Redecorando Malasa?a
Los rotulistas reviven el oficio de fabricar carteles artesanos para comercios con est¨¦tica y materiales tradicionales
El esp¨ªritu de Malasa?a reside en sus calles, plazas y comercios. Sobre estos ¨²ltimos recae un importante componente art¨ªstico y est¨¦tico del barrio. En los ¨²ltimos a?os, esta cuesti¨®n ha estado en las manos de Tom Graham y Diego Apesteguia. El primero trabaja en un coqueto y diminuto taller junto a la plaza de Juan Pujol y se dedica de manera artesana a dise?ar y fabricar r¨®tulos y carteles con sus propias manos. No mucho m¨¢s lejos, Apesteguia saca lustre del mismo oficio. Los dos son rotulistas, un oficio en peligro de extinci¨®n que han resucitado decorando las calles de la capital. Ambos trabajan con el pincel, con el pulso de un relojero y la precisi¨®n de un cirujano.
Si uno pasea por el centro de Madrid, no tardar¨¢ en divisar comercios que tienen r¨®tulos con la firma de ambos: el bar The Passenger, el estudio de tatuajes La Manuela Tatto, la pasteler¨ªa La Duquesita, el bar Coraz¨®n¡ Apesteguia de 37 a?os, lleva dos a?os trabajando en Rotulaci¨®n a mano, local ubicado en la calle de Molino de Viento, en el coraz¨®n de Malasa?a. ¡°Antiguamente los rotulistas ven¨ªan del mundo de las artes y usaban materiales m¨¢s nobles, como el pan de oro, esmaltes o la pintura¡±, cuenta el artesano. ¡°Son elementos que resisten las inclemencias del tiempo y el paso de los a?os¡±, prosigue. ¡°En los a?os setenta y ochenta este trabajo se diluy¨® para dar paso a la fabricaci¨®n industrial¡±, a?ade. ¡°En Espa?a no quedaba gente que conociera las t¨¦cnicas del oficio¡±. Por eso tuvo que viajar a Estados Unidos, Inglaterra y Argentina para aprender el oficio. Ahora, bajo las ¨®rdenes de Apesteguia trabaja un ayudante y una aprendiz. ¡°Mucha gente nos ha realizado encargos porque ve¨ªan los r¨®tulos en la calle, pero no sab¨ªa que alguien los elaboraba. El negocio da para cubrir gastos porque hay un nicho de mercado; es un placer dedicarme a esto, pero alg¨²n d¨ªa me gustar¨ªa poder irme de vacaciones¡±, dice Apesteguia.
El barrio como galer¨ªa
Su ¨²nico competidor, colega y compa?ero de fatigas, es Tom Graham, 43 a?os, pelo largo y pintas de estrella de rock, que lleva m¨¢s de dos d¨¦cadas pintando r¨®tulos. Lleg¨® a Madrid hace 19 a?os desde Bournemouth (Inglaterra). All¨ª todav¨ªa se manten¨ªa la tradici¨®n de cristales rotulados para decorar y anunciar los tradicionales pubs ingleses. Cuando aterriz¨® se puso a servir pintas y empez¨® a explotar su talento pintando el local en el que trabajaba. Fue entonces cuando abri¨® su primer taller en Malasa?a. ¡°El barrio es como una galer¨ªa de arte para exponer mis obras¡±, cuenta Graham.
Su taller, Freehand Lettering and Art, es un min¨²sculo y acogedor local ubicado en la calle de Tesoro. Graham cuenta con las manos de Brent Taylor, con el que trabaja codo con codo. Su arte se puede divisar en calles como la del Pez, donde sus r¨®tulos han colonizado casi todos los locales. Y como corresponde a su oficio artesanal, sin ayuda de ordenadores. Un arte que solo puede ser descubierto callejeando; recorriendo los barrios con ojo avizor.
Vinilo, cristal, pizarra o metal
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