Peralada saborea Sugar Blood

Solo un compositor con la imaginaci¨®n, la pasi¨®n por la ¨®pera y el sentido del humor de Alberto Garc¨ªa Demestres (Barcelona, 1960) pod¨ªa escribir una gran escena l¨ªrica, digna de Leonard Bernstein, con sabor a coco y sand¨ªa: se llama Cocco e cocomero, en italiano, y es una de las joyas de Sugar Blood, ¨®pera sobre la diabetes con libreto de Cristina Pavarotti y el propio compositor. Su estreno, el jueves en el Festival Castell de Peralada (Alt Empord¨¤), en una emocionante versi¨®n de concierto en la iglesia del Carme, fue un rotundo ¨¦xito que tuvo como sorpresa culinaria un delicioso postre de Jordi Roca apto para diab¨¦ticos con sabor, naturalmente, a coco y sand¨ªa.

La straordinaria vita di Sugar Blood es la und¨¦cima ¨®pera de Garc¨ªa Demestres, un compositor que sabe componer buenas ¨®peras en las que despliega grandes recursos expresivos. Juega con la tradici¨®n, adaptando o citando temas de ¨®peras como La boh¨¨me, de Puccini, Rigoletto, de Verdi, o L?elisir d?amore, de Donizetti, algo natural en una ¨®pera que dedica al que fue su amigo y protector, el gran Luciano Pavarotti; y sabe alternar episodios l¨²dicos con escenas trascendentes en las que brilla su profundo conocimiento de la voz.

Todo en Sugar Blood tiene un encanto especial y una dimensi¨®n solidaria: concienciar sobre las dificultades que conlleva convivir con la diabetes, la enfermedad silenciosa. La padece el compositor, que ha sufrido un infarto y un ictus; esa dura experiencia cobra impresionante intensidad dram¨¢tica en la escena coral Ictus Day, la m¨¢s imponente de esta ¨®pera dulce sin az¨²car en dos actos, seis escenas, tres videomensajes y una llamada telef¨®nica, estrenada bajo la direcci¨®n del compositor, que perfila m¨¢gicas sonoridades con las voces blancas, el piano ¨Csensacional actuaci¨®n de Ricardo Estrada¨C y una sofisticada percusi¨®n.

El libreto plasma los miedos y los sue?os de una ni?a diab¨¦tica, Sugar, hija de un agente secreto, James Blood, y Mara, cantante de ¨®pera, que afronta los problemas de su enfermedad a lo largo de cinco de sus aniversarios, desde los 10 a los 14 a?os; la noche que cumple 13 a?os sue?a con unos postres maravillosos concebidos para ella por el cocinero Jordi Roca, que se har¨¢n realidad. En un imponente giro dram¨¢tico, el segundo acto nos muestra a la adolescente en la UCI de un hospital tras padecer un coma diab¨¦tico del que saldr¨¢ gracias a la fuerza del amor.

El instinto teatral, la inspiraci¨®n mel¨®dica y la exigente escritura vocal, siempre cantabile, del compositor y tenor catal¨¢n llevan al l¨ªmite las posibilidades de un coro de voces blancas. Triunfaron en el empe?o el Cor Vivaldi, dirigido por ?scar Boada, y las tres ni?as del coro que encarnan a Sugar ¨CLisa Campos, Ariadna Ruiz y N¨²ria Prats¨C en cada aniversario. Tambi¨¦n triunfaron la soprano Sara Blanch (Mara), plet¨®rica en las agilidades y el brillo de sus agudos, y el tenor Antoni Comas (Sesto, abuelo de Sugar), con una t¨¦cnica perfecta al servicio de un canto de enorme riqueza expresiva.

Las divertidas intervenciones del actor Pere Ponce en los videomensajes que el padre de Sugar env¨ªa en cada aniversario y las notables actuaciones de Mireia Pint¨® y Neus Roig marcaron el alto nivel de calidad de una estimulante velada en la que el p¨²blico pudo degustar el riqu¨ªsimo postre especialmente creado por Jordi Roca, de El Celler de Can Roca, que sigui¨® la ¨®pera encantado desde la primera fila.

Al estreno ampurdan¨¦s asistieron Adua Pavarotti, Xavier Albert¨ª, director art¨ªstico del Teatre Nacional de Catalunya (TNC), que estren¨® L?eclipsi, una de las mejores ¨®peras de Garc¨ªa Demestres, y Christina Scheppelmann, directora art¨ªstica del Gran Teatre del Liceu, donde el prol¨ªfico compositor catal¨¢n permanece in¨¦dito.