Uni¨®: persistentes, inc¨®modos, necesarios
Se equivoca quien espera el previsible mal resultado de los partidos independentistas el 26-J para enterrar el problema
Leo, con relativa perplejidad, que, adem¨¢s de partir peras con la CUP, Converg¨¨ncia discrepa ahora de Esquerra y de la Assemblea Nacional Catalana sobre la orientaci¨®n de la llamada hoja de ruta. Recuerdo que ahora hace un a?o esta mencionada hoja de ruta acordada entre los que hoy discrepan justific¨® la ruptura entre Converg¨¨ncia i Uni¨®, la alianza preelectoral entre Converg¨¨ncia y Esquerra y la poselectoral entre Junts pel S¨ª y la CUP. Hoy, aquel itinerario tan di¨¢fano y tan sencillo que nos ten¨ªa que llevar a las puertas de la independencia en dieciocho meses es puesto en tela de juicio por sus propios autores. Apenas transcurridos seis meses de legislatura, tenemos un Govern sin Presupuestos e inmerso, junto con los partidos que le apoyan, en un nuevo debate, esta vez sobre la viabilidad de un refer¨¦ndum unilateral de independencia, cosa que, por cierto, muchos de nosotros creemos que ya se hab¨ªa hecho.
M¨¢s all¨¢ de las dosis de electoralismo que a cuatro d¨ªas del 26-J ali?an este episodio, parece claro que estamos ante un replanteamiento en toda regla de los compromisos contra¨ªdos por Junts pel S¨ª y la CUP el pasado 27-S. Pero, desgraciadamente, aquello que era una evidencia para algunos (que la salida de nuestro contencioso con Espa?a pasa inexorablemente por la pol¨ªtica), todav¨ªa no lo es para los que gobiernan a un lado y otro del Ebro. Por eso, llegados aqu¨ª, nos sentimos legitimados para recordar los criterios que ahora hace un a?o asumimos como propios para intentar superar el callej¨®n sin salida en que nos encontramos como pa¨ªs. Unos criterios que pasan, en primer lugar, para reconocer que el desencuentro?entre Catalu?a y Espa?a es una realidad.
Se equivoca ¨Cy mucho¨C quien espera el previsible mal resultado de los partidos independentistas el pr¨®ximo 26-J para enterrar el problema. El agravio existe, es profundo y se tiene que gestionar pol¨ªticamente. Estamos ante un problema de Catalu?a, pero que tambi¨¦n lo es de Espa?a y de Europa. El hecho de que no haya habido hasta ahora ninguna respuesta pol¨ªtica ha contribuido a agrandarlo. El Govern de Catalu?a no puede actuar como si no existiera la ley, es cierto, pero el de Espa?a no puede hacerlo c¨®mo si s¨®lo existiera la ley. Hay que dialogar.
Como hace un a?o, en Uni¨® continuamos pensando que cualquier paso que se haga se tiene que amparar en la legalidad, dado que la inseguridad jur¨ªdica s¨®lo puede tener efectos negativos para el conjunto del pa¨ªs. C¨®mo hace un a?o, seguimos creyendo que la cohesi¨®n social es el bien m¨¢s preciado que tenemos en nuestras manos, y de ah¨ª la obligaci¨®n que tenemos de preservarlo. Como hace un a?o, continuamos convencidos de que Catalu?a no puede asumir una eventual salida de la Uni¨®n Europea, por imperfecta que sea, porque el coste de la no-Europa ser¨ªa todav¨ªa mucho peor. Como hace un a?o, continuamos pensando que el itinerario id¨®neo para salir de este callej¨®n sin salida es la secuencia: di¨¢logo, propuesta, consulta.
Esto es el que hemos defendido, y no sin dificultades. Una posici¨®n avalada ahora hace un a?o en las urnas por la mayor¨ªa de los militantes, la defensa de la cual nos llev¨® a abandonar el Govern de la Generalitat en un ejercicio de rigor y de coherencia, y nos cost¨® una escisi¨®n interna. Esta es la legitimidad y la fuerza de nuestro planteamiento. Quiz¨¢s por eso hemos sido y seguimos siendo profundamente inc¨®modos, tanto para los rupturistas como para los inmovilistas. Por eso, continuamos siendo necesarios.
Ramon Espadaler, secretario general del Comit¨¨ de Govern de Uni¨®.
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