De la prisi¨®n al ¡®mobbing¡¯
Desalojada la Modelo, la c¨¢rcel vac¨ªa abre el barrio al acoso sobre los vecinos que viven en pisos de alquiler
De las im¨¢genes vistas estos d¨ªas del desalojo y cierre oficial de la c¨¢rcel Modelo, centenario lugar del que nada sabemos quienes por ella no hemos pasado, las que m¨¢s retengo en la retina son las que informan de que, en paralelo, los vecinos han empezado a temblar. No tendr¨¢n la prisi¨®n delante o al lado de casa, pero, en cambio, si est¨¢n de alquiler, deber¨¢n dejar su hogar porque, una vez fuera los presos del barrio, los propietarios inmobiliarios consideran que ya pueden poner los alquileres por las nubes. Del dominio de la c¨¢rcel, que hac¨ªa que alquileres y precios de compra fueran bajos, el barrio est¨¢ pasando al asedio inmobiliario.
Para hablar de estos alquileres que ahora s¨®lo se dan en esta parte del Eixample crecido con la Modelo, vale la pena considerar antes un rasgo central de la cuadr¨ªcula barcelonesa en su conjunto. El Eixample es un barrio se dice que burgu¨¦s, porque con ¨¦l empez¨® la nueva ciudad del XIX, pero en realidad es un barrio muy mezclado, muy interclasista. Vivo desde hace a?os en el otro lado de la cuadr¨ªcula, en la derecha del Eixample, y todav¨ªa hoy me asombra que justo al lado de fincas muy modestas, a veces de menos de seis metros de ancho, hayan vivido dos alcaldes de Barcelona, el franquista Porcioles delante de las Punxes, y el primero del postfranquismo, Socias Humbert, a pocos metros, en la calle Girona. En fincas muy diferentes de los modestos edificios que pueblan el barrio en n¨²meros contiguos, desde luego, pero al lado de ellos. Y tambi¨¦n sus fincas eran distintas entre s¨ª, nada que ver tampoco en eso un alcalde y otro. Durante d¨¦cadas, todo o casi todo ha coexistido en el Eixample. Hasta ahora, ahora ya no es posible.
<IL>Y llega el turno as¨ª para el Eixample de la Modelo, en la calle Enten?a y alrededores. Hay all¨ª tambi¨¦n variedad de fincas y de propietarios, pero con algo espec¨ªfico: un descuido total de los edificios modestos por parte de sus propietarios, con la excusa de tener demasiado cerca la c¨¢rcel.
</IL>Una vez me invent¨¦ en un relato la palabra urbanotenientes para hablar de los propietarios del Eixample, familias muy espec¨ªficas. Como los terratenientes rurales, no han hecho nada durante un siglo por mejorar su propiedad, lo han fiado todo a sus inquilinos y en muchas ocasiones se han negado a vender. Es la llamada propiedad vertical. En el caso de los edificios que est¨¢n cerca de la Modelo, sin ascensor, sin mantenimiento de la escalera, son a menudo min¨²sculos. Pisos que no pasan de treinta metros cuadrados nunca renovados. Los alquileres, unos 300 euros. Tal y como se est¨¢ poniendo Barcelona, parece poco. Es lo que est¨¢n pensando los propietarios, que puede que ya no sean aquellas familias rentistas sino una empresa inmobiliaria que lo va a restaurar todo y va a alquilar los pisos a precios alt¨ªsimos. Tras deshacerse de los actuales inquilinos, gentes pobres que solo pueden pagar, y con apuros, lo que ahora est¨¢n pagando. Dentro de un a?o o as¨ª, habr¨¢ all¨ª pisos renovados, seguramente destinados al turismo.
Conozco el asunto como vecina. Justo al lado de casa se renov¨® la finca con unos pisos que tuve ocasi¨®n de ver mientras los rehac¨ªan: para gente de paso, sin espacio para acumular lo que una vida da de s¨ª. Los imagino ocupados por ejecutivos forasteros que aqu¨ª vienen a dormir entre semana. Nunca veo a nadie. Pero este domingo v¨ª desde la calle una maleta al lado del ventanal del piso m¨¢s se?or, que tiene una galer¨ªa modernista que ha sido bien conservada: me alegr¨¦. Una maleta, signo de vida dom¨¦stica. Pues, s¨ª.
Muchos vecinos de la Modelo deben pensar con toda la raz¨®n que por fin podr¨¢n disfrutar de su propiedad y de sus calles, ahora que el edificio se convertir¨¢ (cuando sea, cuando las autoridades se pongan a ello) en un espacio p¨²blico muy distinto al que ha sido hasta hora. Por supuesto que s¨ª. Que nadie nos robe algunas alegr¨ªas. Otros vecinos, que viv¨ªan de la c¨¢rcel, se lamentan ya. Otra cosa ser¨¢ qu¨¦ nuevos vecinos van a llegar al barrio, una vez desalojados los presos, los funcionarios, los proveedores de la prisi¨®n, y est¨¦n fuera de sus pisos los vecinos de poco nivel social, por decirlo fino.
Todo se prepara para que esta parte del Eixample sea dentro de poco una pieza de estudio m¨¢s de la nueva Barcelona. En medio, la antigua Modelo lucir¨¢ como huella de una historia que as¨ª contin¨²a.
Merc¨¨ Ibarz es escritora y profesora de la UPF
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