C¨®mo recorrer la ciudad de salto en salto

Les unen valores como la superaci¨®n personal, el respeto y el compa?erismo, la espectacularidad de sus movimientos y el ambiente urbano, sin embargo, y por si alguien todav¨ªa lo dudaba, el parkour y el tricking tienen muchas diferencias. Ambas disciplinas comparten noche en el Block Party en el Ecobulevar (Bulevar de la Naturaleza, Ensanche de Vallecas), evento organizado por Veranos de la Villa. Aquellos que asistan podr¨¢n disfrutar (el viernes 25 de agosto, a partir de las 20.30) de las exhibiciones de parkour a cargo del colectivo What!, y de tricking con Alejandro Sie & Co. Tambi¨¦n se ofrecer¨¢n talleres de iniciaci¨®n a ambas disciplinas.

El parkour (del franc¨¦s parcours, traducido como ruta) se basa en recorrer la ciudad evitando obst¨¢culos utilizando tanto habilidades f¨ªsicas como mentales. ¡°Es una manera de desplazarse, ir de un punto a otro de la manera m¨¢s eficiente¡±, explica Santiago Asgi, presidente de la Asociaci¨®n Madrile?a de Parkour (AMPK), al que no le gusta que lo definan ni como deporte ni como urbano. ¡°El deporte siempre va ligado a la competici¨®n y a la rivalidad, el parkour es totalmente lo contrario, y si lo denominamos urbano lo limitamos ¨²nicamente a las ciudades, cuando la verdad es que se puede practicar en cualquier entorno¡±. Ante el reciente surgimiento de competiciones no oficiales de esta disciplina, Asgi espera que ¡°no se popularicen; supondr¨ªa el fin de la disciplina tal y como se la conoce hoy¡±.

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Su origen se remonta a la Francia de los a?os ochenta yse basa en un entrenamiento militar. Su pr¨¢ctica naci¨® como una especie de juego para los j¨®venes. ¡°El entorno ¡ªescaleras, muros, ¨¢rboles...¡ª serv¨ªa para jugar y divertirse, solo ten¨ªan que utilizar su imaginaci¨®n¡±, cuenta Asgi, que, desde hace m¨¢s de una d¨¦cada, es traceur (como se conoce a los que lo practican). En Espa?a, el parkour se ha ido popularizando en los ¨²ltimos a?os expandi¨¦ndose entre j¨®venes de ambos sexos. ¡°Cada vez hay m¨¢s chicas que lo practican¡±, dice Asgi, ¡°pero, ojal¨¢ hubiera m¨¢s¡±.

El hecho de no ser una disciplina oficial genera cierto caos. ¡°En 2013, decidimos crear esta asociaci¨®n para establecer un poco de orden y homogeneidad, al menos en la regi¨®n de Madrid, y para ayudar y guiar a aquellos que quieren introducirse en esta pr¨¢ctica ofreciendo talleres y cursos¡±, aclara su presidente.

Preguntado por la dificultad y la peligrosidad del parkour, Asgi responde: ¡°No se requiere de una gran condici¨®n f¨ªsica, la vas cogiendo a medida que aprendes. En cuanto a las lesiones, nos avalan testimonios de m¨¦dicos que corroboran que no es una pr¨¢ctica peligrosa, eres t¨² el que eliges lo que hacer, t¨² pones los l¨ªmites, por lo que las ca¨ªdas no est¨¢n tan presentes como la gente se piensa¡±.

Una mezcla de ¡®capoeira¡¯ y ¡®break dance¡¯

A diferencia del parkour, el tricking s¨ª es reconocido como deporte por sus practicantes, llamados trickers. Nace en los a?os sesenta y mama de artes marciales como el taekwondo y el k¨¢rate deportivo, aunque actualmente es una mezcla de varias disciplinas como la capoeira, la gimnasia deportiva o el break dance, donde se combinan patadas, giros y saltos.

¡°A Espa?a lleg¨® en la d¨¦cada de los 2000 a trav¨¦s de Internet, pero con un toque m¨¢s acrob¨¢tico¡±, explica Alejandro Sie, tricker que ofrece esta tarde una exhibici¨®n. Y prosigue: ¡°La mayor¨ªa de los que lo practican suelen tener background en otras de las disciplinas mencionadas, pero en mi caso fue al rev¨¦s: empec¨¦ practicando tricking y luego aprend¨ª gimnasia deportiva y artes marciales para mejorar mi evoluci¨®n¡±.

La ense?anza de tricking no est¨¢ muy extendida en Espa?a. ¡°En Madrid, por ejemplo, solo hay un par de gimnasios donde se impartan clases adecuadamente¡±, explica Sie, que tambi¨¦n es profesor de tricking. ?l, por su parte, queda con otros trickers para entrenar sobre el c¨¦sped del parque Juan Carlos I. ¡°Es m¨¢s como una reuni¨®n social. Ponemos m¨²sica e improvisamos trucos y movimientos, aprendemos los unos de los otros. ?nicamente competimos con nosotros mismos¡±, concluye.