Lo que no mide PISA
Hay algo que no tiene que ver con leyes educativas ni con los planes de estudio. Algo que el informe sobre educaci¨®n tampoco es capaz de ver: la curiosidad, el amor al saber, a leer y a conocer
Al calor de la euforia que han causado los resultados del Informe PISA en Catalu?a, yo he tenido una experiencia estos d¨ªas que contradice, sinti¨¦ndolo mucho, esa euforia. Resulta que fui, como es habitual en m¨ª cada mes, a una tienda de caf¨¦s, en los aleda?os de Santa Maria del Mar, a comprar mi raci¨®n adictiva. De adolescente me inclin¨¦ por esta universal infusi¨®n, en detrimento del, para m¨ª, insulso t¨¦. As¨ª fue que una vez en el establecimiento, observo que entre los tipos de caf¨¦s que se me ofrecen hay uno que llama poderosamente mi atenci¨®n. Un caf¨¦ que se llama Balzac. Le digo a la dependienta que me atiende si ella atina a saber por qu¨¦ ese caf¨¦ se llama as¨ª. La chica, con toda la simpat¨ªa de la que es capaz, me dice que ahora mismo no sabr¨ªa dec¨ªrmelo.
En realidad la chica lo que no sab¨ªa no era por qu¨¦ alguien le puso al caf¨¦ Balzac, dolorosamente no sab¨ªa qui¨¦n era Balzac. Para tratar de salir del paso, me se?al¨® al due?o del establecimiento que trajinaba por all¨ª. Como si fu¨¦ramos amigos de a?os, los dos enunciamos el nombre del escritor franc¨¦s casi al un¨ªsono. Con los caf¨¦s que se tom¨® ese se?or, qu¨¦ mejor homenaje, me dijo instant¨¢neamente. Usted sabe que a Balzac los negocios que emprend¨ªa le sol¨ªan salir fatal, le coment¨¦ con la prejuiciosa convicci¨®n de que no lo sabr¨ªa. Claro, contest¨® raudamente, como si hubiera estado esperando mi comentario, por eso tuvo que casarse con esa condesa rusa que le ayud¨® a enjugar sus deudas y sus estrepitosos fracasos empresariales.
Mientras hablaba con ¨¦l, me acord¨¦ de una discoteca sita en la calle Balmes (no s¨¦ si todav¨ªa existe) llamada Metamorfosis y me dio por preguntarme si su due?o tambi¨¦n ser¨ªa un entendido en Franz Kafka. O en Ovidio, que a lo mejor tambi¨¦n.
El Informe PISA dice que todo va bien en Espa?a. Y Catalu?a un poco por encima de aquella. Tambi¨¦n nos dice el famoso referente de la educaci¨®n mundial que en Espa?a pinchan la ciencia y las matem¨¢ticas, aunque crece la lectura. Yo tengo mi propio informe PISA. Y ¨¦ste me dice continuamente, como me sucedi¨® en la tienda de caf¨¦s, que la gente joven sigue teniendo inmensos oc¨¦anos de ignorancia en cultura general. Y ya no digo en cultura literaria y cient¨ªfica, que no disimulan la lista de libros y temas obligatorios que les infligen en las aulas. No hace mucho tambi¨¦n pude comprobar in situ c¨®mo un joven franc¨¦s desconoc¨ªa absolutamente no s¨®lo la existencia de las novelas que protagoniza el c¨¦lebre comisario Maigret, sino que ignoraba, con alevosa ausencia de remordimiento, la existencia de Georges Simenon.
Mi particular radar PISA rastrea lejos de los centros docentes. (Me gustar¨ªa saber, o no saber, qu¨¦ resultados obtendr¨ªa si rastreara por las salas de maestros y maestras). Mi radar PISA se cuela por esos intersticios de la sociedad que nunca ser¨¢n objeto alguno de an¨¢lisis estad¨ªstico o cuantitativo. Mi PISA apenas se contenta cuando ve gente leyendo en los metros porque comprueba que cada vez son menos. Incluso mi PISA descubre con pavor que ni siquiera en las bibliotecas la gente lee ya libros, apenas detecta gente mayor leyendo revistas y diarios deportivos, usuarios pidiendo prestado ced¨¦s y estudiantes preparando sus ex¨¢menes.
Ahora mismo no sabr¨ªa c¨®mo afrontar este grave problema, si tuviera la responsabilidad de ayudar a paliarlo. No sabr¨ªa c¨®mo hacer para que una chica (o un chico) que estudi¨® hasta la ESO, no me mirara espantada con solo o¨ªr el nombre del viejo Balzac. Mucho me temo que esta situaci¨®n poco tenga que ver con los planes de estudio o las distintas y alternas leyes de educaci¨®n que proliferan con tanto dispendio en nuestro entorno, d¨ªgase Espa?a o Catalu?a.
Tengo una teor¨ªa sobre la lectura que seguramente nadie compartir¨¢. Descubrir la lectura, como descubrir la afici¨®n a la ornitolog¨ªa o la pasi¨®n por los inmensos misterios que el cielo nos reserva o la furiosa materia de los agujeros negros o los n¨²meros imaginarios, es un milagro que te roza o no. Soy consciente de que mi teor¨ªa podr¨ªa ser amonestada por voluntarista. Pero tambi¨¦n estoy seguro de que una cosa que no mide el informe PISA que se quiera, es la curiosidad, el amor al saber, a leer y a conocer. En una palabra, ?c¨®mo se mide ese don del autodidactismo y del conocimiento no reglado, independientemente de que seas profesor universitario o due?o de una tienda de caf¨¦s?
J. Ernesto Ayala-Dip?es cr¨ªtico literario.
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