Memoria
En tiempos de la posverdad, apelar a la emoci¨®n a partir de los exfutbolistas parece una pr¨¢ctica period¨ªstica saludable, o al menos, m¨¢s reconfortante que interpretar los silencios de Messi
Fidel Uriarte muri¨® a finales del mes pasado a los 71 a?os despu¨¦s de confirmar en un ¨²ltimo acto que no hay patria m¨¢s profunda que la infancia, como escribi¨® Santiago Segurola en la necrol¨®gica del exquisito centrocampista del Athletic, pichichi de la Liga en la temporada 1967-1968. Hac¨ªa meses que ya no se comunicaba ni distingu¨ªa a sus familiares cuando uno de sus sobrinos se puso a jugar delante suyo y de su esposa Bego?a. La pelota lleg¨® a manos de Uriarte y empez¨® a dar toques con la cabeza como cuando remataba en San Mam¨¦s. La noticia caus¨® sensaci¨®n en el entorno del idolatrado jugador del Athletic.
La ¨²ltima vez que vi una l¨¢grima de verdad en la cara de un futbolista fue en agosto de 2002 en Budapest. Algunas de las celebridades del Madrid acudieron al homenaje de Pancho Puskas. Ni Marquinhos ni Santamar¨ªa consiguieron, sin embargo, que Ca?oncito Pum, como se le conoc¨ªa en Chamart¨ªn, les prestara atenci¨®n, ausente como estaba, entregado a un enfermero, hospitalizado desde hac¨ªa tiempo, hasta que se le acerc¨® Di St¨¦fano. A Puskas se le ilumin¨® la cara, pareci¨® llorar y se retir¨® con sus peque?os pies, tal que fuera un beb¨¦, abriendo y cerrando los pu?os, como diciendo hola y adi¨®s: "?C¨®geme Alfredo?"
Puskas sufr¨ªa a los 75 a?os una esclerosis cerebral y Uriarte era v¨ªctima del Alzehimer, la misma enfermedad que dej¨® en fuera de juego a Juanito Segarra, el gran capit¨¢n del Bar?a, el mismo que en compa?¨ªa de Rodri se aline¨® con el Perafita en la fiesta mayor de 1969 para disputar un amistoso contra el Pradenc. Jam¨¢s le pude preguntar por qu¨¦ dej¨® al equipo de mi pueblo a la media parte con 2-0 y permiti¨® la victoria por 2-5 de los vecinos de Prats de Llu?an¨¨s, capitaneados por el periquito Baget. Segarra nos ayud¨® a muchos en los inicios period¨ªsticos cuando le ped¨ªamos que nos contara historias del Bar?a.
El f¨²tbol se transmit¨ªa en aquellos tiempos por tradici¨®n oral, y dif¨ªcilmente hab¨ªa mejor fuente que los ex jugadores, por m¨¢s que cuando se juntaban dos para rememorar el mismo partido, ambos lo recordaban de manera distinta, sin necesidad si quiera de ser de equipos rivales, del Madrid o del Bar?a. Aunque la palabra del uno contrastaba con la certeza del otro, de manera que las medias verdades se mezclaban con medias mentiras, se consigui¨® armar una cr¨®nica de cada causa futbol¨ªstica, hoy actualizada por los mejores historiadores y por periodistas como Alfredo Rela?o en las p¨¢ginas de los lunes en El Pa¨ªs.
El peri¨®dico Levante-EMV reuni¨® en octubre de 2015 a Guillot, Vilar, Adorno, Pablo Rodr¨ªguez, Sempere y Giner, historia viva del Valencia, en el Centro de D¨ªa de Benicalap de la Asociaci¨®n de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Valencia. El reportaje de Vicent Chilet Torrent, Goles contra el olvido, describe muy bien c¨®mo reaccionaron los pacientes despu¨¦s de reconocer a los exfutbolistas de Mestalla. ¡°El Valencia representa ilusi¨®n, ganas de vivir y fuerza moral¡±, expres¨® euf¨®rico Pascual Carrascosa. ¡°Los recuerdos que me llevan a mi infancia es lo m¨¢s bonito que puedo tener. Mi ilusi¨®n es el Valencia¡±.
Un estudio de la Fundaci¨® Salut i Envelliment de la Universitat Aut¨®noma de Barcelona, promovido por la Federaci¨®n Espa?ola de Asociaciones de Futbolistas Veteranos, animada por un informe de la Universidad de Glasgow, certific¨® que hablar de f¨²tbol anima a las personas con Alzehimer, deterioro cognitivo y demencia senil, porque estimula su memoria, atenci¨®n y estado de ¨¢nimo, evoca sentimientos, y ayuda a mantener la ilusi¨®n de ser feliz al tiempo que repercute en la calidad de vida e incluso en el humor, como se constat¨® en Benicalap.
Hoy son varios los talleres organizados en las 58 asociaciones que integran la federaci¨®n de veteranos presidida por Juan Mari Zorriqueta. Y a la iniciativa se sum¨® tambi¨¦n la revista L¨ªbero con el proyecto F¨²tbol vs Alzheimer. Aunque hay quien sostiene que incluso se llegar¨¢ a ralentizar el deterioro de la enfermedad, es evidente que la terapia aumenta la autoestima y combate la ansiedad y la depresi¨®n: ¡°Se puede perder la memoria, pero no la pasi¨®n¡±. Ocurre que algunos pierden la memoria y otros olvidan la memoria, como si fuera prescindible en el mundo de Google.
La terapia les viene bien a los enfermos de Alzehimer, y ejercitar la memoria deber¨ªa ser tambi¨¦n un h¨¢bito para los que gozan de buena salud y tambi¨¦n para quienes entienden que no necesitan recordar a fin de no ser v¨ªctimas del pasado, una t¨¢ctica que acostumbra a funcionar tambi¨¦n en casos de personas pragm¨¢ticas y/o desmemoriadas, v¨ªnculadas o no al f¨²tbol y al Bar?a. La conversaci¨®n y la lectura, la pausa y la reflexi¨®n, la palabra y especialmente el gesto, deber¨ªan alternar con la imagen, que a d¨ªa de hoy se utiliza a menudo para explicar lo que no se ve o lo que se intuye, especialmente en el f¨²tbol y en la dura dial¨¦ctica Bar?a-Madrid.
Aseguraba Jos¨¦ F¨¦lix Pons que antes de transmitir un partido de f¨²tbol, tarea para la que se entren¨® durante un a?o en un estudio de Radio Nacional, le¨ªa poes¨ªa y como prueba recitaba con los ojos cerrados la Oda a Platko cada vez que se lo ped¨ªa Pere Escobar en Ona Catalana. Los periodistas estamos cada vez m¨¢s incomunicados en la era de la comunicaci¨®n, nos desprecian tanto los clubes como los futbolistas y nos dejan los lectores, cansados de nuestra ch¨¢chara, de manera que se imponen soluciones convencionales como la de recuperar el relato de Uriarte, Puskas o Segarra.
En tiempos de la posverdad, apelar a la emoci¨®n a partir de los exfutbolistas parece una pr¨¢ctica period¨ªstica saludable, o al menos, m¨¢s reconfortante que interpretar los silencios de Messi. Ahora mismo me maldigo por no haber podido preguntar a Segarra porque nos dej¨® a mitad de aquel partido de fiesta mayor en Perafita. El d¨ªa que quise, ya era demasiado tarde porque entonces, como dice el t¨ªtulo de la pel¨ªcula de Mercero, me respondi¨®: ¡°?Y t¨² qui¨¦n eres?¡±.
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