La mejor pintura flamenca hecha fuera de Flandes

En 1490, dos a?os antes del viaje americano de Crist¨®bal Col¨®n, un personaje culto y refinado como Llu¨ªs Despl¨¤, arcediano de la catedral de Barcelona, encarg¨® a uno de los pintores de moda en la Corona de Arag¨®n una obra con la que quer¨ªa perpetuarse. Quer¨ªa una pintura enorme que funcionara como altar para situarlo en la capilla privada de su nueva residencia, en la Casa del Arcediano, que estaba en plena reforma. Despl¨¤ confi¨® en Bartolom¨¦ Bermejo, caracterizado por su perfecci¨®n en el dibujo y el minimalismo de su pintura que realiz¨® una enorme escena en la que una doliente Virgen sostiene en su regazo a un Jesucristo muerto. A la izquierda, San Jer¨®nimo absorto en la lectura, mientras apoya un pie en un le¨®n dormido, y a la derecha, un personaje arrodillado, con expresi¨®n compungida, mirada perdida y aspecto descuidado, que no es otro que? Despl¨¤. La escena est¨¢ enmarcada en un paisaje, amplio y profundo, todo envuelto en un buen n¨²mero de especies vegetales y animales que completan la escena. La obra, conocida como la Pietat Despl¨¤, ha acabado siendo una de las obras maestras de Bermejo, y, a juicio de los expertos, ¡°la mejor obra flamenca realizada fuera de Flandes¡±.

La pieza, que ha permanecido desde entonces vinculada con la catedral y no ha salido del templo y sus inmediaciones, ha sido sometida a un complejo proceso de restauraci¨®n para devolverle el esplendor que tuvo hace seis siglos. Desde ayer puede verse en la sala principal del Museo Catedralicio rodeada de otras obras g¨®ticas luciendo su nuevo aspecto tras la limpieza a fondo para quitarle los barnices envejecidos y restaurar las alteraciones de la capa pict¨®rica. Los trabajos de restauraci¨®n, dirigidos por Ana Ord¨®?ez han sido financiados por la Fundaci¨®n Banco Sabadell y han tenido una duraci¨®n de m¨¢s de a?o y medio. Entre los hallazgos, comprobar que la pintura no formaba parte de un tr¨ªptico como se cre¨ªa porque las bisagras laterales no lo eran, tal y como se pensaba.

Despu¨¦s de tanto tiempo Despl¨¤, y su obra m¨¢s preciada, no se han separado, por un azar del destino. El arcediano fue enterrado en una estancia peque?a destinada a alojar la nueva sala capitular que hoy es parte del museo catedralicio. La estancia est¨¢ presidida por la pintura y la enorme losa en la que puede leerse ¡°honorabilis et circunspectus¡± o lo que es lo mismo, honorable y prudente.

De Bermejo, que pint¨® una veintena de obras, poco se sabe. Tan solo que era cordob¨¦s, tal y como escribi¨®, en letra capital romana, en el marco de esta obra en la que se dice tambi¨¦n que la termin¨® el 23 de abril, festividad de Sant Jordi.

Con todo, la pintura no es la ¨²nica de Bermejo en Barcelona. El MNAC cuenta con dos obras: una Resurrecci¨®n y Un descenso de Cristo al limbo, las dos de 1475 y otras dos, Cristo en el Para¨ªso y Ascensi¨®n, propiedad del Institut Amatller d¡¯Art Hisp¨¤nic de Barcelona, cuatro tablas que algunos expertos proponen como parte de la predela del retablo de Santo Domingo de Silos, cuya tabla central se conserva en El Prado. El Museo de Perelada conserva una quinta obra, otra Piedad. Las cinco son grandes candidatas para participar en la exposici¨®n que prepara para 2018 la primera pinacoteca espa?ola, para celebrar su bicentenario, en la que se espera reunir a todas las obras de este maestro de la pintura g¨®tica.