Humo de f¨¢brica en el Sal¨® de Cent

La Barcelona del humo de f¨¢brica, ese que est¨¢n hartos de respirar los que, como Joan Salvat Papasseit, saben lo que es guardar fusta al moll, llen¨® el Sal¨® de Cent de la mano del escritor Javier P¨¦rez And¨²jar.

El preg¨®n del de Sant Adri¨¤ no se olvid¨® de nadie en su prol¨ªfico recorrido por la cultura popular, marginal y obrera que solo puede conocer quien como ¨¦l tiene carnet de oro de la internacional de los bloques, una distinci¨®n que no da derecho a descuentos pero s¨ª a conocer con efectos retroactivos los antros en la gran Barcelona donde intercambiar las novelas de Mortimer Cody o de Curtis Garlanddonde. Eso solo lo saben quienes pueden contar batallitas, como el abuelo Cebolleta. Esas obreras y obreros que cuando alzaban el pu?o levantaban el bocata, esos barceloneses que han convertido la capital catalana en una ciudad de tebeos y de f¨¢bricas, de diferentes tipos de bocadillos, como explic¨® P¨¦rez And¨²jar.

La transici¨®n tuvo sus peajes. Durante a?os se puso sordina a nombres como el de Manuel Fern¨¢ndez M¨¢rquez, obrero de la t¨¦rmica del Bes¨°s asesinado por el franquismo, en 1973, como dos a?os antes lo hab¨ªa sido Antonio Ruiz Villalba, trabajador del taller 4 de Seat. Por eso es importante que el humo de f¨¢brica se expanda y ponga nombre a las cosas.

Javier P¨¦rez And¨²jar hizo anoche una oda a toda esa Barcelona olvidada, dedicada especialmente a los sin suerte o sin derecho a ella. Esos ciudadanos que llenan c¨¢rceles, duermen en la calle o en pisos de 40 metros cuadrados, eso s¨ª, con tresillo. Entre ellos ha habido entusiastas de Carpanta, admiradores de Nazario, viejos lectores de El Papus, adoradores de la Banda Trapera del R¨ªo o de ese Manolo Escobar que vivi¨® el barrio de la Salut de Badalona. Todo ellos integraron esa cultura universal que rompe fronteras. Quiz¨¢s por eso la alcaldesa de Badalona y el alcalde de Sant Adri¨¤ de Bes¨°s no quisieron perderse el preg¨®n de P¨¦rez And¨²jar en el Sal¨® de Cent. Eso s¨ª, la homenajeada principal fue la Fiesta de la Merc¨¨ de esa ciudad que no quiere olvidar a ning¨²n barrio, como el inmortal Gato P¨¦rez que naci¨® en Buenos Aires, pero eso no importa ¨Cdijo P¨¦rez And¨²jar-, porque cuando lo hizo era muy peque?o.