De la l¨®gica privada a la l¨®gica p¨²blica
Si la oferta de compra que el consejero de Salud de la Generalitat ha hecho sobre el Hospital General de Catalu?a llega a cerrarse y el centro pasa a ser de propiedad p¨²blica se habr¨¢ cerrado un c¨ªrculo que se abri¨® en 1984. Ese a?o, un informe de Presidencia de la Generalitat certificaba la inviabilidad financiera de un proyecto nacido por suscripci¨®n popular al calor de un incipiente nacionalismo que proclamaba que invertir en la construcci¨®n de un ¡°gran hospital catal¨¢n¡± era hacer pa¨ªs. Mucha gente entreg¨® sumas considerables de dinero a cambio del ¡°derecho a recibir asistencia sanitaria de por vida¡± y si contribuy¨® a hacer pa¨ªs, fue a trav¨¦s de la cuenta de resultados de las empresas que construyeron el mastod¨®ntico edificio, porque desde el punto de vista sanitario, pronto se demostr¨® que el proyecto era un desprop¨®sito.
Se plante¨® entonces qu¨¦ hacer y hubo propuestas que argumentaron que, dado que el proyecto no ten¨ªa viabilidad si el erario p¨²blico no sal¨ªa en su rescate, pasara a integrarse a la red de hospitales de titularidad p¨²blica. Incluso se lleg¨® a barajar que se trasladara al nuevo edificio levantado en el Vall¨¨s el viejo hospital de Sant Pau.
El Hospital General ha sido una iniciativa megal¨®mana que ha tenido que ser rescatada varias veces de formas muy diversas, pero siempre con cargo a la sanidad p¨²blica. Nunca ha sido viable como hospital privado y lo ocurrido con este proyecto es un buen ejemplo de la naturaleza que poco a poco fue adquiriendo el llamado ¡°modelo sanitario catal¨¢n¡±, convertido en un paraguas capaz de dar cobijo y facilitar beneficios a todo tipo de intereses e iniciativas, siempre a costa del erario p¨²blico.
Directivos de la multinacional que ahora detenta la propiedad del centro han comentado en foros econ¨®micos que su desembarco en Espa?a se debe al atractivo econ¨®mico que supone la posibilidad de actuar como proveedores de la Sanidad p¨²blica. Efectivamente, iniciativas privadas dudosas como la del Hospital General han podido subsistir ¨²nicamente porque las autoridades sanitarias han consentido relaciones de subsidiaci¨®n que les han garantizado los ingresos suficientes. Pero si la l¨®gica que mueve a estos proveedores es el lucro, y la sanidad p¨²blica tiene alternativas menos costosas, lo l¨®gico es que se exploren. Del mismo modo que es leg¨ªtimo y l¨®gico que los operadores privados busquen maximizar el beneficio y el reparto de dividendos, tambi¨¦n lo es que las autoridades sanitarias examinen la posibilidad de que esos beneficios se queden en el propio sistema p¨²blico.
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