Oteiza dialoga con Gaud¨ª
La Pedrera inaugura una gran retrospectiva del artista vasco reuniendo en Barcelona 130 obras, entre ellas 91 esculturas
A finales de los a?os cincuenta coincidiendo con su mayor popularidad y ¨¦xito profesional que le hab¨ªa encumbrado hasta ser considerado el mejor escultor del mundo, Jorge Oteiza (Orio 1908 - San Sebasti¨¢n 2003) decidi¨® abandonar su trabajo al considerar que hab¨ªa llegado al final; que las esculturas ya no le aportaban nada. Pero su silencio creador no signific¨® su desaparici¨®n, sino que Oteiza, desde ese momento, entr¨® en una vor¨¢gine de activismo y creaci¨®n literaria, escribiendo ensayos, haciendo una importante labor pedag¨®gica o vinculado al cine, generando miles de documentos y docenas de libros. Hay pues muchos oteizas que la exposici¨®n Oteiza La desocupaci¨®n del espacio. Todos dialogan, a partir de este martes, con La Pedrera, una de las obras cumbres de Antoni Gaud¨ª; a priori, una conversaci¨®n sorda por lejana, pero que deja entrever lo mucho que tienen que ver estos dos creadores excepcionales: los dos dominaron el volumen y el espacio como pocos, el arquitecto creando formas originales y casi imposibles; el escultor realizando obras en las que acab¨® reduciendo m¨¢s y m¨¢s la presencia de materia para descubrir los espacios vac¨ªos. Los dos compartieron, pese a la distancia, la creaci¨®n de obras visionarias que trascienden m¨¢s all¨¢ de la experiencia est¨¦tica.
De hecho, tal y como recuerda la exposici¨®n que organiza Fundaci¨® Catalunya La Pedrera, Oteiza admiraba profundamente a Gaud¨ª: ¡°Lo m¨¢s importante y definitorio como estatua fue en mi visita al taller de Gaud¨ª, en la Sagrada Familia, un pedazo geom¨¦trico de columna o de arco, una piedra sola abandonada en el suelo pero recorrida por una tensi¨®n f¨ªsica imperceptible¡±, escribi¨®. Por eso, no cabe duda de que el vasco estar¨ªa, pese a su car¨¢cter dif¨ªcil, contento de poder mostrar parte de sus obras (su corpus aseguran que son 2.700 esculturas) en una obra de su admirado Gaud¨ª.
Desde 1988 no se hab¨ªa visto en Barcelona una gran exposici¨®n sobre Oteiza. Ahora se han reunido 130 obras, de ellas 91 esculturas, en el piso noble de este edificio que se muestra en todo su esplendor. Se han abierto ventanas para que entre la luz tamizada de la calle, se han liberado las columnas, todas diferentes, del edificio, que pasan del cubo de la base al cilindro de los fustes y dialogan como nunca con el continente de Oteiza, la gran mayor¨ªa obras de la Fundaci¨®n Museo Jorge Oteiza, instalada desde 2003 en la localidad navarra de Alzuza que conserva 1.650 esculturas del artista. La muestra comisariada por Gregorio D¨ªaz y Elena Mart¨ªn, director y responsable del departamento de conservaci¨®n del museo tambi¨¦n cuenta con tres piezas del Museo Reina Sof¨ªa y cuatro de coleccionistas privados.
La muestra repasa todos los procesos creativos del escultor; "su evoluci¨®n desde el primitivismo hasta el minimalismo constructivista", seg¨²n Mart¨ªn y se ilustra con fotograf¨ªas como las de su famoso Laboratorio de tizas, en la que se le ve trabajando con yesos y dando forma a botes de conserva. "Las latas me han alimentado f¨ªsica y mentalmente", asegura el artista. Las primeras obras est¨¢n influidas por el arte precolombino que contempl¨® durante sus viajes y estancia de 13 a?os en Sudam¨¦rica. Le siguen sus piezas antropomorfas en las que comienza a aparecer la abstracci¨®n: Dos a?os despu¨¦s de su regreso en 1948 comenz¨® a trabajar, tras ganar un concurso nacional, en la reconstrucci¨®n de la bas¨ªlica de Ar¨¢nzazu, realizando la estatuar¨ªa de la fachada principal. En 1955 se suspenden los trabajos por considerar ciertos sectores de la iglesia que no ayudan a ganar adeptos, sino todo lo contrario quedando algunas de las figuras a medio hacer. En la exposici¨®n se pueden ver tres cabezas de los ap¨®stoles, y algunas maquetas de la virgen. Tras permanecer 15 a?os tiradas las figuras a medio hacer en una calzada, el proyecto se retom¨® en 1969 instalando sus 14 ap¨®stoles brutalistas (seg¨²n Oteiza los 13 remeros de una trainera y el timonel).
Su presencia en la Bienal de Sao Paulo en 1957, en la que fue nombrado mejor escultor del mundo, est¨¢ representada en la exposici¨®n con ocho de las 28 piezas que se muestran sobre peanas id¨¦nticas a las que dise?o el propio Oteiza. En Brasil, el artista mostr¨® la conclusi¨®n de sus trabajos, de la naturaleza experimental de su escultura, uni¨®n de ¡°estructuras ligeras, din¨¢micas y abiertas, creadoras de espacios activos que desaf¨ªan el peso de la materia¡±, explica Mart¨ªn. Es el caso de Suspensi¨®n vac¨ªa (estela funeraria homenaje al constructor aeron¨¢utico Ren¨¦ Couzinet), propiedad del Reina Sof¨ªa, creada en 1957. La muestra concluye con algunas de sus cajas metaf¨ªsicas en las que busc¨® la presencia de la ausencia, de la nada, entre ellas Homenaje a Vel¨¢zquez, "que captura la atm¨®sfera de las Meninas¡± y Unidad m¨ªnima, considerada una de sus ¨²ltimas piezas, de 1959, que cierra la exposici¨®n.
El Macba y el "pelotari que sabe de arte"
Desde julio de 1998 Barcelona cuenta con una gran escultura de Oteiza, La ola, una impresionante pieza de tres toneladas y media (aunque inspirada en una peque?a obra de 1957), que el escultor don¨® a la ciudad para la colecci¨®n del Macba. El escultor dirigi¨® los trabajos de instalaci¨®n desde su silla de ruedas. Durante la jornada estuvo afable, jovial y atento con los periodistas que cubrieron la informaci¨®n. La construcci¨®n e instalaci¨®n fue sufragada por la empresa Media Planing de Leopoldo Rod¨¦s al que Oteiza llamaba, cari?osamente, el "pelotari que sabe de arte". Con el tiempo la plaza del ?ngels de Barcelona se ha convertido en un lugar de referencia del arte pero tambi¨¦n del mundo del skater, ya que recibe a diario a cientos de personas que practican este deporte.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.