Madrid es la segunda comunidad en la que menos enfermedades profesionales se declaran
Un estudio de UGT asegura que se registran muchas menos patolog¨ªas de las que se producen
En la Comunidad de Madrid se registran 58,82 enfermedades profesionales por cada 100.000 asalariados, la segunda cifra m¨¢s baja de todas las comunidades (solo por detr¨¢s de Andaluc¨ªa, con 34,23) e inmensamente lejos de los 344 de Pa¨ªs Vasco o los 661,14 de Navarra, seg¨²n los ¨²ltimos datos oficiales, de 2015. Pero no se trata de que los trabajadores madrile?os est¨¦n 11 veces m¨¢s sanos que los navarros, asegura el sindicato UGT, sino que se registran oficialmente muchas menos patolog¨ªas, lo que supone un grave problema porque ¡°al no contabilizarse, no se previenen ni se incorporan a las estrategias sanitarias o de salud laboral¡±. Esta es una de las conclusiones del estudio ¡®Enfermedades causadas por el trabajo en la Comunidad de Madrid¡¯, redactado por el sindicato a partir de las estad¨ªsticas oficiales de la Seguridad Social.
Las cifras de enfermedades profesionales ¡ª¡°aquellas producidas a consecuencia del trabajo¡±, seg¨²n la definici¨®n de la OMS¡ª en la regi¨®n han ido creciendo en los ¨²ltimos a?os, desde 1.202 en 2008 hasta 1.587 en 2015 y a 1.673 en 2016. A estas habr¨ªa que sumarle otros 712 casos de ¡°patolog¨ªas no traum¨¢ticas causadas por el trabajo¡±, es decir, las no catalogadas como enfermedad profesional, pero efectivamente contra¨ªdas ¡°por causa exclusiva de la ejecuci¨®n¡± del trabajo.
El crecimiento estad¨ªstico es consecuente con la evoluci¨®n positiva del mercado de trabajo, pero que esconde, seg¨²n el informe presentado hoy por UGT-Madrid, much¨ªsimos m¨¢s casos que no llegan a los registros, entre otras cosas, porque este tipo de afecci¨®n ¡°normalmente es progresiva, ocurre despu¨¦s de un periodo de exposici¨®n a determinada actividad; incluso el trabajador puede que ya no se encuentre realizando una actividad¡±, se?ala el texto.
Ponen como ejemplo los c¨¢nceres causados por la pr¨¢ctica laboral (el trabajo con amianto, con maquinaria hospitalaria sin las debidas precauciones, etc¨¦tera). En 2016 solo se declar¨® un caso de este tipo en toda la Comunidad de Madrid, cuando el sindicato estima que debi¨® haber en torno a 2.000 (lo hace aplicando el c¨¢lculo de la Comisi¨®n Europea de que el 4% de los c¨¢nceres tienen causas laborales). Adem¨¢s, extrapolando para Madrid un reciente estudio hecho por investigadores de la Universidad de Granada, estiman que 517 habr¨ªan fallecido.
De forma generalizada, el sistema de seguridad social ¡°tan solo est¨¢ reconociendo enfermedades leves y sin baja¡±, lo que comporta aparte del tratamiento, una compensaci¨®n econ¨®mica, mientras que deja fuera de la consideraci¨®n de enfermedad profesional las ¡°complejas y cr¨®nicas como el c¨¢ncer, adem¨¢s de enfermedades cardiovasculares y respiratorias¡±, lo que deja sin derecho a la compensaci¨®n. As¨ª, aparte del d¨¦ficit en la prevenci¨®n de riesgos laborales, el problema de esta situaci¨®n, insisten, es que los trabajadores ¡°ven reducidas sus prestaciones¡±, todos los contribuyentes ven engordar la factura sanitaria com¨²n y las empresas no se ven impelidas a subsanar los riesgos en los puestos de trabajo, concluye el sindicato.
De ese modo, el sindicato reclama cambios legislativos, esfuerzos formativos (por ejemplo, algunos destinados a los m¨¦dicos) y administrativos. En este ¨²ltimo caso, reclaman mejorar el sistema de gesti¨®n de las Mutuas de seguros y la creaci¨®n de un sistema informaci¨®n sanitaria y vigilancia epidemiol¨®gica laboral; alaban el sistema Centinela que ya existe en Navarra. ¡°Nuestra intenci¨®n con este informe es dar a conocer esta situaci¨®n, que seamos conscientes del coste social y personal que supone el bajo registro de enfermedades profesionales y que se creen los mecanismos necesarios para que empiecen a aflorar todos los caso¡±, resume Susana Huertas, Secretaria de Salud Laboral de UGT-Madrid.
Los agentes f¨ªsicos y biol¨®gicos, los m¨¢s peligrosos
Para que las enfermedades profesionales se acepten como tales, deben tener relaci¨®n directa con el trabajo y (aunque puede haber excepciones) estar dentro de las actividades y los agentes causantes recogidos en la legislaci¨®n. Los causantes, a su vez, se dividen en varios grupos y, entre ellos, los m¨¢s comunes son los f¨ªsicos y los biol¨®gicos.
Entre los primeros (que acumularon en 2016 el 60% de los registros en la Comunidad de Madrid) las m¨¢s comunes son las que se refieren afecciones musculares, ¨®seas o nerviosas por posiciones que producen dolor, por estar sentado mucho tiempo, movimientos repetitivos, levantar personas¡ Tambi¨¦n se incluyen aqu¨ª las provocadas por ruidos (hipoacusia o sordera) o vibraciones (afecciones vasculares).
A este grupo le sigue en la estad¨ªstica de 2016, con 445 (el 26,5%), las enfermedades causadas por agentes biol¨®gicos. En este caso, adem¨¢s, la incidencia es de las m¨¢s altas de Espa?a (18,77 casos por cada 100.000 asalariados). Sobre todo, se dan en las actividades sanitarias y de servicios sociales. Se trata, por ejemplo, del contagio de enfermedades infecciosas contra¨ªdas durante el desarrollo del trabajo.
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