La movida realmente ¡®underground¡¯
Este espacio art¨ªstico sobrevivi¨®, entre 1981 y 1997, en un s¨®tano de la calle N¨²?ez de Arce 11
Se llamaba Espacio P, de performance, aunque la P fue con el tiempo significando otras cosas (hasta pulpo, pol¨ªtica, puta y potaje). Este espacio art¨ªstico sobrevivi¨®, entre 1981 y 1997, en un s¨®tano de la calle N¨²?ez de Arce 11, aleda?a a la plaza de Santa Ana, y fue un motor underground (literal y metaf¨®ricamente) de las movidas art¨ªsticas m¨¢s vanguardistas: de Fluxus (con la presencia de Philip Corner), el situacionismo y el arte de acci¨®n a la transici¨®n entre la era anal¨®gica y la cultura digital o el movimiento hacker (all¨ª estuvo Wau Holland, cofundador del Chaos Computer Club), pasando por la furia punk, el do it yourself, la poes¨ªa visual o el arte postal.
La c¨¦lebre Movida madrile?a (con may¨²sculas) pas¨® por all¨ª (encarnada en Pedro Almod¨®var, El Hortelano o Pablo P¨¦rez-M¨ªnguez) aunque Espacio P no era La Movida, sino que demuestra que en aquella ¨¦poca monopolizada en la memoria por este controvertido movimiento tambi¨¦n conviv¨ªan otras corrientes subterr¨¢neas. Isidoro Valc¨¢rcel Medina fue un habitual, por all¨ª pulularon los miembros de Los Torreznos (antes de unirse) y artistas entonces emergentes como Santiago Sierra hicieron all¨ª sus pinitos, bajo tierra.
A recuperar la memoria de este lugar efervescente, h¨ªbrido y volc¨¢nico se dedica la exposici¨®n Espacio P, 1981-1997, que se puede ver en Centro de Arte Dos de Mayo (CA2M, Av. de la Constituci¨®n, 23, M¨®stoles) hasta el 8 de octubre. "Los artistas de la ¨¦poca generan nuevos espacios, estructuras y funciones, en torno a la autogesti¨®n", dice Karin Ohlenschl?ger, comisaria de la muestra y trabajadora durante algunos a?os en aquel espacio, "se trata de la contestaci¨®n a la mercantilizaci¨®n del arte que se inicia en los a?os 80, a la din¨¢micaglobalizadora de los mercados". As¨ª se comienza a trabajar en la independencia: sellos discogr¨¢ficos, arte postal, fanzines, libros de artista, videoarte..., siempre de abajo a arriba. "De alguna manera se anticipa lo que luego fueron los canales P2P (compartir entre pares) que trajo Internet", asegura la comisaria, "todo ten¨ªa que ver con el concepto de emergencia, de lo que surg¨ªa de aquellas precisas circunstancias pol¨ªticas y sociales, un mundo colaborativo m¨¢s all¨¢ de las concepciones de izquierda y derecha". Todo aqu¨ª rima m¨¢s con lo libertario, en el buen sentido de la palabra.
El art¨ªfice del espacio fue Pedro Garhel, artista multidisplinar canario que arriba a Madrid y funda esta iniciativa como un lugar de ensayo para la danza, la expresi¨®n corporal y la performance pero que acaba siendo un escenario de encuentro entre diferentes disciplinas, mientras en el exterior galer¨ªas e instituciones celebraban el retorno a la pintura o la nunca olvidada m¨²sica pop de los ochenta. "Era un s¨®tano cutre, de solo 90 metros cuadrados, en lo que hab¨ªa sido una mercer¨ªa, y se empieza a trabajar entre hilos y botones", recuerda la Ohlenschl?ger. Los espacios creativos estadounidenses The Kitchen, de los Vasulka, o The Factory, de Andy Warhol, tambi¨¦n se suelen mencionar entre sus referencias. Garhel lleg¨® a participar, representando a Espa?a, en la Documenta de Kassel de 1987.
Los nutridos archivos que conforman la exposici¨®n (Garhel era minucioso en la documentaci¨®n, atesorando cartas, art¨ªculos, publicaciones, carteles, folletos, etc) aparecieron por sorpresa, en un guardamuebles canario, tras la muerte del fundador, en 2005. Entre la extensa n¨®mina de artistas que aparecen en las salas est¨¢n Concha Jerez, Felipe Boso, Ant¨®n Reixa, Juan Antonio Lle¨®, Esplendor Geom¨¦trico, Francisco Felipe, Alejandro Corominas, Eduardo Cirlot, Antonio Cano, Javier Maderuelo, Juan Belda, Jose Antonio Sarmiento o Atelier Bonanova, entre muchos otros.
La muestra es una coproducci¨®n entre CA2M, el Tenerife Espacio de las Artes (TEA) y Centro de Arte y Creaci¨®n Industrial LABoral de Gij¨®n, y pasar¨¢ por todos estos centros. "Nuestra pretensi¨®n es que tras las exposiciones el archivo regresase para ser custodiado en el CA2M, como una parte de la historia art¨ªstica de Madrid", dice su director, Manuel Segade.
?Qu¨¦ queda de la herencia del Espacio P? Se desparram¨® en diferentes espacios que funcionaron y funcionan de forma autogestionada, Segade ve su influencia en el propio CA2M y Ohlenschl?ger en el laboratorio ciudadano Medialab, en el que tambi¨¦n ha estado implicada. "Eran tiempos en los que si pintabas y hac¨ªas m¨²sica y performance y v¨ªdeo, eras sospechoso", dice la comisaria, "ahora es al contrario: si no haces de todo no eres nadie". El Espacio P fue ese espacio de libertad donde se pod¨ªa hacer de todo.
Hacia una historia del arte contempor¨¢neo en Madrid
Seg¨²n explica Manuel Segade, director del CA2M la exposici¨®n Espacio P viene a inaugurar una l¨ªnea que tratar¨¢ de contar la historia reciente del arte contempor¨¢neo en Madrid. Esa l¨ªnea continuar¨¢ con otras muestras del pionero de la fotograf¨ªa de las subculturas urbanas Miguel Trillo y otra en torno a la actividad de Allan Kaprow, pope estadounidense del happening y la performance, que tuvo lugar en 1975 en la Galer¨ªa Vandr¨¦s, titulada Comfort Zones. "Como centro de arte contempor¨¢neo de la Comunidad de Madrid, considero que es nuestra responsabilidad recoger la historia del arte contempor¨¢neo m¨¢s reciente, desde los 80 y 90, que aqu¨ª se desarroll¨®", se?ala Segade.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.