El due?o del Canto del Pico tiene un mes para iniciar la restauraci¨®n
El propietario don¨® el inmueble, monumento hist¨®rico-art¨ªstico, al dictador Francisco Franco. Sus herederos lo vendieron en 1988.
El palacio del Canto del Pico, monumento hist¨®rico-art¨ªstico desde 1930 y morada del dictador Franco durante 35 a?os en Torrelodones, se halla en un estado lamentable despu¨¦s de a?os de falta de mantenimiento y expolios. Su actual due?o quer¨ªa convertir el inmueble en un hotel de lujo, pero no logr¨® la licencia debido a que se levanta en terreno protegido. A la vista del deterioro ¡ªhan desaparecido esculturas, bajorrelieves, escudos, azulejer¨ªa o rejas¡ª Patrimonio ha dado un mes al due?o para que presente un proyecto de rehabilitaci¨®n. Debe reponer, entre otras cosas, un copia de un claustro medieval.
Poco queda de aquel edificio que comenz¨® a levantar el conde de las Almenas en 1920 en lo m¨¢s alto de Torrelodones, a unos mil metros de altitud en una finca de 82 hect¨¢reas. Su caracter¨ªstica figura, de granito y mezcolanza de estilos, se mantiene todav¨ªa en pie, pero han desaparecido la mayor parte de los elementos decorativos que proced¨ªan de monumentos de toda Espa?a, v¨ªctimas de la falta de mantenimiento y del vandalismo de a?os. El tiempo ha respetado, en cambio, el espectacular paisaje de 37 municipios que se contempla desde la atalaya.
El expolio ha sido de tal calibre que no queda huella de ¡°todo el material inmueble que puede ser arrancado, como esculturas, bajorrelieves, escudos, azulejer¨ªa o rejas¡±, indica un informe realizado por la Direcci¨®n General de Patrimonio elaborado tras una visita realizada el pasado 27 de abril y al que ha tenido acceso EL PA?S. La situaci¨®n que encontraron los t¨¦cnicos ha provocado la apertura de diligencias previas informativas en las que se requiere al due?o a presentar un proyecto de rehabilitaci¨®n en un mes.
Los muros de carga, en cambio, son ¡°s¨®lidos y no plantean problemas¡±, pero el edificio se encuentra en ¡°malas condiciones de seguridad, estabilidad, salubridad y ornato¡±, a?aden los t¨¦cnicos. Los problemas contin¨²an en los forjados de madera que, apuntalados desde hace 19 a?os, aparecen muy deteriorados ¡°sin que se haya realizado ninguna labor de consolidaci¨®n o rehabilitaci¨®n, salvo la cubrici¨®n del edificio (tras un incendio que se produjo en 1998)¡±.
De ¡°especialmente grave¡± califica Patrimonio el riesgo de ca¨ªda que presentan los aleros de madera de miradores y elementos salientes, ¡°por el valor art¨ªstico de algunas de las piezas antropomorfas identificadas como g¨®ticas levantinas¡±. Como colof¨®n, el propietario ha retirado varias de las piezas escult¨®ricas ¡°sin autorizaci¨®n¡±. Entre ellas, un gran escudo de armas, la figura yacente de un obispo de m¨¢rmol y uno de los frontales de alabastro del sarc¨®fago de uno de los duques de H¨ªjar. Tampoco se ha hecho la r¨¦plica del claustro que se devolvi¨® al monasterio de Santa Mar¨ªa de La Valldigna, y que estaba previsto que pagara la Generalitat de Valenciana.
La direcci¨®n de la empresa propietaria explica que guardaron esos elementos para salvaguardarlas de un posible robo. ¡°Cuando adquirimos el inmueble, ya se encontraba muy deteriorado¡±, aseguran. En la actualidad, existe vigilancia. El informe de la Direcci¨®n General de Patrimonio destaca que aunque los huecos de paso se han tabicado para evitar intrusiones, estas se producen a pesar de todo, ¡°a juzgar por las huellas y destrozos en el interior¡±.
Hotel de lujo
La construcci¨®n se utiliz¨® como cuartel del ej¨¦rcito republicano en la Guerra Civil y, posteriormente, el conde la don¨® al dictador Francisco Franco. Tras su muerte, la sociedad Stoyman Holdings Limited (SHL) compr¨® el palacio a sus herederos por 1,8 millones de euros.
Su prop¨®sito de convertirlo en un hotel de lujo de 20 habitaciones ¡ªm¨¢s otras 30 en dos casas adyacentes¡ª, con piscina cubierta y aparcamiento para 100 veh¨ªculos, top¨® con la protecci¨®n del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares. Desde este organismo aseguran que el proyecto cumple con la normativa, por lo que lo enviar¨¢n a Patrimonio para responder a su requerimiento.
Una escuela de pr¨¢cticas corruptas
La compra por parte de la Generalitat valenciana del claustro g¨®tico del monasterio de La Valldigna se cerr¨® en 2003. El Ejecutivo auton¨®mico anunci¨® entonces que el acuerdo contemplaba el pago a su propietario de un mill¨®n de euros y la construcci¨®n de una r¨¦plica, valorada en 100.000 euros, en el palacio del Canto del Pico. La replica no se ha hecho. Y el Gobierno valenciano no pudo confirmar ayer si el importe para erigirla fue abonado o no. El motivo es que la operaci¨®n de compra fue encargada por el Ejecutivo auton¨®mico del PP a una entidad de trayectoria especialmente opaca, la Fundaci¨®n Jaume II El Just, dependiente de la Generalitat, que ahora est¨¢ siendo investigada por la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n.
El Ejecutivo valenciano est¨¢ auditando la fundaci¨®n como paso previo a liquidarla y, hasta el momento, no ha encontrado ning¨²n documento que acredite el pago de la r¨¦plica, pero tampoco el compromiso de tener que construirla.
La recuperaci¨®n del claustro fue un deseo del expresidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, un hombre muy cat¨®lico. Camps instal¨® en el monasterio la Fundaci¨®n Jaume II, dedicada a la recuperaci¨®n de patrimonio. Y puso al frente a Vicente Burgos, un viejo amigo suyo, detenido el a?o pasado en la operaci¨®n Taula bajo la acusaci¨®n de varios delitos de corrupci¨®n.
Marcos Benavent, el arrepentido de Taula, ha contado a la Guardia Civil que cuando entr¨® a trabajar en la fundaci¨®n Jaume II El Just, Burgos le dijo que su misi¨®n era buscar empresas que aceptasen pagar comisiones de entre el 2% y el 3% a cambio de recibir contratos. Y que as¨ª lo hizo, iniciando su carrera como ¡°recaudador¡±
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