Fallece Ignasi Marroyo, el fot¨®grafo del Somorrostro
Fue uno de los ocho miembros del grupo El Mussol que colabor¨® con el grupo Alfal de Almer¨ªa en la apertura de la fotograf¨ªa espa?ola
Unos ojos transparentes, de agua marina, y una sonrisa llena de dientes blancos, abierta e inmensa. En estos ¨²ltimos a?os, as¨ª nos recib¨ªa Ignasi Marroyo (Madrid 1928), desde su silla de ruedas, siempre presente en todos los acontecimientos fotogr¨¢ficos a los que no pod¨ªa faltar, empujado por la ilusi¨®n y la voluntad. Su delicada salud se asentaba con dignidad en una edad ya muy avanzada, resistente como testimonio de aquella generaci¨®n de posguerra de la que cada vez van quedando menos protagonistas. Aquellos vocacionales genuinos, visionarios que crearon colectivos para avanzar en el lenguaje y visibilizar su trabajo. Marroyo fue uno de los ocho miembros del grupo ¡°El Mussol¡±, j¨®venes fot¨®grafos de Terrassa, Rub¨ª y Barcelona, apoyados por el cr¨ªtico e historiador de la fotograf¨ªa Josep Maria Casademont quien les organiz¨® en la sala Aixel¨¤ una muestra en 1960. Atentos a todo lo que pasaba, enseguida se sumaron al grupo Afal, de ¨¢mbito nacional con sede en Almer¨ªa, colaborando con su revista con la esperanza de crear una corriente nacional que les ayudara a conectarse con el extranjero.
El Mussol ¨Cmochuelo, en catal¨¢n- fue el s¨ªmbolo humor¨ªstico que estos autores eligieron como emblema, en referencia a la constante vigilancia del fot¨®grafo y la severidad cazadora del punto de vista elevado, alejado de la an¨¦cdota. Pioneros en Espa?a de una nueva manera de entender el reportaje coral, huyendo del protagonismo de las firmas, el grupo avanz¨® unido, apoy¨¢ndose unos a otros en la dura traves¨ªa del franquismo y la indiferencia por parte de las instituciones culturales, trabajando humildemente desde la comarca. Sus encuentros regulares en los merenderos de Les Planes a las afueras de Barcelona constituyeron un elemento m¨¢s para su iron¨ªa. All¨ª llevaban sus fotograf¨ªas para someterlas al riguroso juicio del grupo. Cuando alguna fotograf¨ªa no obten¨ªa el visto bueno, era destruida. El objetivo fotogr¨¢fico de estos encuentros era conseguir una obra seria, sin rastro de complacencia. Y mientras, com¨ªan carne a la brasa y beb¨ªan vino del porr¨®n entre risas. La amistad se impon¨ªa a la fotograf¨ªa. Y las series fotogr¨¢ficas emerg¨ªan fuertes y coherentes.
En 1959, Marroyo recibi¨® su primer premio en la asociaci¨®n de Sant Feliu de Llobregat, y a partir de entonces recibi¨® muchos m¨¢s. En 1966 fund¨® en Rub¨ª -su ciudad de residencia- El Gra, entidad con la que ha mantenido una vinculaci¨®n constate. Aunque se profesionaliz¨® en 1963 como fot¨®grafo industrial, Ignasi fue amateur de coraz¨®n, como sus compa?eros, fiel a su afici¨®n hasta ayer mismo. Su esfuerzo documental en horas libres reuni¨® un interesante conjunto de series de visi¨®n humanista, entre las que destaca una de la fiesta taurina que no se lleg¨® a publicar en su momento por la cr¨ªtica visi¨®n cruenta que reflejaba. Tambi¨¦n es especial su serie de Semana Santa de principios de los 60 o, la m¨¢s c¨¦lebre por su rareza, de los espacios y los habitantes del Somorrostro barcelon¨¦s, un encargo del ¡°Correo Catal¨¢n¡± del a?o 1964 y que fue objeto de una exposici¨®n el a?o pasado en la galer¨ªa Il Mondo de Barcelona, dentro del festival Docfield¡¯16. Porque en estos ¨²ltimos a?os, gracias a la dedicaci¨®n de su hija Pili y su yerno Manel Miras, su fotograf¨ªa empez¨® a ser conocida y valorada.
En el a?o 2014 la Generalitat le concedi¨® la Creu de Sant Jordi en reconocimiento a su trabajo como fot¨®grafo y en agradecimiento a la donaci¨®n de los m¨¢s de 70.000 artefactos fotogr¨¢ficos, tanto de su propio archivo como de otros recuperados por ¨¦l a lo largo del tiempo, que ingresaron ese a?o en el Archivo Nacional de Catalu?a. Tambi¨¦n en estos d¨ªas los visitantes del Mercado del Born habr¨¢n podido ver sus magn¨ªficas tomas de ese mercado obtenidas en los a?os sesenta. Si entran en su web podr¨¢n sentir el recorrido emocional de su trabajo en una breve selecci¨®n en la que destacan las miradas cercanas de los protagonistas de aquel tiempo. Ni?os como hijos, mujeres como madres, como esposas. Viejos como padres o abuelos. Porque para ¨¦l en primer lugar estaba la familia. En segundo lugar, las personas que poblaban el mundo. Y por ¨²ltimo la fotograf¨ªa que ayudar¨ªa a guardar memoria de todos ellos, gracias a su constancia de fot¨®grafo documental de mirada clara.
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