La semana m¨¢s internacional del Temporada Alta
Milo Rau, Fabrice Murgia, y Sergio Blanco llevan sus producciones a Girona y Salt
Son internacionales, relativamente j¨®venes, y crean montajes rompedores. El Festival Temporada Alta apuesta, adem¨¢s de por estrellas veteranas, por directores y dramaturgos que despuntan acumulando ya una carrera rotunda con estrenos alrededor del mundo. La representaci¨®n de sus obras se concentrar¨¢ durante los pr¨®ximos d¨ªas en Girona y Salt. Los montajes se caracterizan por la autoficci¨®n, el compromiso social, y el teatro documental. As¨ª, Milo Rau (Berna, 1977), Fabrice Murgia (Verviers, 1983), y Sergio Blanco (Montevideo, 1971) llevar¨¢n al festival sus ¨²ltimas producciones entre ma?ana y el lunes.
El primero estrenar¨¢ este viernes en Espa?a Mitleid (Compassi¨®¡ªHist¨°ria d'una metralleta), que ha dirigido con dramaturgia de Florian Borchmeyer. El montaje se adentra en las rutas de refugiados y lanza una pregunta muy directa: ?Por qu¨¦ una persona muerta a las puertas de Europa supera a mil personas muertas en la guerra del Congo? ¡°Nos centramos en los supervivientes, en su historia completa, en vivir sus historias. Y en porqu¨¦ hay diferentes niveles de compasi¨®n hacia ellos en la sociedad", explic¨® ayer Rau por tel¨¦fono desde Suiza.
El director y periodista se sirve del teatro documental y se basa en testimonios de v¨ªctimas de guerra y trabajadores de organizaciones humanitarias. En un escenario en ruinas, con sillas rotas y deshechos esparcidos por doquier, la obra es un mon¨®logo doble que analiza la realidad. En un momento en el que la sociedad se ha vuelto inmune a las im¨¢genes de contiendas y naufragios mostradas cada d¨ªa por los medios de comunicaci¨®n, Rau quiere saltar la pared y sumergir al espectador en una experiencia transformadora.
La actriz suiza Ursina Lardi, y Consolate Sip¨¦rius, belga de origen burund¨¦s, despliegan el hilo conductor de la obra apoyadas por una gran pantalla. ¡°Quiero llegar a la cabeza y al coraz¨®n. Cuando imagino un montaje, simplemente me pregunto qu¨¦ quiero transmitir. Hago teatro documental pero para m¨ª es algo contradictorio, porque tambi¨¦n hago lo opuesto. Viaj¨¦ al norte de Irak. Podr¨ªa utilizar toda la informaci¨®n recabada. Pero eso no es importante para m¨ª, porque en su lugar intento utilizar las experiencias¡±, remarc¨® Rau. El espect¨¢culo es una producci¨®n del Schaub¨¹hne am Lehniner Platz. Rau aterriza en el Teatre de Salt tras The Civil Wars, en la que psicoanalizaba pol¨ªticamente a Europa, y Five Easy Pieces, centrada en un caso de pederastia.
En cambio, Fabrice Murgia escribe y dirige Children of Nowhere (Els nens d'enlloc), que se representar¨¢ el s¨¢bado en El Canal. El montaje es una continuaci¨®n de Ghost Road, un particular viaje que le llev¨® a mostrar la cara m¨¢s oculta y fantasmal de la Ruta 66 de Estados Unidos y que ahora, en esta segunda entrega, recala en el desierto chileno de Atacama. En concreto, revive la historia que encierra una antigua mina de sal de Chacabuco a la que fueron trasladados 1.800 presos pol¨ªticos entre 1973 y 1974.
La actriz Viviane de Muynck recorri¨® el desierto y pone palabras al silencio imperante en el lugar junto a cuatro violonchelos y la cantante Lore Binon. Adem¨¢s, Murgia est¨¢ dirigiendo un cortometraje protagonizado por Sergi L¨®pez y producido por el Temporada Alta.
Por ¨²ltimo, el Teatre de Salt acoger¨¢ el lunes La ira de Narciso, escrita y dirigida por Sergio Blanco. Es un ¡°thriller porno intelectual¡±, como le gusta a Blanco que sea definido, de autoficci¨®n interpretado por Gabriel Calder¨®n para el que el dramaturgo se inspir¨® en una visita a Liubliana, donde fue invitado para dar una conferencia sobre el mito de Narciso. ¡°La obra teoriza sobre la ira del yo en esa b¨²squeda de s¨ª mismo. Narrarse a uno mismo no es un acto de amor propio, sino todo lo opuesto: es tratar de hacerse querer¡±, reflexiona Blanco a trav¨¦s de correo electr¨®nico.
Unos encuentros con un joven actor al que el protagonista acaba de conocer, y el hallazgo de una misteriosa mancha de sangre desatar¨¢n la intriga. El mon¨®logo se nutre del videoarte. Un gigantesco dispositivo de pantallas destaca en el escenario colocado detr¨¢s de un enorme escritorio. ¡°Para m¨ª el v¨ªdeo es un dispositivo que va contribuyendo a la progresi¨®n del relato", avanza Blanco. El autor, adem¨¢s, ensalza la autoficci¨®n en el teatro. ¡°Todas las acusaciones de egocentrismo, individualismo, egolatr¨ªa, soberbia, etc., etc. no hacen m¨¢s que demostrar un profundo desconocimiento de la autoficci¨®n. Es como travestirse: desordenar las huellas de un vivido, serse infiel a uno mismo con uno mismo. Hamlet se preguntaba ¡°?ser o no ser?¡±, y la autoficci¨®n propone que es posible ser y no ser al mismo tiempo ya que los relatos son el cruce de lo vivido y lo inventado", concluye el autor de La ira de Narciso.
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