El Mara?¨®n desmantela su unidad de agudos de Geriatr¨ªa
El hospital alega que habr¨¢ m¨¢s camas para los ancianos en el instituto de rehabilitaci¨®n, pero los especialistas consideran que un centro de convalecencia no cuenta con los medios
La Unidad de Agudos de Geriatr¨ªa del Hospital Gregorio Mara?¨®n, una referencia nacional, ser¨¢ desmantelada antes de tres meses. El centro argumenta que en su nueva ubicaci¨®n, el Instituto Provincial de Rehabilitaci¨®n, situado a unos dos kil¨®metros, los enfermos dispondr¨¢n de m¨¢s camas. Pero los profesionales aseguran que este es un centro de convalecencia y no est¨¢ preparado para tratar a ancianos que requieren muchos cuidados y que, incluso, para las pruebas diagn¨®sticas habr¨¢n de ser trasladados en ambulancia. ¡°Ser¨¢ un riesgo de complicaciones en los ancianos e, incluso, mayor gasto¡±, sostienen
La Unidad de Agudos de Geriatr¨ªa actual trabaja como un equipo interdisciplinar (m¨¦dicos, enfermeras, auxiliares de enfermer¨ªa y trabajadores sociales) que atiende con protocolos propios a ancianos con una enfermedad aguda y que sufren, adem¨¢s, otras patolog¨ªas cr¨®nicas y arrastran s¨ªndromes geri¨¢tricos asociados. ¡°Nos preocupamos de prever el deterioro de la funcionalidad y la confusi¨®n de un anciano que est¨¢ hospitalizado. Tratamos, ante todo, de recuperarlo, ya que un hospital es para ellos un medio hostil: se confunden, dejan de valerse por s¨ª mismos¡¡±, sostiene Javier Ortiz, jefe de secci¨®n de esta unidad.
Las dependencias de la Unidad de Agudos se concentran actualmente el Pabell¨®n de Oncolog¨ªa del Mara?¨®n, pero va a ser reformado. La intenci¨®n es que las 16 camas oficiales para ancianos con un proceso agudo ¡ªaunque de facto se ocupan 24 plazas¡ª se conviertan en 10 dispersas por las plantas de Medicina Interna del hospital y que el resto sean trasladadas al Instituto Provincial de Rehabilitaci¨®n (IPR). En la Unidad de Agudos atienden ahora unos 1.000 ingresos al a?o.
Mudanza a un centro semivac¨ªo
La Consejer¨ªa de Sanidad quiere reabrir tres de las siete plantas del Instituto Provincial de Rehabilitaci¨®n (IPR) que han ido perdiendo actividad desde 2010. El viceconsejero Manuel Molina termin¨® reconociendo en una comisi¨®n de Sanidad, ante la insistencia de la oposici¨®n, que ¡°la capacidad funcional [del instituto] que se ha visto afectada es reversible o al menos minimizable¡±. Es decir, que el Plan de Sostenibilidad del sistema sanitario madrile?o de 2013 ha cercenado la actividad del centro. Sanidad lleg¨® a mantener reuniones con el vecino hospital de La Princesa-
La s¨¦ptima planta, vac¨ªa, alberg¨® la Cl¨ªnica de Trastornos de la Conducta Alimentaria, en la sexta apenas hay algo de actividad en el servicio de lencer¨ªa y en el despacho de la gobernanta y en la quinta las 14 camas est¨¢n cerradas. No as¨ª en los tres pisos inferiores, que suman 81 camas. Todos los quir¨®fanos est¨¢n cerrados y la piscina se halla clausurada por una aver¨ªa.
?El hospital se defiende
¡°El hospital Gregorio Mara?¨®n va a mejorar de forma sustancial la atenci¨®n de los pacientes geri¨¢tricos¡±, se defiende el centro hospitalario. ¡°En el IPR se realizar¨¢n durante el verano obras de adecuaci¨®n en sus cuatro plantas de hospitalizaci¨®n, lo que permitir¨¢ garantizar una mayor adaptaci¨®n a las necesidades espec¨ªficas de los pacientes geri¨¢tricos, adem¨¢s de la mejora de su atenci¨®n¡±, afirma el hospital en un comunicado. Adem¨¢s, ¡°tras las obras, el IPR contar¨¢ con 34 habitaciones individuales y 13 dobles, destinadas y equipadas para la citada atenci¨®n a pacientes geri¨¢tricos y que funcionar¨¢n durante todo el a?o. Las habitaciones individuales podr¨¢n convertirse en dobles si la demanda asistencial as¨ª lo requiere¡±, a?ade.
Sin embargo, Javier Ortiz no est¨¢ de acuerdo: ¡°Toda mejora en el IPR nos parece muy bien, pero no resuelve el problema del anciano con enfermedad aguda. Se desmonta nuestra forma de trabajar durante 21 a?os. Las investigaciones de la unidad, publicadas en revistas m¨¦dicas de referencia, demuestran que los ancianos que pasan por ella se confunden y deterioran menos, lo que redunda en una mayor supervivencia¡±. Y a?ade: ¡°Los pacientes agudos pueden necesitar pruebas complementarias ¡ªecocardiogramas, TAC, endoscopias o una UVI¡ª que no est¨¢n disponibles en el Instituto de Rehabilitaci¨®n. Tampoco cuenta con diversidad de especialistas. Vamos a tener que llamar una ambulancia cada vez que se necesite hacer una prueba¡±.
El Mara?¨®n y el Instituto, situado en la calle de Francisco Silvela, distan casi dos kil¨®metros. El equipo de geriatr¨ªa del hospital ha recordado en una carta enviada a la gerente que eso va a generar ¡°un riesgo de complicaciones en los ancianos e, incluso, mayor gasto por los numerosos traslados al hospital central para realizar pruebas¡±.
¡°Privar al enfermo agudo anciano de la atenci¨®n en un hospital general implicar¨ªa, de hecho, una suerte de discriminaci¨®n, lo que se llama en la jerga m¨¦dica age¨ªsmo; es decir, un trato menos favorable en raz¨®n de la edad¡±, argumenta el jefe de secci¨®n.
¡°Es discriminatorio e injusto, y se aparta de criterios defendidos por las sociedades de geriatr¨ªa y la OMS¡±, dice Javier Ortiz. De hecho, el viceconsejero de Sanidad, C¨¦sar Pascual, anunci¨® en la publicaci¨®n Redacci¨®n M¨¦dica que se abrir¨ªan unidades de agudos de geriatr¨ªa en hospitales que a¨²n no las tuviesen: ¡°Es una estrategia progresiva, a implementar a lo largo de dos a?os¡±, afirm¨®.
Muchas enfermeras y auxiliares de esta unidad del Gregorio Mara?¨®n se han formado voluntariamente en geriatr¨ªa. ¡°Es un equipo maravilloso, que trabaja con gran dedicaci¨®n y entusiasmo. ?D¨®nde van a terminar sus miembros?¡±, se pregunta el jefe de secci¨®n. ¡°Ahora, cuando un anciano est¨¢ agitado, le pasean, le llevan al control y hablan con ¨¦l hasta que se calma. As¨ª evitan atarlo o darle tranquilizantes, que tienen sus riesgos¡±. Incluso se han creado talleres de musicoterapia en el hospital, porque se ha comprobado que la m¨²sica disminuye la necesidad de analg¨¦sicos y la intensidad del dolor. ¡°Gracias a esta unidad, nuestro servicio de geriatr¨ªa es el primero en Espa?a que los nuevos MIR [m¨¦dicos en pr¨¢cticas] seleccionan para especializarse¡±, asegura Ortiz.
?Deterioro funcional
La Unidad de Agudos env¨ªa pacientes en la actualidad al IPR, pero solo a los que necesitan convalecencia antes de volver a casa. Por ejemplo, para que mejoren con fisioterapia tras operarles de una rotura de cadera o para que se restablezcan despu¨¦s de haber vivido un deterioro funcional, como un ictus o una neumon¨ªa, que les impide realizar de forma aut¨®noma las actividades de la vida diaria. Por eso el equipo de geriatr¨ªa es partidario de que se potencien las estancias en el IPR, pero no a costa de desmantelar la Unidad de Agudos.
Los responsables del Gregorio Mara?¨®n, en cambio, insisten en que se trata de ¡°una mejora en la atenci¨®n asistencial al paciente geri¨¢trico, con unas instalaciones reci¨¦n remodeladas y adaptadas¡±.
Sin embargo, seg¨²n Ortiz, hablar en general de ¡°paciente geri¨¢trico es ambiguo¡±. ¡°Se usa como sin¨®nimo de pacientes ancianos, cuando en un hospital general de una ciudad como Madrid, con una poblaci¨®n envejecida, la mayor parte de los pacientes son ancianos. Y entre ellos hay pacientes ancianos agudos, cr¨®nicos y cr¨®nicos con nuevos procesos agudos".
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