En busca de la fuente de los milagros
El Parque del Oeste ofrece desde conocer b¨²nkeres de la Guerra Civil Espa?ola hasta un viaje en Telef¨¦rico
Para muchos j¨®venes el Parque del Oeste es sin¨®nimo de botell¨®n y morreos clandestinos en la oscuridad de la noche. Pero este parque hist¨®rico, que en septiembre celebra 112 a?os desde su inauguraci¨®n, tiene mucho m¨¢s que ofrecer. Y no solo a ellos, sino tambi¨¦n a un p¨²blico de todas las edades. Situado entre el barrio de Arg¨¹elles y la l¨ªnea f¨¦rrea que arranca en la estaci¨®n Pr¨ªncipe P¨ªo, este espacio verde permite en un solo d¨ªa hacer un p¨ªcnic bajo la sombra de ¨¢rboles con hojas de un abanico de colores; ver monumentos de la Guerra Civil Espa?ola; contemplar Madrid desde las alturas del Telef¨¦rico; o disfrutar del atardecer desde el Templo de Debod.
Por la zona norte y m¨¢s antigua del parque, donde se acent¨²a su car¨¢cter paisajista, discurre una r¨ªa artificial de unos 600 metros de longitud. Ricardo Morales, de 56 a?os, recorre el terreno junto a sus dos hijos adolescentes. En la zona encuadrada entre la Avenida de S¨¦neca y el paseo de Ruperto Chap¨ª les habla de la guerra y las estrategias de entonces. ¡°Me gustar¨ªa que hubiese placas hist¨®ricas porque me s¨¦ lo que me s¨¦¡±, plantea Morales. Y es que no hay ni una pista, ni un cartel con informaci¨®n sobre los tres b¨²nkeres para ametralladoras de los veinte que se construyeron en la zona durante la Guerra Civil. ¡°Yo solo hab¨ªa venido de noche, mola¡±, a?ade uno de los menores.
En su origen, este parque ¡ªuno de los primeros de gesti¨®n p¨²blica de la capital y que s¨®lo contaba con 37 hect¨¢reas¡ª fue pensado para ejercer de pulm¨®n verde y como lugar de esparcimiento a la clase obrera. Dos premisas del denominado movimiento higienista, que defend¨ªa la mejora de las condiciones de salud de las clases m¨¢s bajas y trabajadoras y que defend¨ªa, entre otras cosas, la necesidad de espacios verdes. El parque fue obra del ingeniero agr¨®nomo Celedonio Rodr¨ªguez al que tomo el relevo Cecilio Rodr¨ªguez, nombrado jardinero mayor del Retiro en 1914 y colaborador con Juan Gras en la remodelaci¨®n de la Quinta de la Fuente del Berro.
Tras la contienda civil, por la que el parque se vio seriamente afectado, se ampli¨® su terreno hasta llegar a las casi 100 hect¨¢reas de tapiz arbolado que hoy lo conforman. En esta fase se conserv¨® el estilo de jard¨ªn ingl¨¦s y se incluy¨® la Rosaleda, donde se celebra anualmente un concurso internacional de rosas. Tambi¨¦n el Parque de la Tinaja, entre otros espacios.
La zona se puede recorrer en las bicicletas de BiciMad partiendo de la entrada de Moncloa. Eso hace Clara Navarro, de 21 a?os: ¡°Siempre paso por aqu¨ª para ir a la Complu y ahora que estoy de vacaciones aprovech¨¦ de alquilar una bici y conocerlo mejor¡±.
Un mito ic¨®nico del Parque Oeste fue la fuente de la salud o fuente milagrosa. El calor de agosto, del que protegen los frondosos ¨¢rboles, invita a recordar cuando por ah¨ª flu¨ªa agua del Canal, que muchos vecinos guardaban en bidones con la esperanza de curarse de sus males. O simplemente la beb¨ªan para refrescarse. Ahora solo se aprecian carteles por todas partes que advierten de que el agua con que se riegan los jardines no es potable.
Madrid en 11 minutos
Caminando, se puede subir por una extensa rampa met¨¢lica que bordea la v¨ªa f¨¦rrea, hasta alcanzar en su c¨²spide una vista privilegiada ¡ªy poco conocida¡ª del Palacio Real y de la Catedral de la Almudena. Desde ah¨ª mismo se puede ver transitar las cabinas del Telef¨¦rico, que realizan un viaje (ida, 4,20 euros; ida y vuelta, 5,90) de 2,5 kil¨®metros que arranca en el Parque del Oeste y culmina en Casa de Campo, permitiendo al usuario apreciar el Madrid viejo y el moderno en 11 minutos. La visi¨®n del r¨ªo Manzanares, que muchas veces parece escondido en la capital, tambi¨¦n aparece de manera majestuosa.
¡°El atardecer en el Templo de Debod es de lo mejor de Madrid¡±, dice Gerardo, taxista, que le cuenta esta ¡°pildorita¡± a todos sus pasajeros. Lo dice con tono confidente aunque en esta zona, cada tarde se arremolina la gente. ¡°Y algunos aplauden, como si estuvieran en Ibiza¡±, a?ade Alberto que suele pasear con su galga por el parque. Entre los runners, los turistas y los vecinos, la cumbre en la que se levanta el templo egipcio del siglo II a.C. ¡ªun regalo que el Gobierno de Egipto realiz¨® al espa?ol en 1968 por su colaboraci¨®n econ¨®mica para salval las Antig¨¹edades que iban a quedar anegadas por la presa de Asu¨¢n¡ª suele estar llena. Por eso, en agosto, con gran parte de la poblaci¨®n capitalina de vacaciones, es un buen momento para visitarlo.
El parque en datos
- Superficie: 100 hect¨¢reas.
- Administraci¨®n: Ayuntamiento de Madrid.
- Horario: Abierto siempre. La Rosaleda de Ram¨®n Ortiz, a diario de 10:00 a 21:00.
- Puntos de inter¨¦s: Los b¨²nkeres de la Guerra Civil Espa?ola; el Telef¨¦rico de Rosales; la Rosaleda; el Centro de Avifauna o el Templo de Debod.
- C¨®mo llegar: Metro: Moncloa (l¨ªneas 3 y 6) , Plaza de Espa?a (l¨ªnea 2, 3 y 10) y Pr¨ªncipe P¨ªo (l¨ªnea 6 y 10). Cercan¨ªas: Pr¨ªncipe P¨ªo. Autobuses: 21, 46, 74, 160, 161, A. BiciMad: en las entradas de Plaza de Espa?a y de Moncloa.
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