El toque flamenco en el Maestranza

La guitarra de Paco Cepero y las voces de India Mart¨ªnez y Arc¨¢ngel han puesto color a la entrega de medallas del D¨ªa de Andaluc¨ªa. La interpretaci¨®n del himno de los tres galardonados arranc¨® pellizcos entre un p¨²blico habituado a esta cita institucional sin grandes emociones ni requiebros, salvo contadas excepciones como el a¨²n recordado discurso de Antonio Banderas. Cada 28 de febrero hay aplausos, referencias hist¨®ricas y decorado sobrio aunque est¨¦tico, pero pocas tripas.

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Y sin embargo, esta vez el flamenco ten¨ªa gran presencia con el punteo de Cepero y el fraseo de la pareja ¨CMart¨ªnez m¨¢s cercana al pop- de los 15 premiados. Los tres, en presencia de la compositora sevillana Elena Mendoza, pusieron el contrapunto a una ceremonia sin ¨¢gape ni sobresaltos. Ello a pesar de que el poeta Luis Garc¨ªa Montero se sum¨® al empe?o de los tres flamencos para transmitir emoci¨®n con un discurso que sudaba Cernuda, Garc¨ªa Lorca y Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, y as¨ª contrarrestar el relato triste de la realidad de Donald Trump.

¡°Me alegro de que mi militancia pol¨ªtica y mis opiniones cr¨ªticas no sean una incomodidad para estar aqu¨ª. He intentado defender la identidad andaluza en esta ¨¦poca en la que vuelven los totalitarismos¡±, resum¨ªa Garc¨ªa Montero, excandidato de Izquierda Unida a la Comunidad de Madrid, tras el acto entre pasillos. El escritor visti¨® de actualidad las referencias a los poetas cumbre mientras censuraba la moda del ¡°orgullo de ser analfabeto, de no escuchar y llenar las redes sociales con basura¡±.

Garc¨ªa Montero condens¨® como hijo predilecto el discurso de agradecimiento de la quincena de premiados ¡ªartistas, deportistas, emprendedores¡ª para reivindicar la manera de ser andaluza, ¡°elegante y sensual¡±, en contraste con ¡°identidades rocosas¡± que defienden ¡°la soberbia del derecho a matar¡±. La mayor¨ªa de premiados, obligados a un agradecimiento mudo por el protocolo, se llevaron la mano al coraz¨®n para transmitir ese orgullo mezclado con gozo a un p¨²blico que aplaud¨ªa su trayectoria profesional.

Minutos antes de empezar la ceremonia del?D¨ªa de Andaluc¨ªa, mientras las pancartas de protestas asomaban a las puertas del Teatro de la Maestranza junto a c¨¢nticos tradicionales como No hay pan para tanto chorizo, un saltamontes se subi¨® a una de las sillas del escenario. Un operario lo retir¨® a tiempo para que los galardonados se sentaran y arrancara la ceremonia.