Franco en la calle: ?revisi¨®n cr¨ªtica o provocaci¨®n?

La cabeza de la escultura Always Franco, del artista Eugenio Merino, es una de las piezas que se podr¨¢ contemplar en la exposici¨®n Franco, Vict¨°ria, Rep¨²blica. Impunitat i espai urb¨¤ en el Born Centro de Cultura y Memoria de Barcelona. Una muestra que ha provocado pol¨¦mica antes de que se abran las puertas ¡ªma?ana martes¡ª porque se instalar¨¢ una figura ecuestre de Franco y la escultura La Victoria (en homenaje a la ocupaci¨®n de Barcelona por las tropas rebeldes en 1939) fuera del ¨¢mbito expositivo, en la plaza que le rodea. Franco est¨¢ decapitado. La cabeza la perdi¨® en alg¨²n momento del verano de 2013 en un almac¨¦n municipal cuando alguien ¡ªno se ha determinado la identidad¡ª la cort¨® con una sierra radial o similar.

Merino fue demandado por la Fundaci¨®n Franco por colocar una figura del dictador dentro de una nevera de refrescos en la edici¨®n de Arco de 2010. Despu¨¦s de cuatro a?os, gan¨® la batalla en los tribunales. Ahora bromea con la idea de que hubiera estado bien colocar su escultura ¡ªla cabeza de Franco¡ª encima de la figura decapitada del dictador que se ver¨¢ en la calle: ¡°No hubiera estado mal coronar la estatua¡±. Bromas al margen, el artista no duda en defender la idea de colocar las dos figuras en la calle: ¡°No se debe sacar del contexto en el que est¨¢n, que es la propia exposici¨®n¡±. El artista est¨¢ convencido de que es una forma de hacer reflexionar sobre las dictaduras ¡°aunque hacerlo siempre levantar¨¢ pol¨¦mica¡±.

Utilizar simbolog¨ªa de dictadores para fomentar el debate y la memoria no es infrecuente en pa¨ªses de Europa. Se ha hecho en Berl¨ªn donde desenterraron una gran cabeza de Lenin y la expusieron, en Budapest, el Memento Park exhibe un compendio de estatuas del comunismo y unas grandes piezas de Lenin ¡ªalgunas con la hoz y el martillo incluidas¡ª se pueden ver en el espacio p¨²blico de ex rep¨²blicas de la URSS, como Tayikist¨¢n o Kirguistan.

¡°El arte contempor¨¢neo est¨¢ para interpelar y provocar. Es m¨¢s, que haya pol¨¦mica es bueno, porque la memoria es un proceso de interpretaci¨®n del pasado en el presente¡±, argumenta Jordi Guix¨¦, director del Observatorio Europeo de Memorias de la Fundaci¨®n Solidaria de la UB. No se aleja mucho de esa idea Lola Jim¨¦nez Blanco, que fue comisaria de la exposici¨®n Campo Cerrado del Reina Sof¨ªa donde se revisaba la posguerra espa?ola. Sin querer opinar sobre la muestra del Born ¡ª¡°no puedo hacerlo sin verla¡±¡ª apunta que es muy importante hablar del pasado: ¡°pol¨¦mico lo ser¨¢ porque lo es toda la historia contempor¨¢nea¡±. Campo Cerrado, entre otras cosas, retrataba la simbolog¨ªa franquista de m¨²ltiples formas, con proyecci¨®n de los documentales de la ¨¦poca ¡ªlos NODOS¡ª material gr¨¢fico y tres grandes retratos de falangistas. No hubo pol¨¦mica. Tampoco la provoc¨® la exposici¨®n Las prisiones de Franco, que se realiz¨® en el Museo de Historia de Catalu?a a finales de 2003. ¡°Lo primero que se encontraba el visitante era un busto de Franco con la mano alzada¡±, recuerda Margarida Salas, directora de ese centro. Sostiene que lo que importa es el proyecto muse¨ªstico para abordar un contexto y un discurso concreto y no entiende las cr¨ªticas a que se haga en el espacio p¨²blico, como ha ocurrido con la muestra del Born.

El problema es el lugar

Para algunas voces, el problema reside en el lugar en el que se hace: un equipamiento dedicado a la memoria de la derrota de 1714. Pl¨¤cid Garc¨ªa Planas, director del Memorial Democr¨¤tic, afirma que las memorias son ¡°delicadas¡± y especialmente en un lugar, el Born, con el que se identifican especialmente los sectores m¨¢s independentistas. Est¨¢ claro que la elecci¨®n del espacio supone, por s¨ª misma, una modificaci¨®n de la l¨ªnea muse¨ªstica anterior y ahora el gobierno de Ada Colau y el comisionado de Programas de Memoria del Ayuntamiento, Ricard Vinyes, apuestan por abrir el Born a otras memorias.

Vicen? Altai¨®, ex director del Arts Santa M¨°nica, no cree que el problema resida en el lugar donde se hace la exhibici¨®n de la figura de Franco. Para ¨¦l, la cuesti¨®n no se tiene que centrar en por qu¨¦ se pone la estatua si no por qu¨¦ no se puede poner: ¡°Se debe poder ver todo con un elemento cr¨ªtico que lo haga entendible. Adem¨¢s, es saludable hablar de todo y de todos, aunque sean tus verdugos¡±, a?ade.

¡°Igual el problema es que todav¨ªa no se ha digerido el franquismo y la herida sigue abierta. Pero desde luego eso no puede ser obst¨¢culo para las expresiones art¨ªsticas con simbolog¨ªas que precisamente lo que buscan es hacer reflexionar¡±, afirma N¨²ria G¨¹ell, una artista que fue censurada por el Ayuntamiento de Figueres (CiU) que le vet¨® una performance en el festival de cultura contempor¨¢nea Ingr¨¤vid del a?o pasado.

La intervenci¨®n consist¨ªa en un coche tuneado con simbolog¨ªa franquista ¡ªla foto del dictador, la bandera con el s¨ªmbolo del ¨¢guila¡ª que cada dos horas dar¨ªa una vuelta por la rambla de Figueres. La decisi¨®n municipal de prohibir la performance apelaba al ¡°sentido com¨²n porque podr¨ªa provocar rechazo y ofender¡± Pura censura, para la artista.