Persiguiendo lo real
Virtuales, aumentadas, en red e interactivas, las realidades alternativas son las grandes protagonistas de S¨®nar+D y la instalaci¨®n de Daito Manabe para S¨®nar Planta
De las experiencias m¨¢s inclusivas y participativas a la exploraci¨®n casi autista de mundos paralelos, este a?o S¨®nar +D ofrece una panor¨¢mica a 360? de las aplicaciones creativas en realidad virtual e aumentada, empezando por el estreno mundial de phosphere, el monumental espacio interactivo del japon¨¦s Daito Manabe para Sonar Planta, la principal apuesta art¨ªstica del festival. Desarrollado con el patrocinio de la Fundaci¨®n Sorigu¨¦, el proyecto permite al p¨²blico interactuar con una arquitectura h¨ªbrida y robotizada, a trav¨¦s de unas bolas luminosas. Sus movimientos mapeados a trav¨¦s de los esc¨¢neres infrarrojos de las bolas activan un complejo sistema de luces, humos, espejos y sonidos, que se suman a unas bases pregrabadas. M¨¢s all¨¢ de las coreograf¨ªas audiovisuales, el objetivo m¨¢s rec¨®ndito de la pieza es evocar los procesos de cristalizaci¨®n de los minerales con los que se trabaja en la cantera de la Fundaci¨®n Sorigu¨¦. El ¨²nico inconveniente de la obra es que permite la interacci¨®n simult¨¢nea s¨®lo de cinco personas, con lo que la espera para participar podr¨¢ alargarse. Como alternativa queda la contemplaci¨®n de la hipn¨®tica danza que el grupo Elevenplay, colaborador habitual de Manabe, interpreta tres veces al d¨ªa, nada que ver con las confusas tentativas de los espont¨¢neos.
Aprovecha las propiedades de la materia tambi¨¦n Wave Shift, la instalaci¨®n de Mark Bain para la fundaci¨®n Mies van der Rohe, que acaba de firmar un acuerdo con S¨®nar para institucionalizar una colaboraci¨®n que llega a su quinta edici¨®n. Bain ha colocado una serie de sensores s¨ªsmicos para captar las micro vibraciones que recorren el pabell¨®n, aprovechando los espacios intersticiales y los poderes reverberantes de los distintos materiales de la construcci¨®n. Estas vibraciones son amplificadas y reproducidas por un sistema de altavoces que tambi¨¦n las traslada a la superficie de agua de los dos estanques, creando un sutil efecto visual. ¡°No hay ning¨²n archivo sonoro, son las propias vibraciones que generan el sonido, todo es live¡±, asegura Bain. ¡°El sonido est¨¢ en constante evoluci¨®n dependiendo del ruido ambiental y las personas presentes¡±, a?ade Llu¨ªs Nacenta, comisario de este proyecto y los cuatro anteriores.
Para experimentar la obra tan solo hay que pasearse por el pabell¨®n, no es necesario dotarse de las gafas de realidad virtual que requieren un gran numero de proyectos. La mayor¨ªa han sido reunidos en el nuevo espacio Realities +D, donde se presentan las propuestas de realidad virtual m¨¢s innovadora del ¨²ltimo a?o, con sus relativas tecnolog¨ªas: desde la historia de la evoluci¨®n humana del ajolote al hombre, seg¨²n Aaron Koblin hasta una experiencia de dolor y destrucci¨®n en Gaza de la mano de Gabo Aroa, quien utiliza este nuevo lenguaje para generar empat¨ªa y concienciaci¨®n entre los poderosos en foros como las Naciones Unidas.
Por lo que se refiere al arte digital propiamente dicho, cada vez m¨¢s escaso en S¨®nar +D, destacan los proyectos de la School for Poetic Computation de Nueva York que celebran dos pioneras del arte con tecnolog¨ªa, Vera Molnar y Muriel Cooper, revelando por primera vez el alma de su trabajo, el c¨®digo. El c¨®digo protagoniza tambi¨¦n Lady Chatterley¡¯s Tinderbot de Libby Heaney, una instalaci¨®n interactiva y un libro que re¨²ne 800 conversaciones entre la inteligencia artificial Tinderbot, convertido en el amante de Lady Chatterley y otros usuarios de la app Tinder. La obra, desarrollada en el prestigioso estudio londinense Somerset House, explora el romanticismo en la era postdigital generando una interacci¨®n entre humanos y robot y entre novelas cl¨¢sicas y redes sociales. La idea es reunir pasado y presente en una nueva dimensi¨®n, as¨ª como lo hace My artificial muse, un programa de inteligencia artificial desarrollado por Mario Klingemann, capaz de crear una ¡®musa¡¯ a partir de la lecci¨®n de los grandes maestros de la historia del arte, mientras Albert Barqu¨¦ la reproducir¨¢ con verdaderos pinceles en un enorme ¨®leo a lo largo de los tres d¨ªas del S¨®nar. ¡°La m¨¢quina es la creadora, el hombre como un esclavo pinta lo que ella ha creado¡±, indican los artistas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.