Comendadoras recupera lustre

A la cita no falt¨® Pedro de Borb¨®n, Infante de Espa?a, presidente del Consejo de las ?rdenes Militares y legatario de la Casa Real italiana de las Dos Sicilias; ni tampoco ??igo M¨¦ndez Vigo, Ministro de Educaci¨®n y Cultura, que mantiene v¨ªnculos familiares con la nobleza madrile?a, estamento cuyos miembros siguen practicando el cabezazo masculino o la reverencia femenina cuando comparecen ante un Infante de Espa?a, como fue el caso.

La Orden Militar de Santiago, instituci¨®n medieval que integra a gran parte de la aristocracia espa?ola y de la cual formaron parte caballeros como Francisco de Quevedo o Diego Vel¨¢zquez, tiene en las Comendadoras desde 1667 su sede hist¨®rica, donde ha celebrado durante tres siglos las reuniones de su cap¨ªtulo.

La sala capitular reci¨¦n restaurada posee, por ello, una decoraci¨®n ins¨®lita para este tipo de estancias, habitualmente caracterizadas por los acostumbrados y severos sitiales de madera en una atm¨®sfera grave y austera. En este caso, la rehabilitaci¨®n muestra que la sala de cap¨ªtulos era plenamente suntuaria y colorista, al estilo del barroco franc¨¦s. Ha sido dirigida por Emanuela Gambini y realizada por los miembros de su estudio Jaime Alberdi, Beatriz Aguilera y Daniel Ortega, m¨¢s un equipo en el que han figurado el arquitecto ?lvaro Bonet, el estuquista Luis Prieto y artesanos de la Escuela de Oficios de la calle de La Palma, la ¨²nica de su estilo que sigue funcionando en Madrid a costa del Gobierno regional, que financia la restauraci¨®n junto con el Ministerio de Fomento.

Se ha recobrado la ornamentaci¨®n original de la sala, a base de papel pintado en tonos azul cobalto desaparecidos desde 1780 y adornos verde-azulados, en extra?a mezcla crom¨¢tica. Se trata de las primeras decoraciones de este tipo de papel en Madrid, procedente de la F¨¢brica Real de este material decorativo, instalada por instrucci¨®n del rey Carlos IV de Borb¨®n en la cercana calle de Amaniel, donde tuvo luego su sede la primera f¨¢brica de cervezas Mahou.

La sala muestra nueve lienzos de trasunto religioso ¨Cel m¨¢s cotizado una Ascensi¨®n de la Virgen, de Mat¨ªas Cerezo-, hasta diez suntuosos sof¨¢s dieciochescos y tres espl¨¦ndidos bargue?os castellanos con marqueter¨ªa de marfil; l¨¢mparas de la Real F¨¢brica de Cristales de La Granja con lagrimones rematados por gemas color cobalto y verde; cortinajes en ondulado mohair; grandes espejos y arrimaderos de falso cordob¨¢n pintados al ¨®leo.

Todo ha sido delicadamente rescatado de la ruina, la humedad y la molicie dentro de un plan de rehabilitaci¨®n del barroco capitalino que la Comunidad de Madrid y el Ministerio de Fomento acometen desde hace dos d¨¦cadas, con un presupuesto que frisa ya los nueve millones de euros. A¨²n as¨ª, el templo de las Comendadoras, que alberga uno de los lienzos m¨¢s grande de la ciudad, de 5,88 metros de altura por 3,72 metros de anchura, dedicado a Santiago en la batalla de Clavijo, obra de Lucas Jord¨¢n en 1695, a¨²n permanece en obras.

La aristocracia madrile?a, recibida el mi¨¦rcoles por la comunidad religiosa en pleno -otrora nutrida por hijas de la nobleza y que hoy encabeza sor Rosario- persevera incansable en su restauraci¨®n con dinero p¨²blico y algunas aportaciones privadas. El r¨¦gimen de visitas guiadas est¨¢ limitado a los primeros y terceros lunes de cada mes. El donativo sugerido es de cinco euros.