El baile de los fracasados
¡®Danzad malditos¡¯, mejor obra revelaci¨®n del a?o pasado, regresa a Matadero
Danzad malditos habla de los grandes perdedores de la vida. ¡°Esas personas que luchan y se dejan la piel en todo, pero no logran sus sue?os¡±, explica Alberto Velasco, el director de la obra, basada en un texto de F¨¦lix Estaire. De manera parecida se sent¨ªa el grupo de actores que decidi¨® llevar al escenario esta adaptaci¨®n libre de la pel¨ªcula de 1969 Danzad, danzad, malditos, de Sydney Pollack. No pod¨ªan imaginar que su historia de fracasados se convertir¨ªa en uno de los grandes ¨¦xitos de 2016: quedaron en primer lugar en el Festival Frinje y se hicieron con el premio al Espect¨¢culo Revelaci¨®n de los Max.
Tras una gira por Espa?a, los malditos, como ya se les conoce en la profesi¨®n, vuelven a la sala Max Aub de Matadero (hasta el 15 de enero), donde la temporada pasada llenaron cada noche.
¡°El espect¨¢culo ahora es m¨¢s potente, m¨¢s compacto y m¨¢s poderoso¡±, dice su director. Para Velasco esto no es una obra, sino una experiencia teatral completa: ¡°Bebe y se contamina del resto de las artes para emocionar al p¨²blico¡±. Hay baile, interpretaci¨®n e, incluso, performance. Y mucha m¨²sica. ¡°Suenan Mahler, Preisner, canci¨®n francesa, swing y mucho piano roto¡±, detalla Velasco.
El texto transporta al espectador a uno de los maratones de baile que se pusieron de moda en Estados Unidos durante la Gran Depresi¨®n de 1929. Esos cert¨¢menes llevaban al l¨ªmite las destrezas y el aguante de los participantes. As¨ª, en Danzad malditos, los 13 actores bailan, corren, saltan y se revuelcan con tal de ganar.
Todo el esfuerzo que demuestran es real. ¡°Una funci¨®n de Danzad es m¨¢s exigente, f¨ªsica y mentalmente, que una hora de crossfit¡±, reconoce el actor Ignacio Mateos. ¡°Acabamos agotados y magullados¡±, abunda su compa?era Nuria L¨®pez. ¡°Siempre tenemos a mano vendas, tiritas y al fisioterapeuta¡±. El director reconoce el esfuerzo de su elenco: ¡°Nunca he visto tanta entrega¡±.
El papel del azar
Las representaciones son siempre diferentes porque el azar juega un papel muy importante: el maestro de ceremonias sortea las parejas al comienzo de la funci¨®n. As¨ª, ni las parejas son las mismas ni los actores interpretan el mismo papel. ¡°Se han preparado todos los personajes, porque puede tocarles cualquiera. Es como si todos se supieran Hamlet, pero desconocen qui¨¦n va a ser Hamlet en cada momento¡±, explica Velasco, que insiste en que no hay improvisaci¨®n. ¡°Lo ¨²nico improvisado es la asignaci¨®n de papeles; el resto es competici¨®n¡±, a?ade.
Para el actor Ignacio Mateos, esta experiencia teatral tiene un puntito de reality: ¡°El p¨²blico ve c¨®mo sufrimos y c¨®mo interactuamos en escena. Competimos por seguir en el concurso; es decir, hacer las siguientes escenas, y que no nos eliminen¡±. Para darle m¨¢s emoci¨®n, un espectador, elegido al azar, escoge a la pareja ganadora entre las dos finalistas. Mateos lo resume as¨ª: ¡°Siempre hay nervios; nunca sabemos qu¨¦ perdedor va a ganar¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.