Hipn¨®tico caos esc¨¦nico
Gran trabajo coral, con un torbellino de ideas y de frases coreogr¨¢ficas incontroladas, de Alain Platel y Les Ballets C de la B. a partir de la m¨²sica de Mahler
La noche promet¨ªa ser emocionante y transgresora en el Teatre Municipal de Girona. En el marco de la programaci¨®n de Temporada Alta se presentaba Nicht schlafen (Sin dormir), espect¨¢culo que reun¨ªa al director de escena y core¨®grafo Alain Platel, a Les Ballets C de la B. y a la m¨²sica de Gustav Mahler. La pieza no defraud¨® a la rebelde, enfurecida y fascinante m¨²sica de las Sinfon¨ªas del compositor austr¨ªaco: los bailarines se expresaron con una intensidad y belleza hipn¨®tica a trav¨¦s de la violenta danza, gesto y palabra de la tribu que forman el magn¨ªfico colectivo Les Ballets C de la B.
La idea era plasmar los convulsos primeros a?os del siglo XX, los que condujeron a la Primera Guerra Mundial. El t¨¢ndem formado por Platel (Gant, 1954) y Les Ballets C de la B ha deslumbrado, con mayor o menor intensidad, al p¨²blico catal¨¢n desde hace tiempo: solo hay que recordar la hermosa VSPRS (2004), que recreaba la m¨²sica de Las v¨ªsperas de la Virgen, de Claudio Monteverdi; la barroca Piti¨¦! (2008) o la hiriente Tauberbach (2014). En esta ocasi¨®n, Platel esculpe con brutalidad, toques surrealistas y un rotundo gesto el caos de una ¨¦poca convulsa, pero tambi¨¦n el caos econ¨®mico, pol¨ªtico y moral que vive la sociedad actual. La escenograf¨ªa de Nicht Schlafen est¨¢ presidida por dos caballos muertos que forman un altar, altar que rodear¨¢n y por el que trepar¨¢n los nueve bailarines que interpretan la pieza.
El principio del montaje es espectacular: los bailarines se pelean con gran violencia, el di¨¢logo cuerpo a cuerpo es despiadado; la escena recuerda el primer espect¨¢culo que la compa?¨ªa belga present¨® en Barcelona, D¡¯Avant (2004) ¡ªsi bien esa coreograf¨ªa la firmaba Sidi Larbi Cherkaoui¡ª, con otros de los que formaban parte este grupo, de lo que se deduce que Les Ballets C de la B tiene una personalidad propia gestual independientemente de quien les dirija.
NICHT SCHLAFEN (SIN DORMIR)
Les Ballets C de la B. Direcci¨®n de Alain Platel. M¨²sica de Gustav Mahler. Composici¨®n y direcci¨®n musical de Steven Prengels. Dramaturgia de Hildegard De Vuyst. Escenograf¨ªa de Berlide De Bruyckere. Iluminaci¨®n de Carlo Bourguignon. Vestuario de Dorine Demuynck. Temporada Alta. Teatre Municipal. Girona. 5 de noviembre de 2016
Tras este impactante comienzo se escucha el famoso Adagietto de la Sinfon¨ªa n¨²mero 5 de Mahler; aqu¨ª, el coraz¨®n del espectador empez¨® a estrujarse. A partir de este momento, los bailarines se interrelacionar¨¢n de forma dram¨¢tica o en clave de humor. El trabajo coral ser¨¢ un torbellino de ideas y de frases coreogr¨¢ficas incontroladas, que pierde fuerza hac¨ªa la mitad del espect¨¢culo para volver a resurgir de una forma sorprendente: en el momento en que los int¨¦rpretes cantan canciones africanas y bailan con pulseras de cascabeles alrededor de sus tobillos. Fragmento brillante.
Menci¨®n especial merecen los artistas que han colaborado con Platel en este original espect¨¢culo. Entre ellos, el compositor Steven Prengels, que ha manipulado la obra de Mahler para enfatizar el contraste con los ruidos polif¨®nicos de Boule Mpanya y Russell Tshiebua sobre el ruido que hacen los animales cuando duermen. Tambi¨¦n sobresale la dramaturgia de Hildegard De Vuyst y la impactante escenograf¨ªa que firma Berlinde de Bruyckere.
Los nueve int¨¦rpretes de Nicht schlafen son de f¨ªsicos muy diferentes y de nacionalidades diversas y tienen una fuerte personalidad esc¨¦nica; de entre todos ellos destaca David Le Borge, a quien los dem¨¢s maltratar¨¢n y lanzar¨¢n al vac¨ªo con ferocidad: para ellos representa la libertad distorsionadora... El final del espect¨¢culo es apocal¨ªptico ya que cada int¨¦rprete se entrega a una danza infernal: algunos parodian la danza cl¨¢sica y varios saltan al patio de butacas, mientras otro practica la zoofilia con uno de los caballos muertos. Se fingen diferentes finales para dar tiempo a que el p¨²blico se relaje. Al final, claro, una ovaci¨®n un¨¢nime.
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