El imp¨ªo campus de la UIB: de Brokerval a Minerval
En los laboratorios de la UIB se destilaba el medicamento Minerval que, seg¨²n la Jefa de Oncolog¨ªa del Hospital p¨²blico de Son Espases, la doctora Josefa Terrasa, no es m¨¢s que un poco de aceite de oliva mezclado con agua en una c¨¢psula.
En las universidades se admira el prestigio de Harvard y se emulan sus logros con la esperanza de ver progresar el lugar que cada una ocupa en el ranking de la excelencia. La universidad balear, sin embargo, a despecho de la ansiedad que ocasiona esta competencia, prefiere campar a sus anchas y presumir de un talante que, si bien no es digno de envidia, provoca un pasmado asombro.
El original plan de gesti¨®n del campus balear comenz¨® hace ya algunos a?os, a principios de la d¨¦cada de los noventa, cuando a los gerentes de la universidad se les ocurri¨® sacar rendimiento al dinero de la instituci¨®n p¨²blica y colocarlo en una aventurera sociedad de inversiones. El esc¨¢ndalo Brokerval acab¨® entonces en los tribunales, pero se dio por concluido con unas extra?as condenas. Quiz¨¢ por ello la comunidad universitaria no purg¨® la influencia mal¨¦fica de aquella osad¨ªa y ha prolongado hasta hoy su majestuoso descaro.
Esta semana la polic¨ªa ha detenido en Palma a dos catedr¨¢ticos de la universidad balear por fabricar, comercializar, vender y prescribir un medicamento falso. Aprovechando la autoridad que les da cobertura y protecci¨®n, los dos catedr¨¢ticos alardeaban de su fulgurante patente y la han recetado como el definitivo remedio contra el c¨¢ncer. Del padecimiento de los enfermos estafados por los catedr¨¢ticos de la UIB da cuenta el r¨®tulo que la polic¨ªa ha puesto a su investigaci¨®n: Operaci¨®n Imp¨ªa.?
En los laboratorios de la UIB se destilaba el medicamento Minerval que, seg¨²n la Jefa de Oncolog¨ªa del Hospital p¨²blico de Son Espases, la doctora Josefa Terrasa, la primera en denunciar el caso que finalmente ha llegado a la fiscal¨ªa, no es m¨¢s que un poco de aceite de oliva mezclado con agua en una c¨¢psula. Seg¨²n el relato de los enfermos y familiares embaucados, que en algunos casos llegaron a abonar hasta 25.000 euros por el brebaje ¡ªunos pacientes ya fallecidos¡ª, los catedr¨¢ticos publicitaban su milagrero remedio con frenes¨ª, pero lo expend¨ªan en el Campus con un disimulo m¨¢s propio de los camellos que venden hero¨ªna en los suburbios de la ciudad.
Los investigadores y profesores serios que trabajan en la UIB han solicitado a la opini¨®n p¨²blica que no se demonice a toda la comunidad universitaria a causa del desfalco organizado por unos pocos. Es l¨®gico que teman verse salpicados por el imp¨ªo descr¨¦dito del caso, pero los colegas de los catedr¨¢ticos detenidos demuestran desconocer qu¨¦ significa la pertenencia a una instituci¨®n. Obviamente, qui¨¦n comparece ante los tribunales es el malhechor atrapado con las manos en la masa, pero el caso Minerval ha sacado a flote, una vez m¨¢s, un comportamiento incompatible con la decencia que se atribuye a las instituciones universitarias.
Las primeras denuncias contra los catedr¨¢ticos de Minerval se formularon en el a?o 2011 y desde entonces (?seis a?os!) se han reiterado en los despachos del rectorado de la universidad, que desped¨ªa a los demandantes con un portazo en las narices. El vicerrector de investigaci¨®n, Jaume Carot, recib¨ªa las denuncias como si fueran un confuso rumor y desde el rectorado se consider¨® oportuno inhibirse, dejando que los enfermos padecieran el falso medicamento fabricado en sus laboratorios.
Ser¨¢ interesante seguir el resultado de las pesquisas policiales y conocer los detalles de una trama incomprensible (?por qu¨¦ la autoridad universitaria protege a los fabricantes de un medicamente falso?). Mientras tanto, habr¨¢ que saber si el actual mecanismo de control renquea por una de las tres causas cl¨¢sicas: sobornado, adocenado o incompetente.
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