El melodrama solvente

Mascar la derrota y que acabe haci¨¦ndote fuerte. Iv¨¢n Ferreiro siempre ha cultivado un sustrato entre dram¨¢tico y ag¨®nico, as¨ª que el disco de quebrantos sentimentales que anoche presentaba en el Palacio de los Deportes, 'Casa', deber¨ªa retratarle mejor que su env¨¦s feliz de tres a?os atr¨¢s. No siempre sucede as¨ª. Emocionaba descubrir en la inaugural 'Dioses de la distorsi¨®n' que Emilio Saiz recuerda cada vez m¨¢s a las guitarras hipn¨®ticas de su ilustre progenitor, Suso Saiz, pero alg¨²n exceso l¨ªrico quiz¨¢ termine abochornando a su propio autor con la perspectiva de los a?os. Y el gallego tampoco afina el tiro en 'Todas esas cosas buenas', un vals entre infantil y rampl¨®n; ni en el tema central, musicalmente blandurrio, sobrecargado de teclados y carente de colmillo.

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'Casa' sirve, eso s¨ª, para desplegar el estupendo arsenal de ne¨®n y audiovisuales que acompa?a a la nueva gira, tejado luminoso a dos aguas incluido. Ferreiro encarna ahora mismo el melodrama solvente, la mejor representaci¨®n de la congoja: una banda irreprochable, un repertorio sincero y torturado, 5.000 personas avalando con un lleno estimulante una propuesta que nunca fue sencilla. El ex de Piratas quiz¨¢ haya limado una pizca su caracter¨ªstica ronquera vocal, a veces sobredimensionada, pero apena constatar que el merecido espaldarazo popular coincida con su cancionero m¨¢s romo y pasajero. No hubo momentazos a cuenta del nuevo ¨¢lbum, por mucho que sea pronto para interiorizarlo. Los cimientos del edificio son magn¨ªficos, pero parece como si nadie hubiera invertido demasiada atenci¨®n en el enfoscado.