Los tres mosqueteros de la polic¨ªa de Lleida
Los agentes acusados de inventar una agresi¨®n y falsear un atestado mantienen su versi¨®n pese a las pruebas en contra y con el apoyo de decenas de compa?eros
Rafael, Jaime e Ismael unieron sus destinos el d¨ªa en que pusieron por escrito que hab¨ªan sido v¨ªctimas de una agresi¨®n en una gasolinera de Lleida. Poco importa que aquella acusaci¨®n se haya probado ficticia y que hoy sean ellos los que se sientan en el banquillo por falsedad. Poco importa, tambi¨¦n, el alud de pruebas en su contra: un v¨ªdeo que muestra c¨®mo ocurrieron realmente los hechos, un testigo favorable m¨¢s que sospechoso que al final no ha aparecido, una versi¨®n exculpatoria plagada de contradicciones¡ Pese a todo ello, han mantenido su versi¨®n, uno para todos y todos para uno, hasta las ¨²ltimas consecuencias.
La Audiencia de Lleida ha juzgado hoy a un cabo y a dos agentes de la polic¨ªa local por recoger en un atestado una agresi¨®n que, seg¨²n la Fiscal¨ªa, jam¨¢s existi¨® y que justific¨® la detenci¨®n de V¨ªctor Colom¨¦ y su hijo, del mismo nombre, due?os de una gasolinera en Lleida. Los polic¨ªas, con Rafael a la cabeza ¨Cel cabo est¨¢ tambi¨¦n imputado en otro procedimiento por posesi¨®n de pornograf¨ªa infantil- han insistido en que el hijo del propietario les cogi¨® dos veces por el cuello. Ello a pesar de que las c¨¢maras del establecimiento muestran que fueron los agentes quienes, durante una discusi¨®n por un dispositivo policial, se abalanzaron sobre el joven.
Los hechos ocurrieron el 20 de abril de 2012. Rafael dirig¨ªa un dispositivo antidroga ¨Cque acab¨® sin detenidos y con la aprehensi¨®n de una min¨²scula cantidad de coca¨ªna- en la gasolinera de la avenida del Ej¨¦rcito. Nadie hab¨ªa informado al propietario, que pidi¨® explicaciones. ¡°Estaremos el tiempo que haga falta¡±, le contest¨® uno de los agentes. El hijo, al ver que los coches patrulla obstaculizaban la entrada a la gasolinera, sac¨® un tel¨¦fono m¨®vil para grabar el dispositivo, lo que origin¨® un forcejeo con el cabo para quedarse el celular.
La versi¨®n de los polic¨ªas, que la Fiscal¨ªa cree que se fabric¨® posteriormente de forma artificial, es que creyeron que V¨ªctor Colom¨¦ hijo quer¨ªa agredirles. ¡°Me da la impresi¨®n de que me lanza un objeto a la cara y repelo la agresi¨®n cogi¨¦ndole del brazo¡ Luego result¨® que el objeto que ten¨ªa era un tel¨¦fono m¨®vil. Entonces, me agarr¨® del cuello con todas sus fuerzas mientras el padre me zarandeaba para quitarme el m¨®vil¡±, ha explicado Rafael. Su versi¨®n fue corroborada por los otros dos acusados y por dos agentes de uniforme que, supuestamente, ¡°acudieron en su auxilio¡±.
Esa primera parte del suceso no se aprecia con claridad en las im¨¢genes, difundidas por EL PA?S. Pero lo que s¨ª se ve es c¨®mo, justo despu¨¦s, los guardias urbanos caminan tranquilamente junto a padre e hijo para ¡°identificarles¡±. Hasta el presidente del tribunal, Francesc Segura, mostr¨® su ¡°sorpresa¡± por el hecho de que, ante una acci¨®n ¡°grave¡± como es agarrar por el cuello a un agente, no solo no les detuvieran de inmediato, sino que caminaran amigablemente junto a ellos. Ninguno de los polic¨ªas logr¨® dar una explicaci¨®n satisfactoria.
El padre, el hijo y dos empleadas de la gasolinera han dado una versi¨®n diametralmente opuesta. "Cuando mi hijo saca el m¨®vil, una persona me coge del brazo y me dice que estoy molestando una actuaci¨®n policial", ha explicado con serenidad el padre, que sigue muy afectado por lo que ocurri¨® a continuaci¨®n. "Uno de los mayores disgustos que tengo es ver lo que han puesto en mi boca", ha dicho en alusi¨®n a los insultos y amenazas que, seg¨²n recoge el atestado presuntamente falso.
Reacci¨®n al TIP
Cuando se retiraron a hablar a un lugar m¨¢s apartado, la situaci¨®n era tranquila. "Esperaba solo que me dieran alguna explicaci¨®n, nada m¨¢s". Pero la conversaci¨®n no fue bien. "Vi una actitud muy desagradable, chulesca, que no llevaba a ning¨²n sitio". El propietario les pidi¨® su n¨²mero de identificaci¨®n (TIP) y les pidi¨® permiso para ir a buscar papel y boli dentro del establecimiento. Los polic¨ªas le preguntaron para qu¨¦. "Les dije que quer¨ªa hacerlo para presentar una queja. Y ah¨ª empez¨® el foll¨®n".
A los polic¨ªas no les gust¨® esa actitud. Mientras uno de ellos cogi¨® del brazo al padre, el otro redujo violentamente al hijo en el suelo. As¨ª lo muestran las im¨¢genes y as¨ª creen que ocurri¨® la Fiscal¨ªa y la acusaci¨®n particular, representada por la abogada Judit Gen¨¦. Las acusaciones piden cuatro a?os y medio de c¨¢rcel por falsedad documental para los polic¨ªas locales.
La versi¨®n de los agentes en este punto es muy llamativa, especialmente porque no coincide en absoluto con lo que dicen las c¨¢maras de videovigilancia. Jaime Jes¨²s C., el polic¨ªa que detuvo al hijo, alega que ¨¦ste repentinamente le cogi¨® del cuello y le levant¨® "un palmo del suelo", tras lo cual le "empotr¨® contra el cristal" de la tienda de la gasolinera. Una f¨¢bula, seg¨²n la Fiscal¨ªa, que ninguno de los testigos -ni siquiera otros polic¨ªas, citados por la defensa- ha podido ratificar.
Testigo a cambio de papeles
La defensa de los polic¨ªas pretend¨ªa contar, adem¨¢s, con un testigo que, hasta el pasado febrero, no hab¨ªa aparecido en el procedimiento. El tribunal lo ha desechado porque, por ahora, no se le ha podido localizar. Se trata de Amandeep D., un hombre de nacionalidad india que el d¨ªa de los hechos estaba repostando en la gasolinera. Su aparici¨®n en el proceso ha sido sorpresiva: alguien (no se sabe qui¨¦n) le llam¨® a declarar ante notario (no ante el juez) para explicar su versi¨®n de los hechos, que es coincidente hasta un punto extremo con la de los polic¨ªas.
Aunque no ha formulado ninguna acusaci¨®n concreta, la Fiscal¨ªa sospecha que pudo instigarse a ese testigo a cambio de una gratificaci¨®n. "Su personaci¨®n podr¨ªa ser una ayuda para conseguir papeles, ya que se encuentra en situaci¨®n irregular (...) No sabemos c¨®mo lleg¨® al notario, ni qui¨¦n lo acompa?¨®".
Las sospechas las ha compartido incluso el magistrado cuando ha tomado declaraci¨®n, como testigo, a un agente de la Guardia Urbana que, presuntamente, lo encontr¨® por casualidad en la calle en noviembre del a?o pasado. Seg¨²n ha explicado, estaba realizando un servicio por un atropello cuando Amandeep D. se le acerc¨®. "Quer¨ªa hablar a solas. Dec¨ªa que hab¨ªa estado en la gasolinera, que lo hab¨ªa visto todo y que cre¨ªa que era injusto [para los polic¨ªas] porque no era verdad. Inform¨¦ a mis superiores", ha dicho el guardia urbano, quien ha insistido en que "desconoc¨ªa" el caso, aunque ha admitido que sab¨ªa que sus compa?eros estaban acusados. "Es un hecho realmente ins¨®lito. ?Le hab¨ªa pasado antes?", ha ironizado el magistrado.
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