Esperanza Aguirre, ni tonta ni rubia
La expresidenta regional presenta su dimisi¨®n como concejal acosada por los m¨²ltiples casos de corrupci¨®n que rodearon su gesti¨®n en el partido y en sus gobiernos
En Esperanza Aguirre (Madrid, 1952) nada es lo que parece. No es dura, ni tonta, ni siquiera rubia. Es desconfiada, muy inteligente y pelirroja. En 2002, en plena batalla entre ella y Alberto Ruiz-Gallard¨®n por el control del PP en Madrid, se reuni¨® con dos periodistas en un restaurante de la capital. La que entonces era candidata a la presidencia del partido no paraba de decir banalidades durante la comida. Uno de los redactores, harto de tanta frusler¨ªa, le espet¨®: ¡°Gallard¨®n te va a destrozar¡±. Aguirre cambi¨® radicalmente su mirada, la endureci¨® y la congel¨®. Le mir¨® a los ojos y le solt¨® g¨¦lidamente: ¡°T¨² no me conoces¡±. Fueron solo dos segundos de sinceridad, y sigui¨® diciendo trivialidades.
La carrera pol¨ªtica de la que es conocida como la ¡°lideresa del PP¡± empieza en 1983 cuando es elegida concejal por Coalici¨®n Popular (conglomerado de partidos conservadores). Procedente de la Uni¨®n Liberal de Pedro Schwartz, se pasa al Partido Popular en 1987. No ser¨¢ hasta 1989 cuando, tras una moci¨®n de censura contra el PSOE, es nombrada concejal de Medio Ambiente, y luego de Cultura, Limpieza, tercera teniente alcalde, portavoz municipal¡ La carrera de Aguirre comienza a despegar en vertical.
Con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en el Gobierno de Espa?a, ser¨ªa elegida por este para encabezar el Ministerio de Educaci¨®n y Cultura y, posteriormente, la presidencia del Senado. Su imagen, en aquellos momentos, y fundamentalmente a causa de un programa de televisi¨®n que la caricaturiz¨®, se degradaba a pasos agigantados. Se la describ¨ªa como una arist¨®crata rancia (es condesa consorte de Bornos y nieta del conde de Sep¨²lveda), banal, ignorante y patriotera. La cumbre de la parodia se resum¨ªa en una ap¨®crifa conversaci¨®n con un reportero mientras visitaba la Feria del Libro de Madrid: ¡°?Le gusta Saramago?¡±. ¡°S¨ª. Sara Mago, gran pintora¡±.
No ser¨ªa hasta 2003, al presentarse como candidata del PP a la Presidencia de Comunidad de Madrid, cuando su imagen cambi¨® espectacularmente. Dos hechos desencadenan el viraje: el esc¨¢ndalo del Tamayazo y un giro completo en su pol¨ªtica de comunicaci¨®n: pasa de ser ¡°la rubia tonta¡± a la lideresa, la ¡°Thatcher del PP¡±. Todos la temen y la pelotean sin rubor. No se sabe si los cree, pero lo seguro es que se deja querer.
En octubre de 2008, tras un atentado en Bombay (India) con 90 muertos y que la coge de pleno mientras se encontraba alojada en hotel Oberoy, toma un avi¨®n y se presenta en Madrid en zapatos con calcetines. ¡°Sal¨ª descalza, pisando charcos de sangre¡±, declar¨®, al tiempo que su figura pol¨ªtica se agrandaba y llegaba a su c¨¦nit en mitad de una cohorte de aplausos interesados. Es el tiempo de los grandes negocios ilegales ahora destapados por la Justicia.
No obstante, el primer acto del final pol¨ªtico que ahora se culmina se escribi¨® cinco a?os antes: el d¨ªa que la Asamblea deb¨ªa nombrar al socialista Rafael Simancas presidente de la Comunidad, dos diputados del PSOE (Eduardo Tamayo y Mar¨ªa Teresa S¨¢ez) no se presentan en el pleno. Su inasistencia hizo que Simancas no pudiese alzarse con la presidencia y las elecciones tuvieron que repetirse. Lo exigi¨® ella misma.
La comisi¨®n de investigaci¨®n que se abri¨® tras el esc¨¢ndalo desvel¨® que las habitaciones del hotel donde Tamayo y S¨¢ez se refugiaron hab¨ªan sido pagadas por dos constructores cercanos al PP, Francisco V¨¢zquez y Francisco Bravo, y que estos, a su vez, se hab¨ªan reunido horas antes con el exalcalde de Majadahonda y dirigente del PP, Ricardo Romero de Tejada. El bochorno fue generalizado, excepto para el PP que bloque¨® y suspendi¨® la comisi¨®n. Romero de Tejada lleg¨® a declarar que trabajaba haciendo ¡°fotocopias¡± para un empresario tambi¨¦n pr¨®ximo a los populares para justificar sus ingresos. El aroma a corrupci¨®n comenzaba a extenderse por el Gobierno regional y por el propio partido. Aguirre ya era presidenta del PP, ya que venci¨® a la candidatura que promov¨ªa Gallard¨®n bajo el nombre de su mano derecha, Manuel Cobo.
Las elecciones regionales finalmente se repitieron en octubre de 2003 y Aguirre consigui¨® la mayor¨ªa absoluta. A partir de entonces, gobern¨® con holgura parlamentaria hasta septiembre de 2012, cuando present¨® su dimisi¨®n para tratarse de un c¨¢ncer.
Con una pol¨ªtica basada fundamentalmente en la bajada de impuestos, la privatizaci¨®n de los servicios p¨²blicos, la ampliaci¨®n del n¨²mero de hospitales y la puesta en marcha del biling¨¹ismo en los colegios e institutos (el Reino Unido la nombr¨® Dama Comendadora del Imperio Brit¨¢nico), la lideresa asisti¨® impasible a la imputaci¨®n de todo su entorno: el ex viceconsejero de Presidencia, Alberto L¨®pez Viejo; el exconsejero de Presidencia, Francisco Granados; la ex consejera de Educaci¨®n, Luc¨ªa Figar, el tambi¨¦n ?exconsejero de Presidencia, Salvador Victoria, el director general del Juego, Gin¨¦s L¨®pez; los exalcaldes de Majadahonda, Pozuelo y Boadilla, varios diputados... Los esc¨¢ndalos (Gurtel, P¨²nica, Esp¨ªas, Canal, Tamayazo) saltaban por doquier roz¨¢ndola, pero ella, asegur¨®, nunca fue consciente. ¡°He nombrado m¨¢s de 500 cargos y solo dos [en referencia a L¨®pez Viejo y Granados] me han salido rana¡±.
La imputaci¨®n y entrada en la c¨¢rcel de Ignacio Gonz¨¢lez, su aut¨¦ntica mano derecha en los diversos Gobiernos que hab¨ªa presidido y que la sustituy¨® cuando dej¨® el Ejecutivo de Madrid en 2012, fue la ¨²ltima andanada que pudo soportar su reputaci¨®n pol¨ªtica. Hoy ha abandonado la portavoc¨ªa del PP en el Ayuntamiento, que ocupaba desde las ¨²ltimas elecciones municipales de 2015. Ya no cab¨ªan m¨¢s explicaciones, ni m¨¢s ¡°mamandurrias¡±, como defini¨® en alguna ocasi¨®n las subvenciones p¨²blicas que, algunos de sus colaboradores, convirtieron en sumas millonarias. Haber dimitido de la presidencia del partido en febrero del a?o pasado por no haberse dado cuenta de nada (¡°Podr¨ªa haber vigilado la financiaci¨®n pero no la vigil¨¦ (¡) Estaba ocupada con construir 12 hospitales"), ya no ha resultado suficiente para nadie, ni para su propio partido.
Cifuentes, la presidenta de la Comunidad, asegur¨® en una reciente entrevista en la revista Smoda que a ella le resultaba muy ¨²til hacerse ¡°la rubia¡± en sus reuniones con los hombres para conseguir sus prop¨®sitos. Aguirre no es rubia, aunque lo oculte.
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