Los locales resilientes
El libro 'Comercios hist¨®ricos de Madrid' recoge el pasado y las an¨¦cdotas de las tiendas m¨¢s antiguas de la capital
Dice la leyenda que un alquimista veneciano lleg¨® a la corte de Felipe II con la misi¨®n de arreglar los problemas financieros del reino mediante la creaci¨®n alqu¨ªmica de plata para pagar al ej¨¦rcito. Y dice tambi¨¦n que ese misterioso alquimista fue el que abri¨® en 1578 la Antigua Farmacia de la Reina Madre, el establecimiento m¨¢s antiguo de Madrid, que permanece desde entonces en el n¨²mero 59 de la calle Mayor. La botica abasteci¨® a la monarqu¨ªa y Felipe V le concedi¨® el escudo real; hasta hab¨ªa un t¨²nel, hoy tapiado, que la conectaba con el Palacio Real. Entre sus reliquias hay un frasco que contiene polvo de momia y una receta que perteneci¨® a Miguel de Cervantes.
El reciente libro Comercios hist¨®ricos de Madrid (Ediciones La Librer¨ªa), escrito por Enrique Ib¨¢?ez y Gumersindo Fern¨¢ndez, recoge las peque?as historias y an¨¦cdotas de los establecimientos m¨¢s antiguos de la ciudad, que configuran un puzzle paralelo a la gran Historia con may¨²sculas. Entre ellos esta farmacia de madera vetusta que nos retrotrae a siglos anteriores y sigue en funcionamiento, al igual que otros comercios que resisten a esa gran ola mundial que iguala todo lo que toca y que convierte los centros de las ciudades, ya sean grandes capitales o ciudades de provincias, en la misma sucesi¨®n de franquicias de fast food o ropa barata. En este libro se ve lo que resiste, al menos por el momento, y parte de lo ya desaparecido.
¡°En los ¨²ltimos a?os los comercios antiguos han ido desapareciendo por razones como la subida del precio de los alquileres en los centros hist¨®ricos o la competencia de grandes superficies¡±, dice Ib¨¢?ez. Otros factores implicados son los rampantes procesos de gentrificaci¨®n y turistificaci¨®n. El resultado, seg¨²n los autores, es una p¨¦rdida de caracter de las ciudades y uniformizaci¨®n a nivel global: los principales comercios de muchas de las diferentes ciudades del mundo son los mismos. ¡°Esta p¨¦rdida de identidad es una de las consecuencias negativas de la globalizaci¨®n¡± dice Fern¨¢ndez.
Lo que es dif¨ªcil de encontrar en otro lugar es la boter¨ªa de Julio Rodr¨ªguez (Aguila, 12), fundada en 1909, el ¨²ltimo artesano botero de Madrid que sigue realizando su trabajo de manera artesanal en un lugar que permite el viaje en el tiempo entre odres y botas fabricadas con piel de cabra. O los caracter¨ªsticos caramelos de violeta que despachan en La Violeta (plaza de Canalejas, 6) desde 1915, elaborados en forma escarchada o de flor de cinco p¨¦talos con un aire decididamente refinado y vintage.
O la hist¨®rica chocolater¨ªa San Gin¨¦s (San Gin¨¦s, 5) que, fundada en 1894, abre 24 horas y sigue despachando unos 4.000 churros al d¨ªa convertida ya en un referente tur¨ªstico. Valle Incl¨¢n la convirti¨® en la Bu?oler¨ªa Modernista, una de las paradas de Max Estrella y Don Latino en la obra Luces de bohemia. Entre otros resistentes con solera est¨¢ Caramelos Paco, la pasteler¨ªa La Mallorquina, el restaurante Lhardy o Capas Sese?a, otro ejemplar ¨²nico en su especie, que lleva confeccionando una prenda tan particular como es la capa espa?ola desde 1901.
Cuentan los autores que el comercio madrile?o en el s. XIX se desarroll¨® de espaldas a tendencias internacionales como los grandes almacenes parisinos, de influencia estadounidense, mientras gestaba un tipo de comercio de lujo amparado por la corte que contrastaba modestas tabernas castizas. La revoluci¨®n del comercio madrile?o llega en el XX, cuando llegan los almacenes, los hoteles de lujo y proyectos urban¨ªsticos como la Gran V¨ªa. A partir de los a?os 50 Madrid fomenta su imagen de ciudad moderna que se ve culminada con la llegada de la Transici¨®n y La Movida.
¡°Los cambios en los h¨¢bitos de consumo tambi¨¦n pueden ser una de las causas del cierre de estos negocios, as¨ª que el reto que tienen ahora los comercios antiguos es saber modernizarse para mantenerse con el ritmo de los tiempos¡±, explica Fern¨¢ndez. Esto implica tanto refrescar sus productos como buscar nuevos modelos de negocio, como la venta por Internet (Capas Sese?a, por ejemplo, dispone de una moderna pagina web donde incluso promueve el hashtag #capethefuture). Si se sabe sacar provecho, la antig¨¹edad tambi¨¦n puede ser un aliciente para el negocio, como se ve en muchos de los establecimientos con m¨¢s solera: es el caso del restaurante Bot¨ªn, fundado en 1725, que lleva con orgullo ser el m¨¢s antiguo del mundo, como figura en el Libro Guinness de los R¨¦cords.
El auge del turismo, escriben los autores, sirve como salvavidas de la hosteler¨ªa, pero ha acabado con peque?os comercios tradicionales ¡°acosados por el alza de los alquileres¡±. Los comercios antiguos, seg¨²n informan desde el ?rea de Urbanismo del Ayuntamiento no tienen ninguna protecci¨®n espec¨ªfica, aunque cuando un edificio se protege y contiene a uno de estos establecimientos se incluye una descripci¨®n en el cat¨¢logo. Adem¨¢s el Consistorio mantiene la webApp Comercios Centenarios de Madrid, en la que tambi¨¦n se recogen muchos de estos lugares. En el mundo f¨ªsico, desde 2006, los distingue una placa dise?ada por Antonio Mingote.
El libro tambi¨¦n recuerda establecimientos ya desaparecidos: salas de conciertos como el Rock-Ola (que ahora tiene una nueva encarnaci¨®n) o el bar punk rockero ?gapo, caf¨¦s como el de Fornos (donde se conocieron Unamuno y Baroja y ahora hay un Starbucks) o del Gato Negro, la f¨¢brica de cervezas el ?guila (hoy biblioteca regional Joaqu¨ªn Leguina) o los grandes almacenes Galer¨ªas Preciados. El fin de Iba?ez y Fern¨¢ndez es que los usuarios no se fijen solo en los productos o los precios de estos establecimientos, sino que sean conscientes de la historia de la ciudad que se agazapa tras sus vitrinas.
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