea. Esto ha cambiado muy poco. Hacia los a?os noventa y con el cambio de siglo se produce la apertura hacia Extremo Oriente y Asia Central, que todav¨ªa est¨¢ in corso, y despu¨¦s la entrada en escena de la Agencia de Cooperaci¨®n Internacional, que hace 25 a?os inaugur¨® una nueva etapa en la presencia espa?ola en el mundo. En el aspecto pr¨¢ctico de la profesi¨®n, hay que mencionar que se ha vuelto peligrosa. Muchos compa?eros destinados en pa¨ªses dif¨ªciles se juegan literalmente la vida cada d¨ªa.

P. ?Por qu¨¦ hay tan pocos catalanes en el servicio diplom¨¢tico espa?ol?

R. Creo que es una cuesti¨®n sociol¨®gica. Catalu?a siempre ha mirado m¨¢s hacia la industria. No hab¨ªa tradici¨®n funcionarial. Catalu?a est¨¢ basada en la industria familiar, el comercio, el puerto, la proximidad a Francia e Italia, en el Mediterr¨¢neo. En cambio, en Madrid, los diplom¨¢ticos primero eran arist¨®cratas: eran enviados del Rey que se ten¨ªan que pagar sus embajadas, y esto aumentaba su prestigio. Despu¨¦s de la revoluci¨®n industrial empez¨® a haber gente de la nobleza que se lig¨® con la aristocracia industrial. Era normal tener en el servicio diplom¨¢tico familias que ven¨ªan de antes de la Guerra Civil: hab¨ªan sido diplom¨¢ticos, y uno o dos hijos segu¨ªan esta tradici¨®n. A la carrera diplom¨¢tica se acced¨ªa por oposici¨®n, como a la de notario, abogado del Estado, letrado de las Cortes. Est¨¢ claro, antes era muy minoritaria: Espa?a ten¨ªa muy pocas embajadas. Ahora tenemos 130. Cuando empec¨¦ eran 50 o 60. Los catalanes somos pocos. De embajadores s¨®lo hay tres, de las 130 embajadas. En Andorra, el se?or Montobbio, en Irlanda, el se?or Rodr¨ªguez Coso, y en Berna, el se?or Bernat de Sicart. Y hay otra, en Finlandia, que est¨¢ en funciones, como otras muchas, pendientes de que haya un nuevo Gobierno: Maria Dolors Figa L¨®pez Palop. De Madrid, no tengo las cifras exactas, pero deben de haber, nacidos o con residencia oficial en Madrid, un m¨ªnimo de 50.

P. ?Ha encontrado obst¨¢culos en su carrera por ser catal¨¢n?

R. No lo creo. No. Nunca he tenido ning¨²n obst¨¢culo.

P. ?C¨®mo observa desde Washington el proceso pol¨ªtico que ha vivido Catalu?a en los ¨²ltimos cuatro o cinco a?os?

R. Es dif¨ªcil contestar a esta pregunta. Lo observo con preocupaci¨®n: me doy cuenta cada d¨ªa de que Catalu?a necesita ir de la mano de Espa?a. Por s¨ª sola no tiene el peso ni la influencia, ni la pr¨¢ctica ni los contactos ni el know how para ir en solitario. Para empezar: parto de la base de que Catalu?a es parte de Espa?a. No concibo una Catalu?a independiente. Concibo, s¨ª, una Catalu?a dentro de Espa?a con una ensambladura diferente de la que tiene ahora. Es una cosa que todo el mundo est¨¢ de acuerdo que se tiene que cambiar: no creo ser original por mencionarlo. Evidentemente, he puesto mi vida profesional a favor del servicio exterior espa?ol y me siento profundamente espa?ol. Y profundamente catal¨¢n.

P. Cuando le preguntan en Estados Unidos qu¨¦ pasa en Catalu?a, ?qu¨¦ responde?

R. Digo que es una cuesti¨®n de la embajada y que tienen que preguntarlo a la embajada. No me gusta meterme en estas cuestiones. Yo aqu¨ª soy el c¨®nsul y no tengo funci¨®n pol¨ªtica. Tengo representaci¨®n administrativa. Soy muy respetuoso con las competencias. No me gusta meterme en un terreno que no me corresponde.

P. Como ciudadano, es muy activo en las redes sociales.

R. Soy activo en las redes sociales, pero no trato estos temas.

P. A veces hace comentarios en las redes sobre estos temas. Por ejemplo, hace un mes coment¨® en Facebook un art¨ªculo publicado en EL PA?S, de Jordi Borja, titulado "Sin rumbo ni destino". El art¨ªculo dec¨ªa: ¡°La animosidad contra Catalu?a contribuye a crear un ambiente propicio a la ruptura. El problema no es Catalu?a, sino Espa?a, que no es capaz de proponer un proyecto atractivo para todo el mundo¡±. Coment¨®: ¡°Como catal¨¢n y espa?ol que desea seguir si¨¦ndolo comparto este art¨ªculo, en mi humilde opini¨®n cargado de raz¨®n¡±. ?Por qu¨¦ est¨¢ de acuerdo con esta opini¨®n?

R. Es una opini¨®n enormemente compartida. No me considero nada original por pensar de este modo. Toda persona con sentido com¨²n se da cuenta que el tema catal¨¢n est¨¢ propiciado sobre todo por una falta de tacto en el management, en la gesti¨®n de la relaci¨®n con Catalu?a. Pero esto es a todos los niveles, no s¨®lo en el pol¨ªtico. Leo esta ma?ana que el se?or Casilla [portero del Real Madrid] se quer¨ªa expresar en catal¨¢n [en unas declaraciones a la prensa despu¨¦s de un partido], pero el mismo club le ha dicho que no lo hiciera. Parto de la base de que el catal¨¢n es una lengua tan espa?ola como el castellano. Entonces, ?por qu¨¦ hacen sentir a los catalanes que hablamos una lengua extranjera? En la Transici¨®n no fue posible corregirlo, pero es una asignatura pendiente muy importante, y ya ser¨ªa hora que esto se reconociera. Hay un gran desconocimiento de la cuesti¨®n catalana en el resto de Espa?a. Es un tema que genera muchas pasiones y sobre el que se dicen barbaridades. Ya sabemos que la ignorancia a veces es un terreno muy f¨¦rtil para plantar seg¨²n qu¨¦ semillas. Me considero totalmente espa?ol. Debo a Espa?a mi carrera diplom¨¢tica, y mi realizaci¨®n como persona. Mi vida ha sido al servicio del Estado, representando al Estado, independientemente de cuestiones pol¨ªticas, porque nunca me he querido casar con nadie. Soy una persona independiente: soy un servidor del Estado, no de un Gobierno. Para que veas que siento a mi pa¨ªs, que es Espa?a, de una manera particularmente intensa: tendr¨¦ el honor de jurar bandera el 2 de junio a bordo del Juan Sebasti¨¢n Elcano. No hice la mili: no me quisieron por corto de vista. Ahora tengo la oportunidad de hacerlo porque viene el Juan Sebasti¨¢n Elcano aqu¨ª, y tengamos presente que si un d¨ªa Catalu?a fuera atacada el Ej¨¦rcito que nos sacar¨ªa las casta?as del fuego ser¨ªa el Ej¨¦rcito espa?ol.

P. Ha dicho que la cuesti¨®n de la lengua ha quedado pendiente¡­

R. No estoy hablando de la lengua catalana s¨®lo, sino de todas las lenguas espa?olas. Por ejemplo: vemos que en todo el territorio suizo los billetes suizos est¨¢n escritos en franc¨¦s, alem¨¢n, italiano y retorom¨¢nico. ?Por qu¨¦ no puede ser as¨ª en el caso de Espa?a? Son lenguas espa?olas y todas tendr¨ªan que tener la misma igualdad, porque todos somos iguales ante la ley. Si los espa?oles hablamos varias lenguas, es normal que todas sean iguales, aunque haya una, la castellana, que sea la com¨²n para todos. Pero esto no tiene porque ser motivo para que los otros est¨¦n en pie de igualdad seg¨²n los principios que inspiran una democracia en un Estado de derecho.

P. En Canad¨¢, los diplom¨¢ticos y altos funcionarios necesitan saber franc¨¦s e ingl¨¦s.

R. Pero el franc¨¦s ha sido a?os y a?os la lengua oficial de la diplomacia. A nosotros, hasta hace cuatro d¨ªas, nos ped¨ªan hablar franc¨¦s para ingresar en la carrera diplom¨¢tica. O sea: es normal que a los canadienses les pidan hablar ingl¨¦s y franc¨¦s. Pero un diplom¨¢tico espa?ol no tiene que saber necesariamente catal¨¢n. Si sabe, tant mieux.

P. ?No ser¨ªa una buena idea que supieran, teniendo en cuenta que representan a un pa¨ªs pluriling¨¹e?

R. No. La cuesti¨®n no es tanto de ense?anza como de reconocimiento. Tendr¨ªamos que ser constitucionalmente iguales, y despu¨¦s la gente har¨¢ lo que quiera. Pero creo que no es bueno que en la Espa?a del 2016 se enfoque todav¨ªa la cuesti¨®n ling¨¹¨ªstica como hace 150 a?os. Es absurdo. A ver si pasamos p¨¢gina y se aplica el sentido com¨²n. Si Catalu?a es un pueblo ib¨¦rico, igual que Navarra, Cantabria, Galicia, etc¨¦tera, pues las lenguas se tienen que respetar y tener el mismo nivel oficial, o reconocido, que el castellano, que por circunstancias hist¨®ricas se ha impuesto a las otras. Estoy b¨¢sicamente de acuerdo con este art¨ªculo. La otra reflexi¨®n: yo he vivido en Madrid, y que te recuerden continuamente que tienes acento catal¨¢n resulta particularmente irritante. Sin hablar de los boicots, las recogidas de firmas, estas expresiones de rechazo y de catalanofobia. Son cosas que a los catalanes nos hieren much¨ªsimo, y no lo entendemos.

P. ?La ha vivido, la catalanof¨®bia, en la carrera diplom¨¢tica?

R. En la diplomacia no he vivido nunca fobia de nada. Ni homofobia ni catalanofobia. En absoluto. Donde s¨ª que lo he podido notar, a veces, es en ciertos ambientes. Todas las colonias son el reflejo de la sociedad espa?ola. Hay sectores que son de tendencias m¨¢s conservadoras, y en estos sectores noto un cierto rechazo por el hecho de ser gay y una cierta animadversi¨®n. No entienden el hecho catal¨¢n. Se enfoca de una manera equivocada: si para resolver el problema aplicas premisas equivocadas la soluci¨®n obligatoriamente es falsa, err¨®nea. Es lo que tiene que cambiar en Espa?a para que Catalu?a est¨¦ dentro de Espa?a. Yo quiero que Catalu?a siga dentro de Espa?a y por eso tiene que cambiar el clima que ha imperado hasta ahora. Catalu?a ha pasado del rock bottom de independentistas, que es indisoluble, a tener casi la mitad. Es evidente que la causa no se encuentra en Catalu?a. El independentismo es una reacci¨®n, no es una acci¨®n: es una reacci¨®n a una pol¨ªtica equivocada que se arrastra desde hace muchas d¨¦cadas.

P. ?Qu¨¦ tendr¨ªa que cambiar? Usted ha hablado de la lengua, qu¨¦ otras cosas cree que Espa?a deber¨ªa hacer para que Catalu?a se sintiera c¨®moda.

R. Es un asunto muy complejo. Se tendr¨ªan que hacer muchas cosas, esto es evidente. Para empezar, sacar esta ret¨®rica anticatalana que encuentras en todas partes. La ret¨®rica anticatalana que hace da?o, en el sentido de la uni¨®n de Espa?a, es la ret¨®rica de las redes sociales y de cierta prensa. No es el Gobierno. Yo creo que el Gobierno es espectador de todo esto. Aqu¨ª hay una cosa, aquella cosa tan espa?ola que es yo no voy a ser menos. El tema del AVE es un ejemplo. Nos hemos cargado de estaciones del AVE, que son in¨²tiles, que cuestan un ri?¨®n y donde no sube ni baja nadie. La cuesti¨®n del yo no voy a ser menos es tremenda en nuestro pa¨ªs y lo ha enredado todo. Es evidente que el hecho de que en un motor de la econom¨ªa como Catalu?a no se hayan hecho ciertas infraestructuras como se ten¨ªan que hacer, ha contado en la desafecci¨®n de Catalu?a. O el tema del transporte p¨²blico en Barcelona, que es un esc¨¢ndalo y que no se ha arreglado. Y tantos otros: el tema del corredor mediterr¨¢neo, que no se ha hecho. Hay tantas cosas que han perjudicado a Catalu?a y Espa?a porque, est¨¢ claro, un corredor mediterr¨¢neo habr¨ªa generado mucha m¨¢s riqueza que no un AVE que nadie coge, con toda mi consideraci¨®n por la gente que quiere tener el AVE tambi¨¦n. Pero es necesario un orden de prioridades. Est¨¢ claro, la pol¨ªtica es la pol¨ªtica. La pol¨ªtica es una cosa y la realidad es otra. Una cosa es lo que se tendr¨ªa que hacer y otra lo que se hace, que es el producto de la pol¨ªtica, de un juego de intereses, de alianzas y de equilibrios. Tienes que hacer concesiones aqu¨ª y all¨¢, y se prometen unas cosas que despu¨¦s se tienen que cumplir.

P. ?Cree que un refer¨¦ndum ser¨ªa una soluci¨®n al contencioso?

R. Yo creo que ya se ha llegado a un punto que ser¨ªa una cosa que llegar¨ªa ya muerta, un refer¨¦ndum. Un refer¨¦ndum se habr¨ªa tenido que hacer cuando lo propusieron, y lo habr¨ªa ganado el no de una manera absolutamente palmaria. Esta es mi opini¨®n, y ahora, con todos estos no reiterados a todo, han conseguido que haya un Parlament en Catalu?a con mayor¨ªa independentista. O sea que yo, la verdad, con todos los respetos, creo que se habr¨ªa podido hacer mejor, porque si hubiera habido un refer¨¦ndum en su d¨ªa, que hab¨ªa mecanismos constitucionales seg¨²n el se?or Roca Junyent, padre de la Constituci¨®n, para hacerlo, pues esto se habr¨ªa hecho y aqu¨ª paz y despu¨¦s gloria. Con la cuesti¨®n del refer¨¦ndum, diciendo no se ha hecho un pasticcio total, que ha dado como resultado el Parlament que tenemos ahora, con todos los respetos al Parlament. Yo insisto: el independentismo es una reacci¨®n, no es una acci¨®n, y se deshinchar¨ªa de una manera muy notable si cambiara el discurso imperante en todo sentido, en la prensa, la opini¨®n p¨²blica, y que el catal¨¢n sintiera que se lo aprecia y se lo valora. El catal¨¢n todav¨ªa sufre el clich¨¦ del vendedor de porteros autom¨¢ticos de La escopeta nacional. Aquel clich¨¦ es el que ha quedado dentro del inconsciente de mucha gente. Obviamente era una cosa in chiave giocosa, pero se ha convertido en un estereotipo y esto no es bueno.

P. Si le ofrecieran un cargo en el servicio diplom¨¢tico catal¨¢n que se est¨¢ poniendo en marcha como estructura de este futuro Estado, ?aceptar¨ªa?

R. Hombre, yo para poder aceptar un encargo de un servicio diplom¨¢tico catal¨¢n, Catalu?a tendr¨ªa que ser independiente. Como que ahora no lo es, creo que contestar esta pregunta no tiene ning¨²n sentido.