La estocada secreta de Dagoll Dagom
La compa?¨ªa, adiestrada por el maestro Esperanza, sale airosa en las escenas de esgrima
Ya tenemos Scaramouche en escena, y con todo lo que se ha hablado del papel de la esgrima en el espect¨¢culo es hora de entrar a valorar que tal lo hacen los actores. Digamos que en general salen airosos. Las escenas de espada tardan en llegar. Y la primera es de calentamiento: la joven arist¨®crata Olympia toma su lecci¨®n ataviada de blanco impoluto y con buenos fondos e incluso una bonita passata di soto. Muy bien. La segunda es un cl¨¢sico ¨Crecu¨¦rdese por ejemplo el Zorro de Banderas-: el malvado marqu¨¦s de l¡¯Echalonne deja literalmente en bragas a su amante Camila con un afilado floreteo de su arma. Muy efectista (y pr¨¢ctico). Luego tenemos un poco de espada (marqu¨¦s) contra palo (Scaramouche) y la escena de duelo del final del I Acto, con algunas frases de armas bien desarrolladas y mucha espectacularidad.
En el segundo, la tambi¨¦n cl¨¢sica escena de la lecci¨®n al sujeto inexperto que ha de devenir urgentemente buen espadach¨ªn, con la afamada frase del maestro Doutreval sobre que la espada hay que sujetarla como a un p¨¢jaro (ni demasiado suave ni estrangul¨¢ndolo). Tenemos tambi¨¦n el recurso a la estocada secreta (aqu¨ª ¡°cop amagat¡±). En este caso no es la de Nevers ni la de los doscientos escudos, sino un s¨²bito envelppement, envolvimiento, que hace volar la espada de la mano del contrario (en realidad por no haber tenido en cuenta la anteriormente mencionada advertencia de Doutreval).
Duelo del marqu¨¦s con Olympia, que ¨¦l domina f¨¢cilmente. Y finalmente el duelo can¨®nico en el teatro con tres parejas enfrent¨¢ndose y para acabar la lucha entre el malo y Scaramouche, echando el resto, incluido el combatir con dos espadas cada uno y en precario equilibrio encima de una balaustrada. Mucho ataque al hierro y batimiento, que produce el ruido caracter¨ªstico del g¨¦nero de capa y espada, y abundantes esquives y fintas.
El maestro Esperanza se lo ha currado, s¨ª se?or, y los pupilos se lo han tomado muy en serio, adquiriendo el tan valioso sentiment du fer. No esperen ver combates como los de las pel¨ªculas ¨Clo que ser¨ªa injusto porque el cine permite muchos trucos- pero aprecien en lo que vale la dificultad de ofrecer combates en directo y mientras se est¨¢ cantando y actuando. Con todo el riesgo que adem¨¢s conlleva emplear armas, aunque est¨¦n preparadas. Esperemos que el ejemplo cunda y que Scaramouche contribuya, adem¨¢s de hacer ganar a los buenos, a elevar el nivel de nuestra esgrima esc¨¦nica.
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