Libros que quieren hacer barrio

Una pandilla de chicos repasa apuntes a la sombra, apostados junto a uno de los grandes ventanales del Centro Cultural de Sanchinarro. Dentro del edificio, un hombre mayor coloca su guitarra junto a uno de los sof¨¢s de la entrada mientras charla con su mujer, que espera que la llamen en el mostrador de L¨ªnea Madrid. Mientras tanto, alguien remueve un caf¨¦ y toma el ascensor hacia la segunda planta, donde el pasado d¨ªa 12 de junio se inaugur¨® la biblioteca que Madrid le deb¨ªa a los vecinos de este nuevo barrio. ¡°Hemos abierto la Mar¨ªa Lej¨¢rraga en el centro cultural, porque queremos que esto sea un punto de encuentro¡±, explica ?ngel Payar, jefe del servicio municipal de bibliotecas, ¡°estos barrios est¨¢n construidos con edificios asociales, donde todo pasa alrededor de la piscina y el jard¨ªn¡±.

Madrid lleva a?os expandi¨¦ndose. Crecen las avenidas, se pavimentan nuevas calles y se asfaltan nuevas rotondas. Y se ponen sem¨¢foros, muchos, y los pasos de cebra (demasiado distantes) se llenan de carritos. Las nuevas colonias son barrios dormitorio que atraen a familias j¨®venes que disfrutan de columpios y piscinas, casi siempre dentro de las urbanizaciones. Pero los espacios de encuentro son limitados. En Sanchinarro, el Ensanche de Vallecas o Las Tablas, el ¨¢gora es el centro cultural. ¡°Tenemos auditorio, sal¨®n de actos, multitud de actividades¡±, apunta Virginia Garc¨ªa, una de las responsables de la biblioteca, ¡°y abriremos tambi¨¦n los fines de semana, porque en este tipo de barrios, dormitorio, la vida se hace los fines de semana¡±.

Con esta apertura se cumpl¨ªa con una promesa hecha a los vecinos ¨Cno en vano, pr¨¢cticamente todos los presupuestos participativos de los barrios nuevos han pedido bibiotecas¨C y de paso se hace justicia con un personaje cuyo nombre y obra son desconocidos por la gran mayor¨ªa. Mar¨ªa Lej¨¢rraga (San Mill¨¢n de la Cogolla, 1874) pudo bautizar la Eugenio Tr¨ªas del Retiro pero le corri¨® el turno. ¡°La muerte del autor coincidi¨® casi con la inauguraci¨®n y esperamos a la siguiente ocasi¨®n¡±, justifica Bel¨¦n Llera, directora general de Bibliotecas Municipales, ¡°ya le tocaba¡±. ¡°La idea del Ayuntamiento es ir alternando entre autor y autora cuando se inauguran nuevas dotaciones¡±, apunta, ¡°adem¨¢s, esto forma parte de la apuesta del Consistorio por recuperar la memoria de las mujeres del 27, de las sin sombrero¡±. ¡°Las bibliotecas cargan con el peso de ser centros del saber¡±, apostilla ?ngel Payar, ¡°pero hay que cambiar esta visi¨®n y reivindicarlas como centros vivos, que los autores que las bautizan cuenten cosas¡±.

Lej¨¢rraga, amiga de Valle Incl¨¢n, Juan Ram¨®n Jim¨¦nez o Manuel de Falla, fue maestra, pero tambi¨¦n traductora de Shakespeare o Stendhal y form¨® parte del Lyceum Club con Victoria Kent o Zenobia Camprub¨ª. Fue, sin embargo, una mujer de grandes contradicciones: feminista declarada, fundadora de la asociaci¨®n La C¨ªvica, dej¨® que su marido le robara la autor¨ªa de sus obras, incluso despu¨¦s de romperse por infidelidades, sigui¨® apoy¨¢ndole en el estreno de sus obras. Su nombre bautiza casi mil metros cuadrados (ser¨¢n 1.386 en mayo de 2018) de sala infantil y bebeteca, 30.000 t¨ªtulos entre lectura, m¨²sica y cine, 24 puestos de internet y 220 de lectura y salas polivalentes para los vecinos. ¡°Las bibliotecas son espacios vivos, porque no es verdad que no se lea, se lee mucho¡±, expone Payar, que se?ala las estanter¨ªas del rinc¨®n del c¨®mic.

El plan de este centro, que abrir¨¢ de lunes a domingo, es ir adaptando la superficie y los espacios a la demanda, de forma que el espacio para ni?os crecer¨¢ y habr¨¢ m¨¢s espacio para reuni¨®n. Seguir¨¢ ¨¦sta la misma estrategia de las otras 12 bibliotecas dentro de centros culturales, ¡°queremos ayudar a los colegios con carencias de fondos bibliogr¨¢ficos¡±, apunta Bel¨¦n Llera. Antes de que acabe la legislatura, el Ayuntamiento planea abrir nueve bibliotecas m¨¢s; entre ellas en Las Tablas, Villaverde, San Ferm¨ªn, Vallecas y el Mercado de Frutas de Legazpi.