La peligrosa carrera hacia la desigualdad
Ari?o y Romero advierten en 'La secesi¨®n de los ricos' de la hist¨®rica divergencia en el reparto de la riqueza
Los catedr¨¢ticos de Sociolog¨ªa, Antonio Ari?o, y de Geograf¨ªa Humana, Joan Romero, han presentado este martes en La Nau de la Universitat de Val¨¨ncia La secesi¨®n de los ricos (Galaxia Gutenberg), obra en la que retratan lo que consideran "un fen¨®meno emergente de gran trascendencia hist¨®rica": "El proceso de desanclaje financiero, econ¨®mico, pol¨ªtico, cultural, moral y residencial de las ¨¦lites en relaci¨®n con la sociedad en la que se hallan nacionalizadas y tributan".
Una suerte de independencia por el que las ¨¦lites dan por rotas, seg¨²n los autores, "las transacciones en las que se fundaron las sociedades de bienestar despu¨¦s de la Segunda Guerra Mundial", que aspiran sustituir por "una defensa de la filantrop¨ªa global".
Entre los abundantes ejemplos que Ari?o y Romero ponen para encarnar el fen¨®meno destaca el de Peter Thiel, cofundador de la plataforma de pago por Internet PayPal y financiador de la campa?a de Donald Trump a la presidencia de EE UU, que sue?a con levantar "una ciudad flotante que pueda situarse en aguas internacionales, en territorio sin ley, que goce de autonom¨ªa pol¨ªtica y en la que se puedan obviar nuevas formas de gobernanza, eludiendo obviamente los impuestos de los actuales Estados".
El aula magna de La Nau se ha quedado peque?a ante la afluencia de p¨²blico que, como ha destacado el rector Esteban Morcillo, ha incluido a tres consejeros del Gobierno valenciano. Josep Ramoneda, responsable de la colecci¨®n en la que se ha publicado el libro, ha calificado el fen¨®meno descrito por la obra como "una desconexi¨®n de consecuencias incalculables".
Los autores bucean en las estad¨ªsticas del FMI, el Banco Mundial, la OCDE, y el Foro Econ¨®mico Mundial as¨ª como en los trabajos realizados en la ¨²ltima d¨¦cada por decenas de investigadores sociales en torno al fen¨®meno para advertir que las cotas de desigualdad han alcanzado niveles que no se hab¨ªan visto, en el caso de Estados Unidos, desde la d¨¦cada de 1920, justo antes del crack burs¨¢til previo a la Gran Depresi¨®n.
Y aunque en Europa la desigualdad no alcanza la misma gravedad, gracias al efecto del estado social, esta ha aumentado de forma casi ininterrumpida desde los a?os ochenta del siglo pasado y se ha agudizado con la crisis.
Los "ultrarricos", entre 2.500 y m¨¢s de 200.000 personas en el planeta, seg¨²n donde se ponga el list¨®n de las fortunas representan un grupo muy poco estudiado por los investigadores sociales, han destacado los autores. A pesar de que presentan rasgos definibles con par¨¢metros sociol¨®gicos.
La progresiva "secesi¨®n" de estas ¨¦lites y su contribuci¨®n a los pa¨ªses de origen a trav¨¦s de complejas formas de evasi¨®n fiscal ha corrido en paralelo a la reducci¨®n de las clases medias en el mundo occidental y a una precaricaci¨®n del trabajo que genera inseguridad e incertidumbre entre los ciudadanos y un repliegue hacia los Estados naci¨®n, advierten Romero y Ari?o. En el viejo continente ello se traduce en una desconfianza creciente hacia el proyecto de la UE, y amenaza con despertar los peores demonios de la historia europea, "el populismo y el nacionalismo de Estado".
La secesi¨®n de los ricos subraya que los avisos sobre las peligrosas consecuencias de esta carrera hacia la desigualdad no solo proceden de economistas e investigadores sociales situados en el progresismo, la socialdemocracia o el liberalismo (en el sentido que el t¨¦rmino se utiliza en Estados Unidos) como Thomas Piketty, Paul Krugman, Joseph Stiglitz, Angus Deaton, Tony Judt y otros muchos que son citados en la obra. Tambi¨¦n est¨¢n alertando sobre ellas las grandes organizaciones econ¨®micas internacionales que en las ¨²ltimas d¨¦cadas contribuyeron al fen¨®meno.
Incluso referentes pol¨ªticos del centro-derecha, como la canciller alemana Angela Merkel. "Lamento que a menudo sean precisamente los que no tuvieron que ver con esos errores [que generaron la crisis econ¨®mica], los j¨®venes y los m¨¢s desfavorecidos, quienes hoy m¨¢s padecen las consecuencias. Con frecuencia, las personas con capital ya hace tiempo que han salido del pa¨ªs o cuentan con otras posibilidades para protegerse. Los ricos en los pa¨ªses m¨¢s afectados por la crisis podr¨ªan ser muy ¨²tiles si se comprometieran m¨¢s. Es muy lamentable que parte de las ¨¦lites asuman tan poca responsabilidad por la deplorable situaci¨®n actual", cita el libro de una entrevista con Merkel publicada en EL PA?S.
De lectura "muy agradable", ha dicho Ramoneda, pese a la profundidad del an¨¢lisis, los autores atribuyen parte del proceso al diferente ritmo al que han evolucionado econom¨ªa y pol¨ªtica: "La econom¨ªa, en especial el sistema financiero, hace tiempo que piensa en global, mientras que la pol¨ªtica tiene m¨¢s dificultades para hacerlo y sigue pensando preferentemente en escala estatal".
Romero y Ari?o apuntan "soluciones, desde acciones fiscales globales a cambios de gobernanza en el ¨¢mbito metropolitano. Y creen que el viejo continente tiene mucho que decir: "Aunque en el contexto actual hay quienes perciben a Europa como el problema, m¨¢s Europa, mejor Europa y en ciertos aspectos otra Europa contribuir¨¢n a encontrar salidas".
Los autores admiten que algunas de las medidas expuestas para corregir la secesi¨®n de las ¨¦lites y la divergencia en la distribuci¨®n de la riqueza parecen hoy dif¨ªciles de aplicar. Pero recuerdan que las teor¨ªas neoliberales parec¨ªan "ut¨®picas" en los a?os sesenta del siglo pasado incluso para quienes las propagaban, y pocas d¨¦cadas m¨¢s tarde pasaron a ser la ortodoxia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.