La gran aventura del feroz dinosaurio nadador
El extravagante Spinosaurus, rival medi¨¢tico del T.Rex, desembarca en el Museu Blau en una formidable exposici¨®n
En el antiguo Campo de la Bota, a tiro de piedra del mar, ha aparecido un dinosaurio. Y no uno cualquiera, un aterrador ejemplar de Spinosaurus, extravagante bicho cuyos tama?o, armamento y ferocidad superan los de los m¨¢s grandes depredadores terrestres que hayan existido jam¨¢s, incluido el tiranosaurio, el famoso T. Rex, al que le sobrepasar¨ªa en dos metros, sin contar las u?as. El animal, de extra?as caracter¨ªsticas ¨Cincluso para ser un dinosaurio: nadaba y pescaba- se encuentra junto al Museu Blau, la sede principal del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona (NAT) y es el reclamo y uno de los atractivos de la extraordinaria exposici¨®n Spinosaurus, el gigante perdido del cret¨¢cico que ha organizado la National Geographic Society (NGS) -en coincidencia con el 15 ? aniversario del canal NatGeo- con la colaboraci¨®n de la Universidad de Chicago y que se complementa con f¨®siles de la colecci¨®n del propio museo barcelon¨¦s.
El modelo alarmantemente realista del dinosaurio, que est¨¢ en un peque?o cercado sujetando un pez con una garra digna de un Freddie Krueger antediluviano, ya hac¨ªa las delicias de los ni?os que pasaban por ah¨ª antes de la inauguraci¨®n oficial de la muestra, prevista para esta tarde, con presencia de la alcaldesa. ¡°Mira, el dinosaurio pescador¡±, ha dicho un retaco que hac¨ªa parecer a¨²n m¨¢s grande al ¨Ca Dios gracias- extinto animalote. ¡°Es pariente del Baryonyx¡±, ha sentenciado otro chaval, demostrando que los ni?os tienen un conocimiento de los dinosaurios que nos da sopas con honda a la mayor¨ªa de los adultos (otro pariente, ni?o, es Irritator, que dice mucho del car¨¢cter de la familia). Tambi¨¦n es verdad que Spinosauros es medi¨¢tico: Spielberg, recordar¨¢n, lo hizo el malo de Jurassic Park III sustituyendo al T. Rex, por entonces en horas bajas al haberse sugerido que en realidad el viejo tirano era un carro?ero, y que ten¨ªa plumas.
?Habr¨ªa vencido a un tiranosaurio?
A Spinosaurus se lo presenta en la exposici¨®n como el carn¨ªvoro m¨¢s feroz que haya vivido en la Tierra. ¡°El depredador m¨¢s grande que ha poblado el planeta¡±, seg¨²n el paleont¨®logo del museo, Vicent Vicedo. Al preguntarle un morboso periodista entusiasta de los dinosaurios qui¨¦n habr¨ªa vencido en un combate entre un T. Rex y un Spinosaurus, el paleont¨®logo ha echado balones fuera: ¡°No convivieron, as¨ª que es un enfrentamiento dudoso¡±. Vale, pues con el Carcharodontosaurus. ¡°Es dif¨ªcil de decir¡±. Afortunadamente, a la salida el arque¨®logo y naturalista Jordi Serrallonga, colaborador del museo, se ha atrevido a decir que ganar¨ªa el tiranosaurio o su pariente. ¡°En Internet las apuestas est¨¢n a su favor¡±, ha aducido. En todo caso, la mand¨ªbula larga de Spinosaurus ¨Cque algunos ven como fr¨¢gil a la torsi¨®n- no jugar¨ªa en su contra: ¡°Mira los cocodrilos que mordida tienen, en el zoo a veces se ha tenido que emplear un gato hidr¨¢ulico para abrirle la boca a un cocodrilo y sacar el miembro de alguien¡±. Qu¨¦ interesante es el mundo.
La ventaja de que el Spinosaurus del exterior del museo no est¨¦ en realidad vivo es que puedes mirarlo largo rato sin que se te zampe de una manera cruel y odiosa y observar su rara morfolog¨ªa. Destaca su enorme cresta dorsal o vela, cuya funci¨®n es controvertida (hidrodin¨¢mica, termorregulaci¨®n), aunque la exposici¨®n apuesta decididamente porque era un elemento de ¡°ostentaci¨®n¡± para impresionar tanto a los rivales como a las parejas. Son notables asimismo su cr¨¢neo alargado y sus largas mand¨ªbulas como de cocodrilo provistas de escalofriantes dientes c¨®nicos. Adem¨¢s tiene la mirada quisquillosa.
Si todos los dinosaurios son interesantes, Spinosaurus lo es m¨¢s a¨²n por los curiosos h¨¢bitos que se derivan de su constituci¨®n: estar¨ªamos ante un dinosaurio semiacu¨¢tico de dimensiones colosales (15 metros de largo ¨Calgunos cient¨ªficos sugieren incluso 18- y casi 7 toneladas de peso), adaptado estupendamente para nadar (cuerpo sinuoso, las patas de atr¨¢s palmeadas) y pescar (potentes garras delanteras con largas u?as para atrapar presas escurridizas, dientes que encajaban como una cremallera para pillar peces, sensores especializados con nervios sensoriales en el morro para detectar movimiento en el agua). Todo lo cual no le impedir¨ªa adem¨¢s ser una verdadera molestia para la fauna terrestre.
La exposici¨®n, apasionante, a?ade a la presentaci¨®n en sociedad del dinosaurio la sensacional historia de su descubrimiento, una formidable aventura vital y cient¨ªfica en la que se entrecruzan un viejo explorador arist¨®crata alem¨¢n, la II Guerra Mundial, un joven paleont¨®logo marroqu¨ª, excavaciones en el desierto, desastres y afortunadas coincidencias. La muestra de NGS y el museo tiene la inteligencia y la sensibilidad de proponer un viaje a trav¨¦s de todo eso hacia las raras y grandes fauces de Spinosaurius. El primer ¨¢mbito de la exposici¨®n explica como el paleont¨®logo Ernst Stromer (?Von Stromer!) encontr¨® antes de la I Guerra Mundial en el desierto egipcio los primeros f¨®siles del dinosaurio y le dio nombre (Spinosaurus aegyptiacus). Lo de Spinosaurus no ven¨ªa de que comiera pescado sino de las largas espinas dorsales que sosten¨ªan la vela. Stromer mont¨® el esqueleto y lo exhibi¨® en el Museo del Estado de Baviera en M¨²nich hasta que el edificio fue destruido por un bombardeo aliado en la Segunda Guerra Mundial, contra el que no se pod¨ªa defender ni siquiera semejante carn¨ªvoro. Stromer tuvo una discusi¨®n con el director del museo para que evacuara a su dinosaurio, pero este, el director, era un nazi y se neg¨®.
La exposici¨®n muestra una reconstrucci¨®n del despacho del paleont¨®logo alem¨¢n, con sus papeles, fotos y hasta su lupa y despertador. Y tambi¨¦n una restituci¨®n de c¨®mo figuraba el f¨®sil perdido en el museo. Otro diorama muestra el centro destruido por las bombas. La historia ¨Cque simplifica un poco las investigaciones en aras de un mayor dramatismo- contin¨²a con la obsesi¨®n del paleont¨®logo Nizar Ibrahim por reencontrar a Spinosaurus, sus pesquisas en otros museos y sobre el terreno, con luminarias como Paul Sereno. Una historia llena de misterio, aventura y casualidades que conduce a la regi¨®n de Kem Kem, al sur del Sahara y a hallazgos tan recientes como de 2014 que completan y resuelven el puzzle del dinosaurio nadador, rebautizado ¨Ccon la idea de que es una especie gemela- Spinosaurus maroccanus.
La exposici¨®n, con numerosos f¨®siles y material audiovisual, muestra entonces en una pantalla animada una espectacular reconstrucci¨®n de c¨®mo era el h¨¢bitat del dinosaurio, un inmenso y f¨¦rtil delta en el que se desenvolv¨ªan multitud de especies. Era un lugar en el que mejor no haber puesto nunca los pies. Definitivamente peligroso. Otro de los misterios de esta aventura del Spinosaurus es que su ecosistema en el norte de ?frica en el cret¨¢cico, hace 90 millones de a?os, estaba lleno de carn¨ªvoros, que predominaban absolutamente sobre los herb¨ªvoros. Este ¡°enigma de Stromner¡±, como se lo ha llamado, quiz¨¢ explica que Spinosaurus se especializara en pescar: hab¨ªa poca carne disponible en tierra y adem¨¢s en competencia con un coet¨¢neo como Carcharodontosaurus, un primo zumosol de T. Rex del que se exhiben interesant¨ªsimas reconstrucciones a las que dif¨ªcilmente acercar¨¢ la mano ning¨²n visitante en sus cabales. Tambi¨¦n se muestran otros animales como un pterosaurio: hay evidencias de que Spinosaurus pudo haber cazado alguno que sobrevolara la superficie del agua imprudentemente bajo.
El ¨¢mbito central de la exposici¨®n, verdadero viaje en el tiempo, muestra algo tan espectacular como una reconstrucci¨®n completa del esqueleto de un Spinosaurus nadando. Una estampa maravillosa e impresionante, inolvidable. A poca distancia de sus fauces se ha colocado su presa, un pez sierra con cara de susto. Diversas pantallas muestran im¨¢genes del dinosaurio nadando y pescando. El conjunto es enormemente esclarecedor. Quiz¨¢, podr¨ªa criticarse, deja un pel¨ªn demasiado zanjados los problemas que presenta un animal cuyo comportamiento es a¨²n controvertido.
La pen¨²ltima secci¨®n de la exposici¨®n explica c¨®mo se ha hecho la reconstrucci¨®n de Spinosaurus y la ¨²ltima a?ade a la muestra los f¨®siles del dinosaurio que casualmente forman parte de las colecciones del museo barcelon¨¦s; una buena oportunidad para ponerlas en valor Esos huesos, ha explicado la directora del NAT, Anna Omedes, llegaron al centro en 2012 con la donaci¨®n de la colecci¨®n paleontol¨®gica privada del doctor Juan Antonio Vela, espectacular en trilobites. Varios de los f¨®siles estaban identificados como de Spinosaurus y el museo ha confirmado que efectivamente, al menos los ocho que se exponen, lo son.
Omedes ha destacado que la exposici¨®n, exhibida previamente en Washington, Mil¨¢n y Berl¨ªn y que no recalar¨¢ en ninguna otra ciudad espa?ola, es una oportunidad excepcional de sumergirse en una aventura cient¨ªfica de primera magnitud que contiene una parte l¨²dica y que pueden disfrutar todos los p¨²blicos, por sus diferentes niveles de lectura. La muestra va acompa?ada por una serie de actividades, como una tarde de cine y la recuperaci¨®n de las tertulias de El Club de los Lun¨¢ticos.
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