Patriotas y evasores

Algunos evasores fiscales tienen nombres y apellidos. La mayor¨ªa, no. Si el dinero negro no aflora con la solidaridad que es exigible por ley, tampoco le van a la zaga la salida a la luz de los nombres y apellidos de gentes de bien que ha decidido tomarse vacaciones fiscales bajo el patrocinio del Gobierno de Mariano Rajoy. Solo se conocen 60 identidades. Han aflorado gracias a diversas causas judiciales. Se trata del 0,19% de los 31.484 declarantes, beneficiarios de la misericordia del ministro de Hacienda, Crist¨®bal Montoro. La generosidad fue tal que, en ocasiones, quienes legalizaron dinero negro pagaron menos del 3% al fisco, a a?os luz del marginal m¨¢s bajo del IRPF que prev¨¦ el 19% para unos ingresos de 12.400 euros. Muchos no pagaron el 10% fijado por el decreto. Finalmente, por 40.000 millones de euros, Hacienda recaud¨® 1.200. Montoro decidi¨® hacer suya la m¨¢xima de Santa Faustina: que el pecador m¨¢s empedernido no tenga temor de acercarse a m¨ª. Ahora la sentencia del Tribunal Constitucional ha considerado la amnist¨ªa fiscal como ¡°la abdicaci¨®n del Estado ante su obligaci¨®n de hacer efectivo el deber de todos de concurrir al sostenimiento de los gastos p¨²blicos¡±, porque ¡°legitim¨® la quiebra del objetivo de justicia del sistema tributario¡±. Se ha anulado la medida pero se han mantenido sus consecuencias. Y no pasa nada: el rev¨¦s no ha tenido de momento consecuencias para un Gobierno que, aun en minor¨ªa, luce piel de paquidermo. El Ejecutivo central incluso lleg¨® a alabar post-sentencia la ¨ªmproba labor de Montoro, que en breve pasar¨¢ a engrosar la lista de ministros que contin¨²an en el cargo a pesar de haber sido de reprobados por el Congreso de los Diputados.

Se incumple la Constituci¨®n, pero eso no afecta a quienes se erigen en sus garantes y guardianes. Lo m¨¢s importante es la presunci¨®n de inocencia y que la lista de patriotas evasores est¨¦ bajo llave. Entre las identidades que han trascendido se encuentran algunos que quisieron sentar c¨¢tedra sobre ese mercado laboral desregularizado y cuarteado que paga m¨¢s impuestos que ¨¦l. Lo hizo Rodrigo Rato desde su poltrona de terciopelo episcopal del Fondo Monetario Internacional. Al apologeta de la austeridad le segu¨ªa un acompa?amiento plural. Junto a Rato, en esa relaci¨®n de defraudadores, figuraban y figuran Francisco Granados, exconsejero de Madrid que fue mano derecha de Esperanza Aguirre; el extesorero del PP Luis B¨¢rcenas; dos de los hijos de Jordi Pujol, Josep y Oleguer; los hermanos Antonio y Jorge Gallardo, propietarios de Laboratorios Almirall, que afloraron m¨¢s de 113 millones de euros; el empresario Fernando Mart¨ªn, principal accionista de Martinsa Fadesa; el sindicalista Jos¨¦ ?ngel Fern¨¢ndez Villa, del minero SOMA-UGT; la hija de Blas Tello, que fuera gobernador civil de Toledo y jefe provincial del Movimiento; cuatro borbones que comparten los mismos testaferros y bufetes que B¨¢rcenas, Rato o los Pujol¡­ La lista es interminable y falta conocer las identidades de m¨¢s de 30.000¡­

Los evasores fiscales son plurales. Diversas son sus hablas y sus procedencias. Hay nacionalistas espa?oles, nacionalistas catalanes, sindicalistas, empresarios, industriales del mundo de las pipas de girasol, escritores¡­ La Agencia Tributaria inform¨® en febrero pasado que de los 31.484 ciudadanos que se hab¨ªan acogido a la amnist¨ªa, 705 estaban siendo sometidos a investigaci¨®n al existir indicios de blanqueo. Y ya se sabe de d¨®nde sale todo lo que es preciso esconder o encalar. Por eso la amnist¨ªa fue tan ecum¨¦nica. Sali¨® adelante gracias a los votos del PP a los que se sumaron los tan matem¨¢ticamente innecesarios como ideol¨®gicos de Converg¨¨ncia i Uni¨®. Claro que la CDC de entonces no pensaba todav¨ªa en crear una rep¨²blica independiente. Vot¨® con el PP por hacer un gui?o business friendly. Ya se sabe que quien evade a para¨ªsos fiscales trata de ocultar fondos procedentes de operaciones non sanctas o clara y directamente delictivas. Y es que el dinero no tiene patria, aunque quienes lo esconden den lecciones de patriotismo, de constitucionalismo o de ambas cosas a la vez. Por eso las operaciones que apuntan a la financiaci¨®n de partidos espa?ol¨ªsimos o catalan¨ªsimos pueden llevan nombres en alem¨¢n, como G¨¹rtel. O emplear la lengua del pa¨ªs opresor: los empresarios que contribu¨ªan al ¨®bolo convergente pagando mordidas en el caso 3% hab¨ªan puesto nombres en castellano al gerente del partido, al tesorero o al responsable de r¨¦gimen interno. Les llamaban Gregorio, Antonio o Fernando. Claro que todo eso pasaba hace muchos a?os.