Los juegos del agua
Esta zona verde muestra a trav¨¦s de su arquitectura y de numerosos carteles los cinco tipos de jardines mediterr¨¢neos
En este parque hay un reloj de sol de 4,50 metros de altura, tres camellos de pl¨¢stico de tama?o natural y una muralla de adobe que recrea un animal mitol¨®gico de la Puerta de Isthar. Y por supuesto, hay plantas, pero muchas. Quiz¨¢ por las lluvias torrenciales que cayeron antes de despedir agosto, el parque Juan Pablo II, en Hortaleza, estaba ayer particularmente vivo. Recorrer sus 10 hect¨¢reas era un fest¨ªn para el olfato: las amapolas, el azafr¨¢n, el romero, y tantas otras, parec¨ªan exudar sus fragancias con especial fuerza.
Este parque se inaugur¨® en 2007 para recordar la visita a Madrid del papa Juan Pablo II en 2003. Un monolito conmemorativo del fallecido Pont¨ªfice tiene la siguiente leyenda: ¡°Con mis brazos abiertos os llevo a todos en el coraz¨®n. ?Hasta siempre, Espa?a! ?Hasta siempre, tierra de Mar¨ªa!¡±. Pero este parque no solo rinde tributo a quien fue la cabeza de la Iglesia cat¨®lica durante 27 a?os, tambi¨¦n se pens¨® para homenajear a la cultura de la jardiner¨ªa de la cuenca del mediterr¨¢neo, tan famosa por sus jardines y huertos.
El parque funciona como un paraguas de cinco jardines: el de Oriente Pr¨®ximo, el Medieval, el ?rabe, el Palmeral y el Para¨ªso. ¡°Mientras mis ni?os juegan, yo siempre aprendo algo. Ya sea sobre bot¨¢nica, cultura, los campesinos, hasta c¨®mo preparar un pur¨¦ de berenjenas le¨ª el otro d¨ªa¡ Este lugar est¨¢ lleno de rese?as de cosas interesantes¡±, se?ala Carmen Alonso, mientras sus hijos trepan en los juegos de la zona infantil.
En el jard¨ªn ¨¢rabe se aprecian unas terrazas fluviales a peque?a escala, que sirven para que el agua escurra de terraza en terraza. De este modo se aprovecha m¨¢s este bien natural. Tambi¨¦n hay ejemplos de los sofisticados m¨¦todos ¨¢rabes de riego con acequias. En el centro hay dos fuentes de azulejos blancos, azules y verdes con forma de estrellas y no muy profundas. Los ¨¢rabes quer¨ªan que el agua brillara.
Todo el parque est¨¢ rodeado de un carril bici por el que no dejan de pasar ciclistas, especialmente ni?os. Sergio compite con su amigo repetidas veces para ver qui¨¦n baja antes la cuesta. Siempre gana. Pero las marcas que dejan las llantas de las bicicletas en la pista son iguales, y ellos se vanaglorian de forma pareja ante otros ni?os. La distancia que recorre Kike Abril, de 34 a?os, es mayor. Su ruta comenz¨® en el parque Juan Carlos?I, no lejos de este pero inmensamente m¨¢s grande, y por el Anillo Verde Ciclista lleg¨® al parque Juan Pablo II, situado al lado de su casa.
Los ciclistas no son los ¨²nicos que hacen deporte. Un grupo de 10 veintea?eros son dirigidos por un entrenador que los hace transpirar por todas las zonas del parque. En el puente que cruza el canal: abdominales; en las escaleras: sentadillas, y en las zonas despejadas: a correr. ¡°Hemos venido todo el verano, a veces somos m¨¢s y otras veces menos, porque muchos se han ido fuera, pero nos gusta y resulta f¨¢cil, porque vivimos todos por la zona¡±, explica Humberto, de 19 a?os.
Leones de madera
Los juegos de los ni?os van variando seg¨²n la tem¨¢tica del parque. En el jard¨ªn de Oriente Pr¨®ximo, donde est¨¢n las terrazas mesopot¨¢micas y las murallas con historias ancestrales narradas a trav¨¦s de figuras en relieve, los menores se montan sobre leones de madera. En el Palmeral, que recrea un oasis de oriente, hay camellos en vez de sillas en la rueda giratoria. Y aunque no sean juegos, los ni?os tambi¨¦n interact¨²an con los pozos del jard¨ªn medieval. Entre las flores hay figuras de campesinos de tama?o real y una serie de rese?as sobre los aprendizajes agr¨ªcolas de la ¨¦poca influenciados por la herencia romana e isl¨¢mica. En vez del t¨ªpico cartel con la historia, uno puede ir descubriendo qu¨¦ planta es la que est¨¢ viendo a medida que destapa unos casilleros. La idea es que se juegue y se aprenda lo m¨¢s posible en lo que permiten 10 hect¨¢reas.
Pero el coraz¨®n del parque no son las terrazas ni la flora ni las esculturas. Es el agua, presente en cada uno de los jardines como el recurso fundamental en todas las culturas antecesoras. La arquitectura del parque tambi¨¦n intenta explicar a trav¨¦s de ella c¨®mo han ido evolucionando los elementos para usarla cada vez mejor y, por supuesto, para mantener vivos los jardines, el lugar de descanso por excelencia desde tiempos remotos.?
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