Iturbe vuela hasta el Biblioteca Breve novelando la vida de Saint-Exup¨¦ry
¡®A cielo abierto¡¯ recrea los or¨ªgenes del escritor y de la aviaci¨®n comercial en los a?os 20
Antoine de Saint-Exup¨¦ry fantaseaba con boas que se tragaban elefantes y rosas en urnas de cristal mientras cruzaba el Mediterr¨¢neo o media ?frica para descubrir rutas a¨¦reas imposibles en los temerarios inicios de la aviaci¨®n civil en los a?os 20 del siglo pasado. Entre los ensue?os fundacionales del espiritual El principito y las ¨¦picas aventuras entre nubes en inciertos aparatos ha enmarcado el periodista y escritor Antonio Iturbe A cielo abierto, la novela que le ha permitido hoy volar hasta el premio Biblioteca Breve (30.000 euros), que convoca Seix Barral.
¡°Destaca la cuidada recreaci¨®n de la figura de Saint-Exup¨¦ry y el tratamiento narrativo de la ¨¦pica de los primeros a?os de la aviaci¨®n civil francesa en una novela de arriesgadas aventuras con fiel trasfondo hist¨®rico¡±, resalt¨® el acta del jurado de una novela en la que Iturbe (Zaragoza, 1967) ha invertido algo m¨¢s de cuatro a?os desde que terminara su hasta ahora tercera obra y la de mayor proyecci¨®n, La bibliotecaria de Auschwitz (2012), publicada en 11 pa¨ªses y que este a?o lo har¨¢ en ingl¨¦s en EEUU.
Combinando documentaci¨®n y voluntad de estilo literario, ambas hijas de su oficio de periodista, que le ha llevado a dirigir durante siete a?os la revista Qu¨¦ Leer y actualmente Libr¨²jula, Iturbe hace despegar A cielo abierto siguiendo la estela de tres aviadores, tan amigos como diferentes entre s¨ª: Jean Mermoz, mujeriego y obsesionado con abrir una ruta a¨¦rea que conecte Europa y Am¨¦rica cruzando el Atl¨¢ntico; Henri Guillaumet, prudente pero obsesionado tambi¨¦n con llevar siempre su correo a destino, y Saint-Exup¨¦ry, Tonio, destinado a Marruecos, donde intentar¨¢ lijar las asperezas que surgen entre europeos y beduinos del S¨¢hara fruto de la explosi¨®n comercial. Las aventuras de los tres en la l¨ªnea a¨¦rea Lat¨¦co¨¨re (posteriormente, Aeropostale, que a su vez dar¨ªa paso a Air France) se entremezclan con la evoluci¨®n vital y literaria real de quien ser¨ªa uno de los grandes escritores del siglo XX: la invisible gestaci¨®n de El principito, sus historias de amor con Louise Vilmorin o Consuelo Sunc¨ªn o la angustia por la situaci¨®n sociopol¨ªtica que se avecinaba y que impregnar¨ªa filos¨®ficamente toda su producci¨®n.
¡°Es una novela viajera: has tenido suerte de que todos los personajes tienen muertes heroicas y espaciadas en el tiempo¡±, le ha comentado con humor al ganador el escritor Fernando Aramburu, uno de los miembros de un jurado que se ha deshecho en elogios de la obra, que saldr¨¢ a la venta el pr¨®ximo 7 de marzo. ¡°La novela es encantadora por la recreaci¨®n de unos personajes y de unos ambientes; rezuma todo una idea de pasi¨®n y juventud, que es cuando hay tiempo para la velocidad¡±, apunta Manuel Longares, mientras Pere Gimferrer deja constancia del ¡°acierto de la captaci¨®n del esp¨ªritu de la ¨¦poca, algo muy dif¨ªcil y que tiene pocos precedentes en la narrativa espa?ola¡±.
Lola Larumbe, como miembro del jurado, ha llevado la reflexi¨®n a su oficio de librera al constatar que ¡°Saint-Exup¨¦ry es reconocible, est¨¢ ah¨ª y eso llevar¨¢ a que el lector quiera conocer su obra m¨¢s all¨¢ de El principito¡±. Iturbe, en cualquier caso, ha hecho hincapi¨¦ en que A cielo abierto no es una biograf¨ªa, a pesar de que en la mezcolanza entre accidentes a¨¦reos, aterrizajes forzosos, rescates y las turbulencias de la vida cotidiana en tierra solo pone la ficci¨®n ¡°all¨ª donde no llegan los bi¨®grafos: qu¨¦ se dec¨ªan los amigos cuando se encontraban en el desierto o lo que sent¨ªan cuando en el aire, a plena noche, les sorprend¨ªa una tormenta¡±, ha asegurado. ¡°Est¨¢ hecha de ladrillos verdaderos ligados con los cementos de la ficci¨®n; al leerla te llenas de grasa porque est¨¢ construida desde los motores de esos aviones; yo solo he sido como una especie de bizcocho borracho, empap¨¢ndome de ¨¦l y de su prosa po¨¦tica, aventurera y moralista tambi¨¦n¡±.
El asimismo autor de Rectos torcidos (2005) y D¨ªas de sal (2008) ha resaltado esa faceta moral del aviador-escritor: ¡°Hoy tiene mucho m¨¢s prestigio la literatura del escepticismo, pero a m¨ª me interesan los libros que tienen un prop¨®sito y Saint-Exup¨¦ry se preguntaba cu¨¢l es nuestro lugar en el mundo, me interesa m¨¢s la literatura del asombro de vivir¡±, argumenta quien dice que, como lector de ¨¦l, qued¨® fascinado por Tierra de hombres. De ese esp¨ªritu, apunta, es del que ha querido imbuirse: ¡°No s¨¦ si hoy Saint¨CExup¨¦ry encontrar¨ªa f¨¢cilmente editor porque sus obras eran argumentalmente un poco deslavazadas, pero ten¨ªan por momentos una clara noci¨®n del mundo con una importancia vital de las personas, esa idea de que la vida es eso, relaciones, la malla entre personas que generamos todos, que una sola vida son todas las vidas y esa mirada le puso en alg¨²n momento en entredicho en Francia cuando la Segunda Guerra Mundial¡ Todo eso impregna sus obras y eso me llena mucho¡±.
A pesar de esa cosmovisi¨®n, es consciente Iturbe de que el escritor era ¡°un h¨¦roe agujereado, lleno de contradicciones: ese sentido moral de la vida, esa austeridad, chocaba con el personaje trasnochador, bebedor y repleto de infidelidades maritales¡ Quiz¨¢ su volar f¨ªsico tambi¨¦n era metaf¨ªsico, queriendo saltar por encima de las cosas m¨¢s materiales y las miserias humanas¡±. Quiz¨¢ s¨ª que a cielo abierto todo parece distinto.
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